Obra de Jean Epstein que gira en torno al miedo al mar embravecido que amenaza la vida de los pescadores y la gente de la costa.
Reflexiones desde un rollo de celuloide
Obra de Jean Epstein que gira en torno al miedo al mar embravecido que amenaza la vida de los pescadores y la gente de la costa.
Estupenda película. Estas pelis de pescadores tienen alma. La mujer, la aldea, el miedo a que su marido no vuelva porque el mar está embravecido. Me acuerdo ahora de esa película de Luchino Visconti de 1948 “La terra trema”. Creo que la última que he visto sobre este tema es “La tormenta perfecta”, de Wolfgang Petersen, pero se parece más a una película de superhéroes. Sin embargo, la más moderna de todas estas historias sigue siendo “La odisea” de Homero. Ulises no aguanta la vida doméstica y se va a pescar sirenas. Penélope teje y desteje la calceta esperándole. Pero no, esto no es cierto. Se dice que Ulises fue el primer personaje cornudo de la historia de la literatura. Lo mismo para Gulliver. Es la misma estructura que la que inició Homero. A Gulliver le asfixia la vida doméstica, los churumbeles, el trabajo y su mujer y se va de aventuras hasta llegar a la isla flotante de Laputa. Suena bien, ¿eh? Pero la cosa ya ha cambiado. Homero y Jonathan Swift eran tipos de otra época. Luego pasamos a ese hombre de cabellos surrealistas llamado Jean Epstein y después al elegante y crepuscular Luchino Visconti. ¿Y qué podríamos decir de la peli del viejo Wolfgang? Que para pescar unas sardinas el barco tuvo que surcar olas que ni Homero se hubiera atrevido a imaginar. Sardinas que serían después enlatadas.
Abrazos mil y buen finde.
Jajajaja… Buena definición. Por eso luego George Clooney se puso a anunciar café. Quietecito, y en seco. En efecto, es una película a mitad de camino entre el cine de superhéroes, que es una cosa que al Hollywood actual le gusta mucho (buscar héroes en cualquier cosa, en cualquier momento, por cualquier chuminada) y los telefilmes de sobremesa de Antena 3.
Es que ya lo dijo no sé qué ilustrado, la aventura empieza cuando saltas la cerca que separa tu propiedad de la del vecino. A mí me parece que Odiseo era un listo, porque se hacía el inteligente o el tonto a su conveniencia, y muy bien hecho, pero no se le escapaba una, sobre todo si era ligera de ropa… y de cascos.
Abrazos, y buen finde.