Mis escenas favoritas – Eyes wide shut

La perturbadora secuencia en la que Tom Cruise penetra en el misterioso e inquietante mundo de una secreta sociedad ocultista de prohibidos e inconfesables rituales sexuales constituye el canto de cisne del gran cineasta Stanley Kubrick en su última producción, este film británico de 1999. La escena en cuestión, tan estimulante como amenazante, encadena este trabajo de Kubrick con la estética y los motivos de otros grandes genios de la pintura o el cine, desde Goya a Buñuel pasando por Jean Cocteau.

Como acompañamiento, el famoso Vals 2 de la Suite de Jazz de Shostakovich, tema de inicio de la película que ya apareció por aquí en una ocasión, pero que no nos resistimos a volver a escuchar. El vals favorito de quien escribe, lo único que sabe bailar medianamente sin parecer un pato mareado, y una de sus músicas de cabecera de cualquier género, tiempo, procedencia o estilo.