Cerrado por vacaciones

Como viene siendo habitual en las últimas temporadas, cerramos ciclo con este calipso de nuestro golfo favorito, Robert Mitchum. Aunque, como sucede también cada verano, el vigilante del puesto irá colgando por aquí algún contenido extra para aquellos escalones que no puedan vivir sin su dosis semanal.

¡Felices vacaciones!

8 comentarios sobre “Cerrado por vacaciones

  1. Veo que ya te has puesto las bermudas floridas y las chancletas de goma-piscina, ¡tunante! Haces bien, amigo mío. Tira el portátil por la ventana, y si puede ser, que lo siga el móvil. Súbete a la dorada cima de los libros y empieza a darle bocados. Y ni se te ocurra ir de crucero que siempre se acaba bailando “La conga de Jalisco” de nuestro entrañable y amado Georgie Dann.

    Hay mucha gente que todavía se ríe de los calipsos ignorando por completo quién fue el gran Robert Mitchum. Un calipso cantado por el viejo Bob no es un calipso al uso; es un calipso de Robert Mitchum y punto. Hay que tener el oído tan atento como las emociones cinematográficas. Cuando escucho cantar a Bob un calipso en ningún momento desaparece el Robert Mitchum de “Retorno al pasado”, “Pursued”, “La noche del cazador”, “Con él llegó el escándalo”, “El Dorado”, “Cara de Ángel”, “Una aventura en Macao”, “Adiós, muñeca”, “El póker de la muerte”, “Río sin retorno”, y tantas y tantas otras obras maestras. Sí, porque un puto calipso cantado por cualquier cantamañanas es solo un puto calipso; ese género musical originario de Trinidad y Tobago, muy popular en las Antillas, las islas de San Andrés y Providencia en Colombia, Panamá, Venezuela y gran parte de la costa hortera caribeña centroamericana y bla bla bla. Los calipsos interpretados por Bob son como si los hubiese silbado en aquel bar tropical esperando a Jane Greer. Bob canta en “La noche del cazador” una cancioncilla que podría haber sido un calipso, porque un calipso cantado por Bob no es un calipso cualquiera. Bob grabó discos como actuó en el cine cuya poderosa presencia en la pantalla resulta tan imponente y dominante que a los directores les resultó difícil de controlar totalmente sus interpretaciones. Su voz, profunda y cansina, parecía la ideal para la larga sucesión de antihéroes cansados del mundo que le tocó interpretar a lo largo de su vida. Él canta un calipso para relajarse un poco, pero sin salir de él. Se dice que en el estudio de grabación era igual de intuitivo que en el cine. Lacónico hasta extremos increíbles, daba la impresión de ser un reflexivo hombre de acción, dotado no solo de carácter, sino también de una gran inteligencia. Fumaba un cigarrillo entre canción y canción, es más, incluso fumaba mientras cantaba, como hacía Frank Sinatra. Voz en off de Bob en “Retorno al pasado”: “Nunca la vi a la luz del día. Vivíamos por la noche. El resto del día se iba como un paquete de cigarrillos que te fumaras.”

    Me lo imagino en el estudio de grabación igual que en sus películas: mirada soñolienta de párpados entrecerrados y mueca despectiva en los labios, a causa de los cuales las damas corrían el riesgo de desmayarse. El porte cansino y el comportamiento frío y desapasionado que parecen indicar que se trataba de un actor demasiado cansado o desinteresado como para poner nervio o vida a sus películas y en sus calipsos. Pero los personajes zarandeados por la vida y de vuelta de todo que solía encarnar eran hombres a la que numerosas noches de peligro y en vela han contribuido a alertar, hombres que conocen la necesidad angustiosa de la espera… de retornos constantes al pasado y con la experta mano de Mitchum, siempre un cigarrillo. Y en el extremo del cigarrillo, una cerilla. Y en el humo, el recuerdo y más allá se escucha un calipso.

    Abrazos mil, amigo mío.

    1. Querido Paco, este año adelantamos un poco el parón (aunque nunca se para del todo) debido, sobre todo, al cansancio mental, que llega casi al bloqueo. Yo creo que es por la sobredosis de ordenador del último año y pico, quiero pensar, que me tiene completamente saturado. Parar, descansar, recapitular, recapacitar y ver, sobre todo, si encontramos motivos para continuar más adelante o abandonamos la carrera. Esta temporada ha sido especialmente dura y difícil, así que cada vez me encuentro más desmotivado y desganado. En fin, ya veremos.

      Tú veías aquellas películas, observabas a Mitch, y en lo último en que pensabas era en calipsos y en jolgorio playero con piña colada servida por el camarero de Vacaciones en el mar. De ahí, de ese contraste entre Mitch, los personajes de Mitch, las películas de Mitch y las canciones de Mitch, nace la fascinación por este disco y por las actuaciones televisivas de Mitchum cantando en riguroso playback algunos de sus temas. Qué golfo, qué guasón (este sí, y no el gilipollas del Joker de Joaquin Phoenix), qué cachondo, qué amor por la vida y por sacarle todo el jugo. Qué bien me cae este tipo. Ayer noche, por ejemplo, volví a ver Solo Dios lo sabe, con Deborah Kerr. Cada vez que sale el careto (de ambos) de Mitch en pantalla, es una fiesta.

      Abrazos.

  2. Desconecta y descansa, mi querido Alfredo, pero no quiero oír hablar de que los 39 escalones no vayan a tener más peldaños… ¡No me pegues esos disgustos!

    Pero, como siempre hay que desear, ¡haz lo que te haga más feliz!

    Aunque ya sabes que tus escalones son un buen sitio donde pasarse.

    Beso enorme
    Hildy

    1. Jajajaja… Bueno, de momento, una parada (siempre relativa) para retomar fuerzas, que nunca viene mal. Y ya veremos qué pasa. Son varios años ya pensando en cambiar de aires, y siempre vuelvo. Ya veremos.

      Pero no te creas que te librarías de mí tan fácilmente, en todo caso… Ni siquiera en vacaciones blogueras…

      Besos

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