Recuerdo que las películas de Terence Hill y Bud Spencer las veía también en ese cine donde se proyectaban esos péplums algo descoloridos y fatigosos. Solí ir a ver las pelis del gordo y el flaco modernos con la pandilla y nos reíamos de lo lindo. Terence Hill era para nosotros «el cabrón», con esa sonrisa socarrona y cínica, y el bueno de Bud, el «fortote tonto». Eso sí, cuando se cabreaba y abría la mano para dar una santa hostia se quedaba solo. Recuerdo una escena (pero no el título de la película) donde Bud está en medio de las grandes praderas en plena noche. Tiene un fuego encendido y está calentando unas alubias, pero en esas praderas pecadoras hay más tránsito que en la Nacional de los años ochenta camino de Torremolinos. Aparecen unos tipos y le roban las alubias a punta de pistola. Bud vuelve a poner más alubias en su sartén sucia y a abollada y aparece, como de la nada, «el cabrón» de Terence, con aquella sonrisa tan y tan acabronada, y se las zampa también a punta de pistola. Recuerdo con mucho agrado la visión de Dos superpolicías, ya en EE.UU., con un presupuesto más importante aunque la película, para nosotros, la pandilla zarrapastrosa, nos resultó muy limpia y echábamos de menos los westerns sucios y baratos de estos dos tipos, que como bien dices en un comentario, «la gente de cierta edad lo tenemos asociado a la memoria sentimental».
¡Un hurra para el viejo Bud Spencer! ¡Y por las alubias que no pudo comerse!
Todos tenemos recuerdos parecidos de toda esta gente. No era buen cine, no eran buenos actores (aunque Terence está en El gatopardo de Visconti), pero lo asociamos con días tranquilos y felices, sin tanta mierda alrededor.
Ya no dará más cachiporrazos. Todo un personaje. D. E. P.
Proverbial su guantazo con la mano abierta…
… Va unido al recuerdo de mi padre. Cómo se reía con sus proverbiales guantazos y sus cachiporrazos…
Lágrimas de la risa.
Me ha dado mucha pena la noticia.
Beso
Hildy
Sí… Desde luego, no podemos hablar de gran cine ni de un gran actor. Pero la gente de cierta edad lo tenemos asociado a la memoria sentimental.
Besos
Recuerdo que las películas de Terence Hill y Bud Spencer las veía también en ese cine donde se proyectaban esos péplums algo descoloridos y fatigosos. Solí ir a ver las pelis del gordo y el flaco modernos con la pandilla y nos reíamos de lo lindo. Terence Hill era para nosotros «el cabrón», con esa sonrisa socarrona y cínica, y el bueno de Bud, el «fortote tonto». Eso sí, cuando se cabreaba y abría la mano para dar una santa hostia se quedaba solo. Recuerdo una escena (pero no el título de la película) donde Bud está en medio de las grandes praderas en plena noche. Tiene un fuego encendido y está calentando unas alubias, pero en esas praderas pecadoras hay más tránsito que en la Nacional de los años ochenta camino de Torremolinos. Aparecen unos tipos y le roban las alubias a punta de pistola. Bud vuelve a poner más alubias en su sartén sucia y a abollada y aparece, como de la nada, «el cabrón» de Terence, con aquella sonrisa tan y tan acabronada, y se las zampa también a punta de pistola. Recuerdo con mucho agrado la visión de Dos superpolicías, ya en EE.UU., con un presupuesto más importante aunque la película, para nosotros, la pandilla zarrapastrosa, nos resultó muy limpia y echábamos de menos los westerns sucios y baratos de estos dos tipos, que como bien dices en un comentario, «la gente de cierta edad lo tenemos asociado a la memoria sentimental».
¡Un hurra para el viejo Bud Spencer! ¡Y por las alubias que no pudo comerse!
Abrazos, amigo.
Todos tenemos recuerdos parecidos de toda esta gente. No era buen cine, no eran buenos actores (aunque Terence está en El gatopardo de Visconti), pero lo asociamos con días tranquilos y felices, sin tanta mierda alrededor.
Abrazos, amigo.