Oí la noticia ayer por la tarde en la radio, compa Alfredo, y me causó bastante impresión. Era un hombre de edad ya muy avanzada, desde luego, y sus últimas obras no me habían entusiasmado en exceso, pero tengo con este hombre una enorme deuda de gratitud en lo que respecta a mis querencias cinéfilas, una buena dosis de las cuales se las debo a él, el autor de un cine «parlanchín», muy humano y, por encima de todas las cosas, muy fresco y muy personal.
Pues sí, Manuel, un apologeta de la sencillez o, mejor dicho, de la enorme complejidad, humana y técnica, que encierra a la hora de contar una historia. Seres reales, historias reales.
Abrazos.
Jolínes. Otro de los grandes que se va. Cuanto he disfrutado con sus películas, con esas conversaciones en el coche, con esos personajes liados consigo mismos, con la coleccionista, con esa noche con Maud, con la buena boda -esta última me encanta-, con esos personajes siempre al vaivén de sus sentimientos más … primarios, aunque mantengan y, hasta realmente piensen o quieran pensar que están por encima de todo eso.
Sí,otro que se ha ido.Lo único que podría decir de él,es que rodaba las películas en 16mm y luego las pasaba a 35,porque no le gustaba el color tan perfecto que daba este último formato.El color del tiempo es lo que buscaba.
porque se haya muerto no le voy a dedicar un panegírico: me resulto siempre insoportable, sin ningún interés.
Lamento siempre la muerte de un artista, pero nunca esperaba sus películas, para mí deshidratadas, aburridas…pasa más en mi vida que en sus películas, así que no gasto minutos viéndolas.
Su estética es para mí inexistente.
Una pérdida enorme, un extraordinario cineasta. Rohmer no tenía estética, tenía cine en el interior de sus obras, algo poco común en estos tiempos.
Por cierto, no te lo vas a creer, pero este hombre había iniciado conversaciones y mostrado disponibilidad….para venir a visitarnos a darnos una charla. No quiero ser malo, pero ya se podría haber muerto un poquito más tarde, jeje.
Perdón, se me ha olvidado decir una cosa, hay que tener cuidado a la hora de catalogar a Rohmer y cineastas de este tipo como simples en su trabajo cinematográfico, porque el trabajo de su puesta en escena es complejísimo en muchos detalles del lenguaje cinematográfico.
Pues sí, Iván, la cuestión que conviene aclarar siempre es que la presunta sencillez en la pantalla conlleva un trabajo y precisa de una habilidad enormes. Es algo que es espectador medio generalmente no aprecia, aunque luego no pierde ocasión de embobarse con cualquier chorrada digitaloide. En el caso de Rohmer, aunque a veces abusa del fárrago en sus historias, no puede negarse que la (engañosa) sencillez es su vehículo, tanto de temas como de puesta en escena, cuando acierta y cuando falla.
Espero, eso sí, que su muerte no tenga que ver con la visita que pensaba haceros, a ver si antes de ir por allí ha preferido…
Abrazos.
Jajaja, puede ser Alfredo, como dijo hace no mucho cuando le preguntaron por las últimas películas de Godard «me gustan mucho las películas de Godard, pero no me entero de nada», seguramente cuando vi el nombre del lugar donde iba a visitarnos le dio algo que el hombre estaba mayor para mucha complicación, jeje.
Abrazos
Cierto. No he estado muy atento a los informativos de televisión, pero me da miedo pensar en qué habrán dicho…
Saludos.
Bueno, entonces Rohmer opina de Godard, al menos en parte (lo de «no me entero de nada») lo mismo que todo el mundo…
No lo descartes, amigo Iván, no lo descartes…
Un abrazo.
39escalones 
Oí la noticia ayer por la tarde en la radio, compa Alfredo, y me causó bastante impresión. Era un hombre de edad ya muy avanzada, desde luego, y sus últimas obras no me habían entusiasmado en exceso, pero tengo con este hombre una enorme deuda de gratitud en lo que respecta a mis querencias cinéfilas, una buena dosis de las cuales se las debo a él, el autor de un cine «parlanchín», muy humano y, por encima de todas las cosas, muy fresco y muy personal.
Un fuerte abrazo y buen día.
Pues sí, Manuel, un apologeta de la sencillez o, mejor dicho, de la enorme complejidad, humana y técnica, que encierra a la hora de contar una historia. Seres reales, historias reales.
Abrazos.
Amén.
Jolínes. Otro de los grandes que se va. Cuanto he disfrutado con sus películas, con esas conversaciones en el coche, con esos personajes liados consigo mismos, con la coleccionista, con esa noche con Maud, con la buena boda -esta última me encanta-, con esos personajes siempre al vaivén de sus sentimientos más … primarios, aunque mantengan y, hasta realmente piensen o quieran pensar que están por encima de todo eso.
D. E. P.
Pues eso, Raúl.
Era de esperar, Celebes, que 89 tacos, menos para Manoel de Oliveira, son 89 tacos… Acertada descripción de su estilo, sí señor.
Sí,otro que se ha ido.Lo único que podría decir de él,es que rodaba las películas en 16mm y luego las pasaba a 35,porque no le gustaba el color tan perfecto que daba este último formato.El color del tiempo es lo que buscaba.
Un abrazo.
Cierto, Francisco, de ahí el aspecto difuminado, casi onírico, de algunas escenas de sus películas.
Abrazos.
porque se haya muerto no le voy a dedicar un panegírico: me resulto siempre insoportable, sin ningún interés.
Lamento siempre la muerte de un artista, pero nunca esperaba sus películas, para mí deshidratadas, aburridas…pasa más en mi vida que en sus películas, así que no gasto minutos viéndolas.
Su estética es para mí inexistente.
Bueno, Dante, no seas tan duro, hombre… Tiene unos cuantos tochos de películas, eso es innegable, pero también tiene aciertos.
Una pérdida enorme, un extraordinario cineasta. Rohmer no tenía estética, tenía cine en el interior de sus obras, algo poco común en estos tiempos.
Por cierto, no te lo vas a creer, pero este hombre había iniciado conversaciones y mostrado disponibilidad….para venir a visitarnos a darnos una charla. No quiero ser malo, pero ya se podría haber muerto un poquito más tarde, jeje.
Saludos Alfredo!!
Perdón, se me ha olvidado decir una cosa, hay que tener cuidado a la hora de catalogar a Rohmer y cineastas de este tipo como simples en su trabajo cinematográfico, porque el trabajo de su puesta en escena es complejísimo en muchos detalles del lenguaje cinematográfico.
Pues sí, Iván, la cuestión que conviene aclarar siempre es que la presunta sencillez en la pantalla conlleva un trabajo y precisa de una habilidad enormes. Es algo que es espectador medio generalmente no aprecia, aunque luego no pierde ocasión de embobarse con cualquier chorrada digitaloide. En el caso de Rohmer, aunque a veces abusa del fárrago en sus historias, no puede negarse que la (engañosa) sencillez es su vehículo, tanto de temas como de puesta en escena, cuando acierta y cuando falla.
Espero, eso sí, que su muerte no tenga que ver con la visita que pensaba haceros, a ver si antes de ir por allí ha preferido…
Abrazos.
¡Vaya! El primero del año: la parca no toma vacaciones, está claro. Una enorme pérdida para el cine y en particular para el galo.
Saludos.
Jajaja, puede ser Alfredo, como dijo hace no mucho cuando le preguntaron por las últimas películas de Godard «me gustan mucho las películas de Godard, pero no me entero de nada», seguramente cuando vi el nombre del lugar donde iba a visitarnos le dio algo que el hombre estaba mayor para mucha complicación, jeje.
Abrazos
Cierto. No he estado muy atento a los informativos de televisión, pero me da miedo pensar en qué habrán dicho…
Saludos.
Bueno, entonces Rohmer opina de Godard, al menos en parte (lo de «no me entero de nada») lo mismo que todo el mundo…
No lo descartes, amigo Iván, no lo descartes…
Un abrazo.