Cine en serie – Tomates verdes fritos

CINE PARA CHUPARSE LOS DEDOS (X)

Paradigma de éxito producto del boca a boca, esta película de John Avnet filmada en 1992 y basada en el libro de Fannie Flagg no es precisamente una película en la que la gastronomía esté muy presente más allá de los ricos desayunos y almuerzos del café de Whistle Stop, de los huevos, el tocino, y sobre todo, de los tomates verdes fritos. En realidad, el cine norteamericano es una proyección natural del nivel de su gastronomía, quizá no en cuanto a marketing y a la existencia de buenos (y caros) restaurantes, sino con respecto a donde de verdad hay que medir el nivel de la gastronomía de una sociedad: la cocina doméstica. Y hay que reconocer que la manteca de cacahuete, las barbacoas domingueras y los bistecs de buey de cinco centímetros de grosor no están a la altura de la dieta mediterránea. Por eso no es de extrañar que en una sección de cine y comida que va por su décima entrega ésta sea la primera película norteamericana que aparece. Comer, y comer bien sobre todo, es un placer que se nutre del elemento tiempo, el concepto de degustar, de la vista y los olores, algo que en las sociedades de lo inmediato como en la norteamericana (o poco a poco, la nuestra) está condenado por la prisa y la banalidad.

Pero, sin tratar ningún aspecto que venga directamente relacionado con la comida, el hecho es que buena parte de la acción transcurre en un famoso Café de Whistle Stop, Alabama, un pueblo muy pequeño pero muy grande en historias. La magnífica Kathy Bates da vida a Evelyn, una mujer madura y obesa que sobrelleva como puede el rechazo de su marido y en general de una sociedad que utiliza el aspecto físico como primer elemento de juicio sobre las personas. Incomprendida, vive en un mundo de ilusiones en el que la comida no es una de las menos importantes, hasta que conoce a Ninny (estupenda Jessica Tandy), una anciana que vive en una residencia, con la que, a partir de un encuentro casual, nace una relación de amistad en la que las comidas de Evelyn y las historias de Ninny se complementan a la perfección.

Las historias de Ninny le dan a Evelyn un nuevo aliciente a su vida. Día tras día, charla tras charla, busca en los cuentos de Ninny la satisfacción de su curiosidad, la emoción y la incertidumbre que están ausentes de su existencia. Y Ninny colma todas sus aspiraciones en ese sentido, en particular la historia del viejo Café de Whistle Stop, la amistad/amor (mucho más explícito el libro que la película en cuanto a la definición de la naturaleza de la relación) entre dos mujeres (Mary Stuart Masterson y Mary-Louise Parker) y el misterioso asesinato del marido de una de ellas, un extraño caso que tuvo en vilo al condado durante mucho tiempo y que todavía oculta claves que Evelyn pretende desentrañar. El relato de Ninny sirve al tiempo para reflejar la vida en el viejo sur de los Estados Unidos, aquel para el que el final de la Guerra de Secesión no supuso el final de nada, que siguió anclado en sus tradiciones, sus prejuicios y su pretendida aristocracia moral. De ese modo, la conmovedora historia de amistad y confianza repleta de humor, ternura y sencillez se ve salpicada de tragedia, de violencia, de asesinatos y de racismo («no se quiere sentar al lado de un negro pero se come los huevos que salen del culo de una gallina…»).

Contada como una sucesión de flash backs, con gran lirismo visual y con unos personajes dotados de gran encanto, sensibilidad y carga emocional, la película deriva en una alegoría de la rebeldía y la libertad frente a una sociedad opresiva y autoritaria, la crónica de la valentía de unas mujeres fuertes por lograr que a su alrededor el mundo fuera más justo, más humano, que se rebelaron contra los prejuicios de una sociedad que se ata a la tradición como pretexto para el inmovilismo y el control férreo, en un entorno en el que ser o hacer algo diferente es un delito.

Una película vitalista no exenta de esa moralina tan grata al público norteamericano pero transmitida de forma más sutil de lo habitual, sentimental y tierna, pero no excesivamente babosa ni almibarada, que nos coloca ante el espejo de nuestra propia vida, entra a reflexionar sobre el mecanismo por el cual creamos los prejuicios y ofrece una respuesta, y lo hace acompañada del olor de unos buenos tomates verdes fritos del Café de Whistle Stop, aliñados con una mágica y sabrosa salsa vital. Buen antídoto contra la tristeza que despierta toda una gama de apetitos, no sólo culinarios, sino, sobre todo, humanos.

31 comentarios sobre “Cine en serie – Tomates verdes fritos

  1. Maravillosa!.
    Es curioso lo que ocurre con esta película. Si pudieramos diseccionarla, si pudieramos trocearla y separar por piezas sus elementos, podría resultar una película tan irrgular como prescincible; un producto tardío y «ochentero». Sin embargo, en su conjunto, vista y disfrutada como un todo -compacta- la película resulta de lo más deliciosa. La descripción de sus personajes (casi arquetipos); el esbozo de las mil historias que componen la trama; la suavidad de sus formas; la vitalidad (como bien dices9 que destilan cada uno de sus fotogramas…
    Jamás una voz en off resultó más simpática y emotiva.
    Le tengo un cariño especial a esta película.

  2. estimado Alfredo: sería largo de discutir lo de las dietas en cada país. Aquí he visto desayunar coñac y tortilla en más de un bar y en USA me han servido delicadísimos desayunos muy apetitosos. Al margen de esto, poco generalizable en un país con tal cantidad de gente distinta, ayer mismo preguntaba, vaya casualidad, como se hacían los tomates verdes fritos en una cafetería de mi barrio que los ofrecía.
    Encantadora película y, como siempre, una buena crónica.

  3. Creo que es una de mis películas favoritas, cuanto me gusta.
    En especial esa Kathy Bates aferrada a la comida como única vía de escape…
    Nunca he visto almíbar en ella, solo una buena historia bien contada. De las que te absorben y te hacen sentir, de las que puedes ver «por encima» o entrando de fondo en lo que verdaderamente se cuenta.
    Deliciosa, si. La palabra es deliciosa.

  4. Querido Lord:
    Esta es una peli que me provoca una inmensa ternura siempre que la veo. Sé que es una película durísima pero quizás sea la luz la que obra esa paradoja.

    Un abrazo súper-

  5. Lo has definido muy bien, Raúl. No destaca por nada en particular, pero sí por el todo. De ahí que sea una película recordada y que el boca a boca fuera la puerta de su éxito.

    Cacho de Pan, sé que es malo generalizar, pero no hay más que ver el cine, si podemos tomarlo como expresión sociológica. Por otro lado, últimamente me suceden varias telepatías de estas raras, pensar en una cosa y ver que alguien ha pensado lo mismo días antes o después. ¿Debo asustarme?
    Un abrazo

    Tú lo has dicho, Mima, Kathy Bates. Yo me la llevaba a casa… Incluso en «Misery»… Bueno, en esa a lo mejor no. Y como bien dices no llega a ser una película babosa, lo cual, viniendo de donde viene, es todo un logro.
    Besos

    Doctor, con mucha magia. Esa es otra de esas cualidades, esa atmósfera casi de fábula que logra mantener.
    Un saludo

    Sonia, dura y tierna a la vez, como la vida.
    Un abrazo híper-

  6. Me encantó mucho esta película cuando la ví. Hace unos meses compré un paquete con el dvd y el libro, que tengo por revisar y por leer y justo hace una semana me vino a la memoria viendo a la gran Jessica Tandy -ya sabes tú donde- que, ciertamente, marca un listón interpretativo con su intervención, aunque en mi recuerdo el resto del elenco ofrece un conjunto más que notable, liderado por Bates y por Masterson.
    Curiosamente, siempre he tenido para mí que esta cinta es uno de los mejores alegatos feministas dado en el cine, ya que las mujeres son prácticamente las únicas protagonistas y la fuerza de sus personajes, en un ambiente que intenta minusvalorarlas de distintas formas, reluce por encima de los varones.
    Me ha gustado mucho tu comentario, que sabe suscitar el discurso y ambiente de esa película aparentemente sencilla pero que cala hondo en un momento y una sociedad de los U.S.A. sureños.

    Saludos.

  7. Llego tarde a la comida.
    Empiezo, esta peli me parece: estupenda, esplendida, lírica, tierna, inteligente, bien construida, con personajes sólidos, rebeldes (con causa), esperanzadora, optimista, brillante, soberbia, necesaria, adorable, vitamínica, muy esponja, con sonrisa incluida al final de la peli y con sorpresa, bien interpretada, con guión buenísimo, diferente, encantadora, ¿sigo?

    M

  8. Tienes mucha razón, Josep. Es una película en general sobre los desplazados, los mal vistos, los señalados con el dedo, y en particular, también sobre las mujeres. Y qué duda cabe que las mujeres, como los negros, eran entonces (y por desgracia, en algunos aspectos o para algunas personas, también hoy) seres humanos de segunda, y esta lectura sigue siendo, por desgracia, plenamente actual.
    Saludos

    Eso es Francisco. Por encima de la técnica, de la forma, lo que en última instancia queda en la mayoría de la gente es lo que se cuenta. Buscar una historia y narrarla con pasión es la mitad del camino.
    Abrazos

    Marta, no tengo muy claro si te gusta o no. Especifica, no seas tan ambigua…
    Besos

    Noe, puede ser. Pero yo sí la vi, y me gustó.

  9. Evidentemente John Avnet logró mucbos más halagos con este filme de los que obtendrá con la nueva «Asesinato Justo». Yo no vi «Tomates…» pero le agradezco a Avnet que gracias a él Pacino y De Niro han compartido escenas (por fin) en cine. Y también agradezco que ambos vinieran a Madrid y poder verles de cerca.

    Saludos!!

  10. Una gran película, sobre todo me gustaron las dos parejas de mujeres, Bates-Tandy y Masterson-Parker. Todas van evolucionando a medida que se cuenta la historia. Un ejemplo: Kathy Bates se va identificando con las protagonistas de la narración y, en consecuencia, tomando decisiones en su propia vida.
    Tomo nota del blog, andaré por aquí.
    Saludos.

  11. Me gustó mucho cuando la vi, y también recuerdo un apasionante debate del programa de Garci sobre ella del cual disfruté mucho (si, lo reconozco, los veía todos, jaja). Lo que no se es que ha hecho después Avnet…mmm…o no lo recuerdo o mi memoria es muy selectiva con según que cosas, jeje.
    Saludos Alfredo

  12. Bienvenido, Ethan. Gracias por tu comentario.
    En efecto, los lazos entre pasado y presente, las claves de ambas historias van muy unidos. Es la gran virtud de la historia.
    Saludos

    Iván, pues si no te acuerdas, será que tienes razón. Ahora vuelve a la carga con De Niro y Pacino juntos y compartiendo fotograma… Superfluo me temo.
    Un abrazo

  13. Me gustó el libro y también la película.Coincido plenamente con el análisis que has hecho en especial cuando dices que » la película deriva en una alegoría de la rebeldía y la libertad frente a una sociedad opresiva y autoritaria, la crónica de la valentía de unas mujeres fuertes por lograr que a su alrededor el mundo fuera más justo, más humano, que se rebelaron contra los prejuicios de una sociedad que se ata a la tradición como pretexto para el inmovilismo y el control férreo, en un entorno en el que ser o hacer algo diferente es un delito»
    La escena cuando Ruth envía a Idgi un pasaje de la Biblia para reclamar su vuelta, me parece de una delicadeza increible.
    Un placer leer el comentario de una de las películas que probablemente más me han gustado y eso que la crítica la calificaba de «indigesta»,Fíate de los «expertos»!.El cine es una experiencia mágica y subjetiva, has de ser tú quien se asome a esa ventana abierta al mundo y no fiarte a pies puntillas de lo que te cuenten otros.
    Un saludo!

  14. Gracias, Troyana. Probablemente es un film infravalorado en algunos aspectos. Aunque difiero en algún punto (a tu afirmación de que el cine es una experiencia subjetiva yo añadiría algunos matices), estoy muy de acuerdo.
    Saludos

  15. 39 escalones,matizamos si quieres, pero no creo en principio en la objetividad absoluta ni en el cine ni en ningún otro campo.Soy subjetiva porque soy un subjeto,no un objeto.
    En cualquier caso, en el cine: cierto que puedes hablar de escuelas,de dotes,de medios técnicos,de guión,de actores/actrices,documentar un currículum extenso dedicado al cine,incluso toda una vida, pero después a la sala de proyección o en tu tele o en tu ordenador, eres tú y tus emociones quienes digieren,procesan y finalmente valoran.Tú, tu cerebro,tus recuerdos,tus referentes, nada de eso se queda apartado a la hora de extraer conclusiones.
    Entonces,sí, puede que haya una parte objetiva,pero tu impresión final se ha filtrado por tu propia subjetividad.
    Y píensalo, de no ser así, seríamos androides o PC´s bípedos más o menos programados.
    Un saludo!

  16. Troyana, eso es verdad, pero eres un sujeto pensante, no sólo instintivo o emocional, capaz de racionalizar, saber qué piensa y por qué lo piensa. «El nacimiento de una nación» puede ser una película de mensaje vomitivo, pero como arte es fascinante. El crítico lo primero que debe hacer es dejar sus gustos en casa y racionalizar lo que ve. Si no, no es crítico, es un señor o señora que se limita a dar su opinión y a argumentarla como tú señalas, y que merecerá más o menos aceptación en función de su reputación. Aunque la objetividad total es imposible porque uno siempre está condicionado por su subjetividad (aquella que ha sido inducida durante años por mensajes de diversa índole, como la programación de los androides que tú señalas), el crítico que no aspira a ella es como el periodista que no aspira a ella. Decir si algo me gusta o no lo hace cualquiera en cada faceta de la vida; yo le pido a un crítico que me diga si algo es bueno o no, lo cual es muy distinto y no tiene por qué coincidir.
    La objetividad total quizá nos igualaría a los ordenadores. La subjetividad como producto de un bagaje, digamos, experimental, nos lleva a lo mismo: programación-respuesta.
    Saludos

  17. qué hermosura de peli, no puedo entender que sea del mismo direcotor de «88 minutos». A mi, ésta útima no me gustó nada.
    Vengo del blog de Cacho, me encanta el cine, pero nno tengo blog. Espero sepas disculparme.
    Jazzy

  18. Bien,luego somos seres subjetivos con pretensiones de buscar la objetividad, aunque me sigue pareciendo un poco ficticio e irreal.En cuanto a los críticos,personalmente no espero nada de ellos,sencillamente no tengo una fé ciega en su criterio,he dicho más de una vez que supuestas «obras maestras» me han dejado fría o muerta de aburrimiento y películas calificadas como «indigestas»(tal cual fué «Tomates verdes fritos») han conseguido conmoverme hasta la médula.
    En cuanto al periodismo,uff!díme un periódico,una emisora de radio o una cadena de televisión totalmente objetiva en el/la que no se encuentre subyacente una determinada ideología de un signo u otro? únicamente leyendo todos los periódicos diariamente podríamos acercarnos a lo que realmente acontece y prácticamente lo mismo con las emisoras de radio o la cadenas de televisión.La objetividad es una pretensión,sí,pero ¿es real?intuyo que responder a eso nos adentraría en un debate filosófico que no sé si procede debido a cariz esencialmente cinematográfico de nuestros respectivos blogs….pero bueno es estimulante contrastar impresiones,no?
    saludos

  19. Jazzy, totalmente de acuerdo. Gracias por pasarte por aquí y comentar.
    Un abrazo

    Troyana, muy interesante, en efecto. Precisamente ese es el ‘quid’ de la cuestión. ¿Exiten los oficios de crítico o periodista? Por eso yo prefiero definirme cuando me preguntan más como comentarista que como crítico (en todo caso, aficionado). Personalmente me interesan los críticos que señalan puntos fuertes y débiles, que hacen hincapié en aspectos que merecen relevancia, y que omiten su opinión personal, aquellos que señalan tal o cual película en función de tal o cual perfil de espectador. Mejor dicho, sustituye el concepto «objetividad» por el de «neutralidad». Eso implica utilizar visiones subjetivas, por supuesto, pero en aras, no de adoctrinar y dirigir a los espectadores, sino a orientarlos y que saquen sus propias conclusiones. Un crítico, o un periodista, han de ser eso; cualquier otra cosa, como digo por ahí, es simplemente un señor que da su opinión, y las opiniones son como los culos, que todo el mundo tiene una y son igualmente respetables cuando están argumentadas.
    Tienes razón, dejemos la filosofía para otro rato; no sabemos dónde nos puede llevar…
    Un abrazo

  20. Maravillosa película. No sé qué tiene de especial, como decía Raúl en el primer comentario, diseccionada fríamente podría parecer de un mínimo interés, y sin embargo el resultado en su conjunto te llega bastante. La he visto un par de veces, pero la última debió ser hace siglos, puede que hace 10 años, y aún se me han quedado cosas grabadas (no me suele ocurrir), como el grito de guerra de una de las protagonistas: ¡¡TOWANDA!!

  21. Towanda, sí señor. La película es de esos fenómenos extraños que se dan de vez en cuando. Tiene todos los ingredientes para ser un pastelón, un drama intrascendente o azucarado. Y resulta que es todo lo contrario, y además sostenido y transmitido con nula promoción, por el boca a boca.

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