Música para una banda sonora vital – Haz conmigo lo que quieras (Ramón de España, 2003)

Haz conmigo lo que quieras_39

El extraño pero estimulante debut en la dirección de Ramón de España, a pesar de su irregularidad, resulta estimable gracias a las magníficas interpretaciones de Ingrid Rubio, Emilio Gutiérrez Caba y Alberto San Juan, y a un puñado de momentos verdaderamente estupendos en la combinación que su guión, escrito por el director a partir de un hecho real, hace del costumbrismo de inicios del siglo XXI y de un relato social de tintes negruzcos. Los altibajos narrativos y la diferencia de calidad en los intérpretes vienen superados por una historia que nunca pierde interés, la de Néstor, un pastelero viudo que se encapricha de Maribel, la hija de su asistenta, la cual a su vez solo piensa en ganarse la vida en el gabinete de sadomasoquismo que regenta su hermana y que se enamora de Manolo, un joven que trabaja como perseguidor de morosos a la espera de un golpe de suerte que le cambie la vida: la oferta de matrimonio que plantea Néstor a Maribel y, en caso de aceptar, la sustanciosa herencia que ella recibiría cuando su marido fallezca.

A pesar de desarrollarse entre Mataró y Barcelona, la música flamenca cobra buena parte del protagonismo en la banda sonora, en especial en el cierre, con el «mítico» Se acabó de María Jiménez.

Mis escenas favoritas – Dos de Garci…

Para Francisco Machuca, escritor, cineasta, sabio, cronista…, por el placer de conversar, de charlar de cine, de libros, de la vida en torno a unos platos y unos vasos. Cualquiera de estas dos películas, cualquier filme de Garci, es puro Machuca.

Sesión continua (1984): Adolfo Marsillach y Jesús Puente dan vida a los personajes que Alfredo Landa y José Sacristán no quisieron interpretar por una extraña y un tanto ridícula lucha de egos (ninguno quiso ceder al otro el primer lugar en los créditos iniciales, y al final ambos se quedaron sin película). Como ya ha explicado José Luis Garci después, ambos se lamentaron con posterioridad de semejante metedura de pata por una tonta cuestión de orgullo.

Tiovivo c. 1950 (2004) es una obra maestra. El tiempo la colocará a la altura de otras grandes, grandísimas películas españolas que se cuentan entre lo mejor del cine europeo de todos los tiempos. Un fresco de la posguerra española sin maniqueísmos, sin discursos, sin toma de postura ideológica. Una película de reconciliación, sobre el perdón y la no conveniencia del olvido, pero también de la necesidad de seguir adelante, de construir el futuro, de seguir en pie. «Antes sí que era antes»…