David Shire pone la música de este estupendo thriller de secuestros que combina acción e intriga con un refinado sentido de la comedia negra.
Música para una banda sonora vital: Pelham 1, 2, 3 (The Taking of Pelham One Two Three, Joseph Sargent, 1974)
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Es una película estupenda con un Walter Matthau soberbio, tanto como Robert Shaw. Las bandas sonoras de aquellas películas de finales de los sesenta y principios de los setenta me encantaban. Ahí tenemos a Lalo Schifrin en “Bullitt”; una mezcla de jazz tradicional y free jazz. ¿Has visto la adaptación “Asalto al tren Pelham 123” con un Travolta pelón y poco creíble? Las películas de Tony Scott están filmadas por un operador con párkinson radical. La dirección de Joseph Sargent es extraordinaria. Cuando la vi en el cine hace ya muchísimas películas creí que se trataba de Sidney Lumet; otro gran director que sabía filmar las calles y el metro como nadie.
Abrazos mil.
Travolta es poco creíble, de entrada, por su voz. No tiene voz de tipo duro y resolutivo, ni mucho menos amenazante. Yo me lo imagino diciendo «Sandy, Sandy», todo el rato, como en Grease, y jamás le pagaría un rescate porque nunca podría secuestrar a nadie.
La película es una gozada, y aunque tiene algún punto flojo de guion, por caprichoso, sobre todo en la resolución, está muy bien trenzada.
Hay un puñado de clásicos policíacos de aquel periodo que son estupendos, y hoy están un poco olvidados. No sé, había más verdad, más autenticidad; ahora mismo no saben hacer ese tipo de películas sin la participación de la tecnología, tanto en el rodaje propiamente dicho como en la narración, llena de teléfonos móviles, ordenadores y otras mierdas modernas. Todo eso, para mí, le quita encanto o interés a cualquier intriga, como se los quita a la vida real.
Abrazos
Transmitían muy bien el ambiente de la calle, eran casi documentales. Esa suciedad, esos negocios, los cines porno, las prostitutas, los proxenetas, etc. Fíjate en esa maravilla que es «Cowboy de medianoche», se rodó en la calle 42 con cámaras ocultas.
Abrazos miles.
Claro, sacar la cámara a la calle, no reproducirla digitalmente…
Abrazos