Uno de los fragmentos más conocidos de esta obra maestra (otra más) del aragonés Luis Buñuel. En ella se concitan algunos de sus temas y obsesiones más personales (homenaje al Tenorio incluido), más a menudo tratados en sus películas, junto con alguno de sus sueños más repetidos (el encontrarse ante el inmenso auditorio de un teatro y desconocer el papel que debe representar).
Mis escenas favoritas: El discreto encanto de la burguesía (Le Charme discret de la bourgeoisie, Luis Buñuel, 1972)
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¡Caray, lo que me estoy perdiendo… Porque fuera de tres o cuatro pelis en blanco y negro de Buñuel (y que me gustan mucho) no conozco estas obras setenteras -soy un pecador, sí, pero tampoco es que la tele las de a conocer profusamente, como el Cine de otros grandes y esto hace que se hable de Buñuel sin conocerlo- . Así que he visto un largo fragmento del principio -el del inicio de la cena, la interrupción de los militares y el sueño del sargento- y me ha entusiasmado todo este atrevimiento. !Es increíble que fueran tan abiertos como para premiar estás «rarezas» en esos tiempos jejeje
(También he leído lo del escándalo del supuesto soborno que pagó el deslenguado Buñuel a la Industria para ser premiado. ¡Tremendo el tipo
Nada de soborno; una broma de las suyas para provocar a los periodistas.
La película retoma, casi cincuenta años después, su manera de hacer cine de finales de los años veinte, que en el fondo nunca abandonó pero sí se adaptó al uso de un argumento más convencional. Sin embargo, esta, El fantasma de la libertad o La vía láctea, son maravillosas en ese sentido, no innovador, porque él mismo lo hizo toda su carrera, sino distinto a todo lo que se estaba haciendo en los 70, y desde luego, regodeándose en su estilo personal. Hay que ver más a Buñuel.