Mis escenas favoritas: El abuelo (José Luis Garci, 1998)

El gran Fernando Fernán Gómez se luce en esta inolvidable secuencia de esta adaptación de la novela de Benito Pérez Galdós, ya llevada a la pantalla en fecha tan lejana como 1925 por José Buchs. Un momento «western asturiano» en el que Don Rodrigo de Arista Potestad, Conde de Albrit, Señor de Jerusa y de Polán (Fernán Gómez) ajusta las cuentas a aquellos que pretenden apartarlo de la vida pública y, con artimañas, recluirlo en un convento. Un personaje a la medida de un colosal Fernán Gómez.

Mis escenas favoritas: Tristana (Luis Buñuel, 1970)

El gran cine es aquel por el que nunca pasa el tiempo, el que siempre nos lleva a arquear una ceja, da igual el número de veces que hayamos visto una película, una secuencia, o escuchemos una frase o un diálogo. Buñuel siempre remueve la conciencia y los sentimientos. Por algo es el más grande.

Y otra de propina:

 

Diálogos de celuloide – Tristana

tristana

Pobres trabajadores. ¡Cornudos y apaleados! El trabajo es una maldición, Saturno. ¡Abajo el trabajo que se hace para ganarse la vida! Ese trabajo no dignifica, como dicen, no sirve más que para llenarles la panza a los cerdos que nos explotan. Por el contrario, el trabajo que se hace por gusto, por vocación, ennoblece al hombre. Todo el mundo tendría que poder trabajar así. Mírame a mí: yo no trabajo. Y, ya lo ves, vivo, vivo mal, pero vivo sin trabajar.

Tristana. Luis Buñuel (1970).