Diálogos de celuloide – El día de los enamorados

SAN VALENTÍN: No me diga que no es aficionado al fútbol.

DEPENDIENTE: Me gusta, ya lo creo que me gusta. Con locura. ¡Pero no me toque el fútbol!

SAN VALENTÍN: ¿No acierta en las quinielas?

DEPENDIENTE: Eso es lo de menos. Es mi novia, que no se hace cargo y…

SAN VALENTÍN: A ella no le gusta.

DEPENDIENTE: No solamente no le gusta, sino que quiere que a mí no me guste, y como a mí me gusta todo lo que le gusta a ella, y a ella no le gusta todo lo que me gusta a mí… Aunque me gusta ella, pero no lo que a ella le gusta. ¿Me entiende?

SAN VALENTÍN: Sí, está clarísimo… Pero tratándose de una chica como ella…

DEPENDIENTE: ¿La conoce?

SAN VALENTÍN: Naturalmente, su novia es una muchacha preciosa.

DEPENDIENTE: La conoce.

SAN VALENTÍN: Encantadora, ocurrente, lista, graciosa.

DEPENDIENTE: La conoce…

SAN VALENTÍN: Dulce, sumisa.

DEPENDIENTE: No la conoce. ¡Es una fiera!

El día de los enamorados. Fernando Palacios (1959).

Mis escenas favoritas – El astronauta

Es un decir, claro… En 1970, en plena fiebre espacial tras la llegada a la Luna de los americanos, Javier Aguirre dirige esta parodia en plan cine español casposo en el que, siguiendo la pauta de Mortadelo y Filemón, un grupo de entusiastas aficionados españoles a la cosa de ascender a los cielos idea su cohete espacial, con un botijo y la puerta de un SEAT 600 incluidos, para subir a la ionosfera y más allá.

Un grupo de buenos cómicos, algunos diálogos ingeniosos y situaciones tan surrealistas como de andar por casa hacen a esta película un producto apreciable (si medimos con el baremo que suele usar TVE para programar su espacio sabatino de cine de exaltación de los «valores» franquistas, claro).

De una patética tristeza pseudohumorística típicamente hispana, pero con dos tragos encima, difícil no descojonarse…