Denis Abramovich Kaufman, conocido como Dziga Vertov, realizó esta cinta experimental en 1929. Concebido como un documental urbano, la película supone un retrato de San Petersburgo (Leningrado) a partir de una serie de tomas de su devenir cotidiano que el cineasta retrata a través de la mágica figura de un hombre que con su cámara y mucha imaginación va filmando la realidad, no exenta de retazos de ilusión y espejismos, que lo circunda. Obra maestra indiscutible, curiosa película que merece sin duda un visionado.