La adaptación a la pantalla, dirigida por Milos Forman, del célebre musical de Broadway de 1968, cuenta entre sus temas con este Ain’t got no, que popularizó la gran Nina Simone.
Etiqueta: John Savage
La tienda de los horrores – Aquarius
Hair, el musical dirigido por el checo Milos Forman en 1979, recoge buena parte del espíritu alucinógeno, psicodélico y pacifista de los años sesenta norteamericanos. Nada de eso, en cambio, impregna la ¿versión? parcial que de uno de los temas más famosos de su banda sonora, Aquarius, de The fifth dimension, hace Raphael, todo un clásico de la música freak muy popular en los últimos lustros.
Es un delito de lesa humanidad, pero no imaginamos un castigo lo suficientemente proporcionado, salvo quizá reclusión perpetua en la Nochebuena…
Música para una banda sonora vital – Salvador
Salvador, dirigida por Oliver Stone en 1986, está basada en la historia real de Richard Boyle (James Woods), periodista americano que a principios de los años ochenta viajó al país centroamericano en busca de drogas, sexo y una vida barata y encontró su vocación periodística y su compromiso con la verdad y con la lucha política al comprobar la crudeza del conflicto bélico que enfrentó a las guerrillas comunistas con el gobierno pro fascista sostenido con la ayuda de Estados Unidos.
En la película, la escena en la que Richard parte con su camarada Doctor Rock (James Belushi) en coche hacia Centroamérica viene subrayada por Running on empty, el temazo de ese genio de la música llamado Jackson Browne.
Música para una banda sonora vital – La delgada línea roja
En esta película bélica, muy sui generis por otra parte, dirigida por Terrence Malick en 1998 queda demostrado por si hacía falta que la música es un lenguaje universal que está por encima de culturas, prejuicios y barreras lingüísticas. La magnífica banda sonora de Hans Zimmer incorpora algunos coros melanesios en fantásticas interpretaciones de las que ofrecemos dos piezas, God U Tekem Laef Blong Mi y Jisas Yu Holem Hand Blong Mi. Música para disfrutar sin prisas y que nos transporta directamente a lo más profundo y bello de la experiencia vital, a ese nebuloso terreno del cual la ajetreada y competitiva vida moderna se empeña en separarnos.