Música para una banda sonora vital: La casa Gucci (House of Gucci, Ridley Scott, 2021)

Todo es un desastre en este nuevo bodrio de Ridley Scott sobre la familia Gucci y la sucesión de traiciones, luchas de poder y venganzas que llevaron sus negocios a la decadencia y desencadenaron en el asesinato en 1995 de Maurizio Gucci (Adam Driver) por orden de su mujer, Patrizia Reggiani (Lady Gaga). Película tan superficial, tan pobre, que solo sabe lucir dinero y fabricar videoclips insertando canciones pop del repertorio popular de tres décadas que cubre, de los 70 a los 90, con Jeremy Irons y Al Pacino completando reparto como caricaturas de sí mismos, los únicos momentos reseñables son aquellos que corresponden a su registro como comedia involuntaria, con Salma Hayek como pitonisa televisiva y Jared Leto dando vida a Paolo Gucci como si acabara de escaparse de La hora chanante o de Al Ataque, aquel programa del nefasto Alfonso Arús.

Como colofón de la película, otra rareza, una de esas versiones de canciones pop que le dio por hacer a Luciano Pavarotti a dúo con sus autores o intérpretes, en este caso, junto a Tracy Chapman en su tema Baby Can I Hold You Tonight. Muy adecuada para una película de excesiva duración (más de dos horas y media) hecha a trozos, si no a mordiscos.

8 comentarios sobre “Música para una banda sonora vital: La casa Gucci (House of Gucci, Ridley Scott, 2021)

  1. Todos estos directores octogenarios que tienen la suerte de poder filmar no hacen otra cosa que casquerías a tutti frutti: a van ba buluba balam bambú. Clint Eastwood, Scorsese, Wenders, Mann, Polanski, Spielberg, bueno, a este le quedan tres años para los ochenta, pero da lo mismo. Mira lo que está pasando ahora: Kevin Costner está que trina por haber fracasado con su última película tras haber hipotecado (sus casas), sí, en plural. Y ya ni te hablo del patinazo de Coppola que ha hipotecado su hogar a los 85 años para realizar un sueño largamente acariciado. El pobre irá derechito a una residencia del ejercito de salvación. Me imagino un peliculón sobre este temazo, tío: directores octogenarios que viven su última cruzada, como los grandes pioneros del nacimiento del cine, pero en un tiempo donde el cine ya no existe. ¿Tú no ves un peliculón, viejo amigo? El final podría ser este: todos esos octogenarios acaban de vagabundos levantando sus tiendas de campaña bajo el letrero de Hollywood en el Monte Lee, en Los Angeles, que forma parte del Parque Griffith; nombre que ya nadie recuerda.

    Sin embargo, es preferible esta situación a la que tiene Mick Jagger que a sus ochenta años sigue engendrando bebés.

    Esta no la he visto. Veo que también sale Nicola di Bari y Lady Gaga y Alfonso Arús y Pavarotti…. ¿Vale la pena quedarse sin casa por una cosa así?

    Abrazos mil.

    1. Cielos, qué buena idea… Sería un «Cocoon» de directores de cine… Es cierto que una retirada a tiempo es una victoria, pero también que algunos directores han brindado obras magníficas superados los ochenta años, como Frankenheimer o Lumet, por citar dos de no hace tanto tiempo. El problema, creo, es intentar seguir el mismo ritmo de estrenos que tenían cuando eran jóvenes, y claro, el no disponer de tanto tiempo para planificar, preparar, etc., hace que la noción «testamento cinematográfico» se vaya devaluando y a veces la última película de algunos directores importantes sea un pequeño cagarro indigno del resto de su carrera.

      Te veo enchufado con Little Richard… En fin, esta película es lamentable, da la impresión de que está hecha con descartes de esa otra de hace unos años, «Todo el dinero del mundo», sobre el secuestro de Paul Getty, de la que borraron a Kevin Spacey por sus asuntos judiciales, de los cuales, por cierto, ha sido declarado inocente en todos los casos.

      Contaba con que aparecieras por aquí a honrar como es debido a Nicola di Bari. De hecho, esa es la razón principal de esta entrada. Te prometo que conforme iba viendo la película no pensaba en otra cosa cada vez que aparecía Adam Driver. Me partía de risa yo solo.

      Abrazos

  2. Sí, sí; Frankenheimer, Lumet… pero les pillaron todavía sin las plataformas, sin que la gente estuviera tan enganchada a las series y tanto Frank como Lumet tuvieron productores.  Ahora las plataformas son los lugares de proyecciones y sus directivos no saben quién es John Ford.

    Espero que no le dé a Mariano Ozores por salir del geriátrico para ponerse a dirigir la película que nunca pudo realizar. De todas maneras, no sería tan mala, tal y como están los tiempos. Incluso veo al bueno de Mariano contratando a Nicola di Bari, Oscar Issac y Mark Ruffalo intentando atracar el casino de Torrelodones. Evidentemente, harían un cameo Andrés Pajares y Fernando Esteso. Al tiempo.

    Abrazos mil.

    1. Eso es cierto, las plataformas son una fábrica de chorizos y morcillas de marca blanca que dilapidan la reputación de cualquiera que la tuviera.

      ¿Te has enterado del proyecto de una de ellas para contar la vida de Tamara, Paco Porras, Leonardo Dantés, Tony Genil y compañía? Pues es cierto, y con reparto de intérpretes que en algún momento han aspirado a gozar de buena imagen.

      Abrazos

  3. Pues no, pero no me extraña nada a estas alturas. Ahora se hacen documentales y biopic de cualquier individuo/a. Ahí tenemos «El crítico» con Carlos Boyero (que no he visto ni veré). Vienen otros con Pablo Motos con título «El presentador», Jorge Javier Vázquez «La cosa», etcétera. Netflix y compañía es ahora la escuela de cine, literatura y de todo lo demás y, con lo políticamente correcto a tope.

    Abrazos mil.

    1. Bueno, para hacer un documental sobre un crítico, y sobre ese crítico en particular, lo primero hay que estar muy muy aburrido. No obstante, el documental tiene un momento memorable, que es cuando comparten cena y cuentan batallitas Boyero y Oti Rodríguez Marchante. Oti se pone como el tenazas, el documental, el cine, lo que sea, le da igual.

      Abrazos

  4. Jajajaja, pues yo te confieso que me lo pasé de miedo con este despropósito.

    Me enganchó totalmente este melodramón barroco y extremo con gotas de serial de los ochenta a lo Dinastia o Los Colby.

    Te diré que lo vi en sala de cine y luego me enganché de nuevo en la tele.

    Beso

    Hildy

    1. Bueno, pues cada uno con sus cosas. Yo no sé qué puede tener que pueda enganchar a nadie. Bueno, como prácticamente todo el cine de Ridley Scott. Dado el aplauso que despierta en los medios (aunque nunca expliquen por qué) y la audiencia de las películas, seguro que soy yo el que está equivocado. O no.

      Besos

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.