Excepcional partitura de Carter Burwell, frecuente colaborador de los hermanos Coen, para esta excelente película de gánsteres que adapta más o menos libremente a Dashiell Hammett, y en la que la corrupción política, la traición, la violencia y la guerra de bandas son el inevitable aderezo de la crisis económica de 1929.
Creo que MUERTE ENTRE LAS FLORES es una de mis películas favoritas de los Coen. Siempre que la veo me sorprende de nuevo otra vez. Me gusta la historia, cómo está contada, esa partitura que compartes y cómo cada actor compone su personaje. Una combinación de cine negro y gánsteres en los noventa. Ayyy, qué bueno podía ser Albert Finney, aunque ¿quién está mal en esta película?
Beso
Hildy
Toda la razón, mi querida Hildy. ¿Quién dice que los géneros están agotados? Bueno, el terror, puede… Pero todo depende del ingenio y de la capacidad de quienes son tan talentosos de mirar los viejos géneros con ojos nuevos, sin traicionarlos. Para mí, esta es una de las cumbres de esto que resulta tan tan difícil.
Besos
Hola Alfredo!
Que voy a decir de mis admirados Coen y de su obra… Me estaba acordando del ínclito Pumares (lo seguí muchos años en su «Polvo de estrellas»…) que siempre que alguien le peguntaba por esta película decía que a los Coen se la debía de haber dirigido un primo…jeje
Saludos!
Bueno, los Coen, como (casi) todo el mundo, pues tienen sus momentos más inspirados, otros que menos, y otros que nada. Como mínimo, siempre hay que echarles un vistazo, aunque sea para decepcionarse después. Cuando están bien, eso sí, están muy bien.
¡Saludos, y buena semana!
Es una película llena de detalles asombrosos como el del cadáver en la calle y el niño que le roba la peluca. El sombrero que se lleva el viento en el bosque, y John Tunturro. Nunca ha estado tan asquerosamente bien este tipo, aparte de la escena de los bolos en “El gran Lebowski”. Es difícil olvidar la repugnante boca de Jon Polito. Una gran película pulp, no del cine negro, sino de la literatura de las viejas revistas “Black Mask”, “Black Book Detective”, etcétera y con sus magníficas portadas, hoy políticamente incorrectas. Gabriel Byrne es un auténtico personaje de cómic donde recibe hostias sin parar y por todos lados. Magnífica Marcia Gay Harden. La he visto unas cuantas veces y casi que veo las almohadillas con grandes onomatopeyas típicas del viejo cómic de los cuarenta y cincuenta.
Abrazos mil.
Turturro es toda una criatura del universo Coen; fuera de ahí, sin ser mal actor ni mucho menos, no se luce tanto, a excepcion tal vez de «Quiz Show», la película de Robert Redford, en la que también le coges una tirria considerable. Todos los intérpretes birllan a gran nivel (¿qué paso con Gabriel Byrne, que estaba en todos los caldos y, de repente, desapareció?), incluido Albert Finney, que lo borda como de costumbre.
Abrazos