PADRE: ¡Melodie!
MELODIE: ¡Papá!
PADRE: Mi niñita, te he encontrado. Dios mío, tu madre y yo te hemos buscado y buscado pero perdimos las pistas. He usado todos mis contactos con la policía, hasta llamaron al FBI, pero estás bien, todo se arreglará, tu calvario ha terminado.
MELODIE: ¿Pero qué calvario?
PADRE: Te raptaron. Esta es mi teoría: te durmieron con cloroformo los mormones polígamos. Te llevaron para ser novia de alguien.
MELODIE: No me raptaron. ¿Es que nadie llegó a leer mis cartas?
PADRE: Sí, pero supuse que te obligaron a escribirlas a punta de pistola. ¿Quién es éste?
BORIS: ¿Y usted quién es?
MELODIE: Éste es Boris, mi marido.
PADRE: Boris… ¿tu qué?
MELODIE: Mi marido, soy la señora Yellnikoff.
PADRE: ¿Quién es usted?
BORIS: Soy su marido. ¿Quiere desmayarse aquí o pasar a la sala?
PADRE: ¿Y tu madre?
MELODIE: ¿Y a ti qué más te da? La engañaste, la dejaste nada menos que por Mandy Blackburn.
PADRE: Cometí una gran equivocación, el pecado de autoindulgencia. He venido a implorar su perdón.
MELODIE: Quizá deberías pensártelo bien.
PADRE: Quiero verla.
BORIS: Va a ser una muerte por choque cultural.
PADRE: Puedes decírmelo, Melodie, tiene todo el derecho a odiarme.
BORIS: Y le odia, créame.
PADRE: Puedes contarme la verdad. ¿Me odia?
MELODIE: Bueno, fue bastante horrible lo que hiciste con su mejor amiga.
PADRE: Entonces, ¿me odia?
BORIS: Sí, sí, sí, le odia. No aguanto esto. Le odio yo y acabo de conocerle.
Whatever works. Woody Allen (2009).