Always on my mind, titulada originalmente You were always on my mind, es un tema compuesto por Johnny Christopher, Mark James y Wayne Carson Thompson y grabado por Gwen McCrae, popularizado por Elvis Presley en 1972.
La versión discotequera de los Pet shop boys cierra la película de Sigfrid Monleón El cónsul de Sodoma, irregular pero no del todo desestimable recorrido por la vida del poeta Jaime Gil de Biedma.
El clip que se incluye a continuación cuenta con la participación del actor Joss Ackland.
Menuda cogorza debía de llevar encima el británico Paul Morrison cuando dirigió en 2008 el subproducto Little ashes (Sin límites), plana e intrascendente, casi más bien insultante, aproximación a la relación de unos jóvenes Buñuel, Dalí y Lorca en su estapa en la madrileña Residencia de Estudiantes. El presunto delirio de sustancias alcohólicas o psicotrópicas ha de hacerse extensivo a Philippa Goslett, perpetradora del guión (se supone que inspirado en los diarios del propio Dalí, reinventados por ella como si el propio artista no se hubiera inventado ya bastantes cosas sobre su vida y autoproclamada genialidad), al reparto, en el que destaca el mamarracho-guaperas de turno, ídolo de quinceañeras mentales y supuesto actor Robert Pattinson, y a los españoles, tanto productores como intérpretes que aceptaron colaborar en semejante denigración de los retratos ofrecidos de tres de los mayores genios de la cultura española, a su vez tres de las más importantes figuras del panorama mundial durante el siglo XX y hasta la actualidad.
El pecado es aún mayor si pensamos en las excelentes obras -como las de Ian Gibson o Agustín Sánchez Vidal- que han profundizado en el estudio y explicación de aquella relación a tres bandas tan peculiar y decisiva para la cultura mundial, y que, afortunadamente, nada tienen que ver con la inventiva de director y guionista de esta burda patraña, esperable por otra parte de aquellos productores y autores extranjeros que se detienen en las superficiales etiquetas de los lugares comunes a fin de crear estereotipos y narraciones planas y alimenticias que les hagan la mitad de la campaña de publicidad para el estreno. Así, Morrison y compañía no dudan en mentir, falsear datos o incluso de enorgullecerse de sus metidas de pata históricas, cuando no deliberadas tergiversaciones (la presentación de Gala, posterior esposa de Dalí, la extraña e inexplicable ausencia de Pepín Bello, el eslabón oculto entre los tres genios), a fin de que la realidad tan bien conocida en España no les estropee sus infantiloides giros de guión y su emotividad tontita y barriobajera. Continuar leyendo «La tienda de los horrores – Sin límites»→
Película inteligente, aguda, cínica, desasosegante, sorprendente, impactante, hilarante a ratos, maravillosamente interpretada por un grupo de actores inmejorable (Juan Diego, Eduard Fernández, Chete Lera, Antonio Dechent, Manuel Morón, Francesc Garrido, Ulises Dumont, Vicky Peña, entre otros), que consigue sobreponerse a base de un guión soberbio a una evidente escasez de medios y financiación, Smoking room, dirigida en 2002 por Julio Wallovits y Roger Gual, es una de las mejores películas españolas de lo que va de siglo. Artesanal, pero sólida y contundente, trata de la aventura de un empleado en su lucha para que en su empresa se habilite una sala para poder fumar y de cómo se enturbian las relaciones entre los compañeros a raíz de su petición. Parábola de la falta de solidaridad, de los egoísmos y de la falta de deseos por comunicarse y entenderse entre los seres humanos, finaliza, como oposición, con este tema del gran Serrat, Hoy puede ser un gran día, que pone banda sonora al momento en que los empleados comparten su tiempo libre de domingo en una pachanga futbolera.