Música para una banda sonora vital – Cousteau

Que sepamos, este The last good day of the year del grupo Cousteau (aunque no son familia del famoso oceanógrafo francés) no pertenece a ninguna banda sonora (por desgracia, porque es un temazo), pero sirve de manera inmejorable para despedir 2008. Ojalá sean estos los mejores días del año para todos vosotros, escalones imprescindibles de esta escalera hacia los cielos y los infiernos del séptimo arte.

Música para una banda sonora vital – Donnie Darko

La particular magia de esta película de culto dirigida por Richard Kelly en 2001 se recrea también gracias a una banda sonora excepcional y una colección de canciones estupendas. Nos quedamos con dos, la evocadora The killing moon, de Echo & the Bunnymen, y el clásico moderno Mad world, de Gary Jules.

Mis escenas favoritas – Plácido

Nada mejor que una de entre las muchas escenas gloriosas de esta obra maestra de Luis García Berlanga para, por un lado, desearos a todos, creyentes y no creyentes, una Feliz Navidad, y también para reflexionar, creyentes y no creyentes, acerca de la hipocresía colectiva, el escaparatismo moral y el barniz artificioso de buenos sentimientos, marketing de encomiables propósitos y falsedad generalizada de estas fechas, que, afectándonos a todos en mayor o menos medida, alcanza cotas inigualables en fenómenos tales como telemaratones, subastas benéficas, eventos varios a beneficio de no se sabe quién… Todo aquello que Berlanga y Azcona, como siempre, consiguen sacar a la luz de la alfombra bajo la que lo escondemos para arrojárnoslo a la cara con una sonrisa y un buen pescozón.

Feliz Navidad a todos los escalones.

Diálogos de celuloide – Los intocables de Elliot Ness

Me crié en un barrio difícil. Y allí decíamos que con una palabra amable y una pistola llegarás más lejos que con solo una palabra amable. Quizá lo tomé al pie de la letra.

The untouchables of Elliot Ness. Brian de Palma (1987).

Música para una banda sonora vital – Najwajean

El dúo formado por Carlos Jean y la cantante, y sobre todo actriz, una de las mejores del cine español (si no la mejor, y también una de las más perturbadoras) Nawja Nimri, Najwajean, constituye una de las más elegantes ofertas en la música española actual. Crime, de su último álbum, Till it breaks, es una buena muestra de ello.

El regreso: poesía demoledora

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Avisamos. Esta película es excelente. Esta película ganó la Mostra de Venecia de 2003. Esta película es la ópera prima del director ruso Andrey Zvyagintsev. Pero, sobre todo, esta película duele. Duelen sus maravillosas y poéticas imágenes, duele mucho más que éstas estén al servicio de una historia que es una inmensa herida que no cesa de supurar, que estremece y sobrecoge al espectador con el drama que presenta, que lo vapulea, desconcierta, emociona, inquieta y sorprende al ser utilizado por el director como parte fundamental de la cinta, como último eslabón para la composición de su, deliberadamente, complejo mensaje y significado, repleto de recovecos, giros, pero cuyas ramas responden a una estructura, a una arquitectura interna dotada de lógica. No se trata, eso sí, de una película de palabras, sino de subordinación de éstas a los silencios y a las emociones.

Contada en forma de road movie, la trama nos presenta a dos hermanos, Andrey e Iván, que viven en una impersonal y suburbial ciudad industrial rusa y cuya familia, de la que el padre, al que los niños sólo conocen por fotografía, está ausente desde hace más de diez años, sufre las consecuencias de la crisis económica que para el ciudadano medio no ha cesado desde la década de los setenta pero que ocasionalmente ha alcanzado repuntes insoportables. Crecen en una familia desestructurada, en la que la madre y la abuela se reparten a partes iguales el papel de padre, y en un ambiente social violento, sin futuro para una juventud que pierde el tiempo jugando al fútbol en la calle, nadando en los pantanos o luchando unos contra otros en interminables peleas callejeras. Eso, al menos, hasta que una mañana aparece el padre ya casi olvidado. Al día siguiente de su vuelta, el padre y los dos hijos parten en un viaje de siete días hacia sus raíces, en lo que supone también un retorno del padre a sus hijos, el viaje de éstos hacia la madurez y la superación de la infancia despreocupada y repleta de juegos y su sustitución por la asunción de responsabilidades; un viaje de conocimiento mutuo que más que de placer alcanza cotas de aventura por la supervivencia ante las dificultades que van surgiendo y, sobre todo, por el desgaste emocional de unos personajes que no cesan de enfrentarse. Andrey e Iván mantienen visiones diferentes de su padre. El mayor lo admira sin reservas desde que lo ve conducirse con su marcialidad, sus modales rudos, su competencia física y mental para la resolución de cualquier problema; el pequeño, falto de cariño y de comprensión, no tiene más que preguntas, quejas y recelos hacia su padre perdido y recuperado cuando ya no lo esperaba. El padre, hombre de buen corazón y cuyo dolor se palpa en el rostro con cada fotograma, no es capaz de abandonar sus modales militares en el camino de la educación de sus hijos, y aunque sus intenciones son buenas, la ausencia de cariño, de comprensión, la excesiva rudeza y crueldad, las órdenes autoritarias y los castigos sin piedad de su programa, no de educación, sino de instrucción, harán mella en los chicos hasta llegar a un desenlace pesimista. Continuar leyendo «El regreso: poesía demoledora»

Cortometraje: Faubourg – Saint Denis

Película de Tom Tykwer que forma parte del macroproyecto Paris, Je t’aime, homenaje a la ciudad de la luz por parte del cine que consiste en minipelículas encadenadas de apenas unos minutos, dirigidas por cineastas de todo el mundo: Olivier Assayas, Frédéric Auburtin, Gérard Depardieu, Gurinder Chadha, Sylvain Chomet, Joel Coen, Ethan Coen, Isabel Coixet, Wes Craven, Alfonso Cuarón, Christopher Doyle, Richard LaGravenese, Vincenzo Natali, Alexander Payne, Bruno Podalydès, Walter Salles, Daniela Thomas, Oliver Schmitz, Nobuhiro Suwa, Tom Tykwer y Gus Van Sant, y con una extensa y variopinta nómina de intérpretes: Natalie Portman, Fanny Ardant, Elijah Wood, Nick Nolte, Juliette Binoche, Willem Dafoe, Bob Hoskins, Gena Rowlands, Ben Gazzara, Gérard Depardieu, Steve Buscemi, Rufus Sewell, Emily Mortimer, Maggie Gyllenhaal, Leonor Watling, Miranda Richardson, Sergio Castellito Juliette Binoche, Sergio Castellitto, Olga Kurylenko, Li Xin, Javier Cámara, Margo Martindale, Yolande Moreau, Catalina Sandino Moreno, Ludivine Sagnier, Barbet Schroeder, Gaspard Ulliel… (duración: 7 minutos, aproximadamente).

El tren: obra maestra de John Frankenheimer

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Desde que Adolf Hitler, pintor frustrado, se hizo con París casi sin resistencia el 14 de junio de 1940, tuvo el propósito de vaciar de arte la capital francesa, esquilmarla, desvalijarla metódica, meticulosamente, saquearla a conciencia tomándose todo el tiempo que hiciera falta. De este modo, el irrepetible tesoro artístico francés pasaría a ser la orgullosa colección de arte del Reich. Para ello, Hitler creó un intrincado aparato burocrático dirigido por Kurt Von Behr, que rendía cuentas directamente con Herman Göring, con la finalidad de organizar una labor sistemática de expolio que se prolongaría durante años y que incluiría, ya desde 1940, una red clandestina de fuga para obras y traficantes de ellas que permitiera sacarlas de Francia al margen de la suerte de la guerra. En apenas tres años, de abril de 1941 a julio de 1944, casi ciento cuarenta trenes especiales partieron desde París hacia Alemania o hacia los países pantalla para el robo organizado (Suiza, España, Portugal, Suecia, el Vaticano…) más de cinco mil cajas y arcones repletos de objetos artísticos de todo tipo, en un extraño paralelismo irónico con los trenes que hacían casi las mismas rutas y que terminaban algo más lejos, en Auschwitz, Sobibor, Treblinka o tantos otros. Muchas de esas obras siguen hoy en proceso de recuperación; algunas fueron recuperadas en 1945 en las dependencias privadas del propio Hitler o de algunos de sus jerarcas, como Von Ribbentrop o Herman Göring, a pesar de que calificaran en público repetidamente a la mayor parte de los autores de aquellas obras de artistas degenerados, o incluso, conservando obras de artistas judíos. Se calcula que el número total de obras expoliadas supera las 100.000, de las que unas 60.000 se recuperaron, y que los domicilios privados saqueados superan los 40.000, en su mayor parte propiedad de judíos enviados al exterminio. La contabilización escrupulosa de estas operaciones pudo realizarse gracias a una infiltrada en la organización, Rose Valland, quien pasaba información a la resistencia y a los servicios secretos británicos y norteamericanos en orden a impedir la salida de las obras de arte de Francia o a dejar constancia del origen, destino y transporte utilizado para las mismas. Continuar leyendo «El tren: obra maestra de John Frankenheimer»

La tienda de los horrores – La isla

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Pues no, a este dúo de guaperas no se les ha quedado este careto facial viendo su propia película (si lo hubieran hecho, ya no tendrían cara porque se les hubiera caído de vergüenza…). Es un fotograma de uno de los abundantes, excesivos, atosigantes, circenses, momentos de acción de este truño de Michael Bay, experto especializado en castañas pilongas que pretenden pasar por cine (Armaggedon, Pearl Harbor, Transformers 1 y 2, Dos policías rebeldes 1 y 2) que una vez más toma una idea a priori no ya buena, sino magnífica, que desarrolla durante un rato de sus 127 minutos, para luego tirarla por el W.C. y dedicarse a hacer durante la hora y media restante una mamarrachada de pirotecnia y chapa destrozada de esas que le gustan tanto a él y a su padre.

Hay que reconocer que la idea de origen, siendo buena, original, lo que se dice original, no es. El trío maravillas de guionistas de este peñazo (Caspian Tredwell-Owen, Alex Kurtzman-Counter y Roberto Orci) se compraron una batidora último modelo (o más bien les tocó en la tómbola; dada su calidad como guionistas uno se los imagina mejor sacando boletos en las ferias que con la cartera rebosante de dólares para comprar electrodomésticos superfluos), vertieron en su interior Matrix y Blade Runner y, hala, ya tenemos veinte o treinta minutos de película. Continuar leyendo «La tienda de los horrores – La isla»

Cortometraje – Vicente Villanueva, cortometrajista prolífico (II)

Ofrecemos un nuevo cortometraje dirigido por Villanueva, Eres, de 2006, que incide en la siguiente cuestión: no somos como nosotros creemos, sino como nos ven… ¿seguro? Sinceramente, tras ver este corto, esperamos que no. Un buen trabajo que analiza la naturaleza de las relaciones sociales con humor y visión crítica acerca de la falta de comunicación en la sociedad actual, la hipocresía, la incomprensión y los egos (duración aproximada, 9:36 mins.).