El nombre de Jack Conway figura en el crédito como director, pero David O. Selznick, entonces a sueldo de la Metro Goldwyn Mayer, estaba en la producción, y ya se sabe lo que eso significa: control pleno y diseño visual repleto de grandiosidad, lujo y suntuosidad formal marca de la casa, tanto del estudio como suya personal. El concurso de Cedric Gibbons en el diseño artístico se completa con la concepción y dirección de las secuencias de la Revolución por parte de la pareja Val Lewton-Jacques Tourneur, que no tardarían en dar la campanada formando equipo para producir excelentes películas de terror para la RKO en la década siguiente.