De la serie de impagables momentos que contiene esta sublime comedia de los Monty Phyton, recuperamos el del doble registro en la guarida de los conspiradores del Frente Popular de Judea, en tiempos estos en que esta clase de registros se multiplican a la busca de reuniones, concentraciones y fiestas ilegales que violan las restricciones impuestas para la defensa de todos frente a los virus letales.
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40º aniversario de La vida de Brian en La Torre de Babel, de Aragón Radio
Nueva entrega de mi sección en el programa La Torre de Babel, de Aragón Radio, la radio pública de Aragón, en este caso dedicada a celebrar el 40º aniversario de La vida de Brian, una de las mejores comedias cinematográficas de la historia.
Mis escenas favoritas: La vida de Brian (Monty Python’s Life of Brian, Terry Jones, 1979)
Las grandes comedias suelen ser bastante más que simples comedias. Es el caso de esta joya que casi siempre recuperamos por estas fechas, tan irreverente hacia el concepto de religión (no solo, ni siquiera en primer lugar, la católica) como hacia el modus operandi de cualquier corriente política. De lo más apropiada para estas fechas, tanto por lo que marca el calendario como por las coyunturas públicas.
Música para una banda sonora vital: La vida de Brian (Life of Brian, Terry Jones, 1979)
En estas fechas tan señaladas, nos ponemos bíblicos…
Mis escenas favoritas: La vida de Brian (Monty Python’s Life of Brian, Terry Jones, 1979)
En homenaje a Terry Jones.
La vida de Brian: 30 aniversario
Se cumplen treinta años, que se dice pronto, de un accidente. Porque esta celebérrima comedia satírica e irreverente de los Monty Python (Graham Chapman, John Cleese, Terry Gilliam, Terry Jones, Michael Palin y Eric Idle), nació como una burla inocente y casual en respuesta a la curiosidad de un periodista inoportuno. Jesucristo: ansias de gloria se convirtió en La vida de Brian por la necesidad de evitar acusaciones de blasfemia o sacrilegio, pero sirvió para ganar en inteligencia y no perder un ápice de mordacidad. En todo caso, no impidió que las productoras británicas, a pesar del tirón popular del sexteto que garantizaba una suculenta taquilla, se desmarcaran de un proyecto que financió finalmente el ex-Beatle George Harrison y su productora HandMade Films.
Como toda comedia que se interne en el restringido reino de la excelencia, es una película muy seria aunque su forma no puede ser más desternillante. De entrada, es estúpido hablar de irreverencia. La fe, como la justicia y el amor, es a la vez ciega, y si hablamos de la fe cristiana oficial, es incluso paranoica (al menos en España). La película, lejos de obsequiar a los católicos con un lúcido y agudo ataque en exclusiva, es en cambio una denuncia general, no deja títere con cabeza, tira contra todos. Pero es que además, no carece de rigor en la construcción de época y manera de pensar, en el reflejo histórico del momento, reflejo que sirve además como vehículo de humor al ser contrastado con gags, chistes y bromas en clave actual.
Por si se da el improbable caso de que alguien no la haya visto, la trama, o más bien el pretexto para hora y media de descojone continuo, se centra en la figura de Brian, un muchacho nacido en Belén el mismo día y a la misma hora que Jesús (de Nazaret, y no de Belén, matiz curioso que daría para mucho pero que no es objeto de este artículo), en un establo dos casas más allá del escogido por José y María. Los Reyes Magos, que se equivocan de portal, son el primer indicio de lo que le aguarda a Brian en su vida, la suplantación, la asunción de un papel que no le corresponde. Hijo bastardo de un noble romano que violó a su madre (bueno, al principio sí la violó, luego…), ciudadano romano en la convulsa (como siempre) Palestina del siglo I, en la que grupúsculos radicales judíos conspiran contra el dominio romano, será considerado un nuevo Mesías al que seguidores de diferentes corrientes (la sandalia y la calabaza) no harán sino pedirle, cual Obama, milagros imposibles de cumplir, fieles por los que se inmolará involuntariamente en la cruz mientras todos lo abandonan, con los acordes de Always look on the bright side of life. Continuar leyendo «La vida de Brian: 30 aniversario»