Mágico momento de esta película compuesta por ocho fragmentos de una plástica casi pictórica, ensoñaciones difusas anudadas entre sí por deseos, angustias y nostalgias. Un resumen de la vida personal como manifiesto de las relaciones del hombre con el mundo, el arte, la espiritualidad y la muerte, y también un mosaico de la evolución de la sociedad japonesa a lo largo del casi un siglo de vida del director.
Buena es, pero yo me quedo con el túnel de los soldados azules.
Saludos
Toda la secuencia del túnel es maravillosa. Esta me hace particular gracia porque parece una especie ee Santa Compaña nipona.
Saludos