Música para una banda sonora vital: Granujas a todo ritmo (The blues brothers, John Landis, 1980)

-Oiga, ¿qué clase de música tienen aquí?

-Oh, de las dos clases: country y western.

Eso responde la dueña de un garito de carretera donde The Blues Brothers se detienen una noche de sábado, usurpando la actuación de otro grupo, con el único interés de hacer caja. Allí se ven obligados a complacer a un exigente público del Medio Oeste, poco receptivo al soul, interpretando la banda sonora de la teleserie Rawhide, la misma que puso a Clint Eastwood en la órbita de Sergio Leone.

Mis escenas favoritas – Granujas a todo ritmo (The Blues Brothers, John Landis, 1980)

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¿Por qué el bueno de Elwood Blues (Dan Aykroyd) aprovecha cualquier ocasión para «ver la luz» y menear el esqueleto compulsivamente? Pues porque en su piso no puede hacerlo…

Cine en fotos – Terry O’Neill


Paul Newman y Lee Marvin caracterizados como Jim y Leonard, respectivamente, en Los indeseables (Pocket Money, Stuart Rosenberg, 1972).

TEXTO DE CAROLINE BRIGGS. BBC WORLD.
En los revueltos años 60, O’Neill marcó un hito en el arte de fotografiar a los famosos. Para él posaron iconos de la época como los Beatles, Paul Newman, Brigitte Bardot y los Rolling Stones. Pero para él, el éxito de su carrera se debe a un factor ajeno a las lentes: la suerte.

En Estados Unidos, O’Neill se encontró con Ava Gardner y Frank Sinatra, a quienes dedicó sus negativos. «Echando la vista atrás me doy cuenta de la vida tan increíble que he tenido», dijo a la BBC desde su soleado estudio de Londres, mientras -como buen cazador cazado- se disponía a posar para una sesión fotográfica. «Cuando pienso que he conocido y pasado tiempo con toda esa gente… simplemente lo doy por hecho». Y eso que nunca había pensado en ser fotógrafo profesional. «Era percusionista de jazz y quería ir a América, así que salí del ejército y me uní al departamento fotográfico de British Airways. Sólo lo hacía para pasar el tiempo».

Un día, en un aeropuerto, vio a un hombre vestido con un traje a rayas, dormido entre un grupo de africanos ataviados con ropas tribales. Lo que a O’Neill le pareció sólo una foto divertida resultó ser un retrato de Rab Butler, secretario de Asuntos Exteriores británico. Un periódico le compró la imagen y O’Neill dio, sin quererlo, un giro de 180 grados a su carrera. Pronto se convirtió en una figura de culto -«el niño con una cámara de 35 mm» le llamaron- y comenzó a trabajar para el tabloide Daily Sketch. «Me ofrecieron el trabajo y me dije, ‘vamos a intentarlo’, de otro modo me hubiese pasado siete noches a la semana tocando la misma canción. Estaba harto de aquello», confesó. Continuar leyendo «Cine en fotos – Terry O’Neill»