Diálogos de celuloide – Gilda

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JOHNNY: Felicidades.

BALLIN: No se felicita a la novia, sino al novio.

JOHNNY: ¿Y entonces qué se le dice a la novia?

BALLIN: Suerte…

(…)

GILDA: Si yo fuera un rancho me llamaría Tierra de Nadie.

(…)

JOHNNY: Las últimas encuestas dicen que lo que más hay en el mundo son mujeres… exceptuando los insectos.

GILDA: Tras este simpático comentario, yo me voy…

Gilda. Charles Vidor (1946).

26 comentarios sobre “Diálogos de celuloide – Gilda

  1. Si, si «suerte» a la novia, jeje.
    Que guapa está en esa foto…que guapa.
    He de volver a ver Gilda porque me queda un regustillo machista que igual se borra con los años….¿o no?

  2. No he visto Gilda, pero vaya buen diálogo. Ante el intercambio de palabras masculino con tufillo machista, ella se da la media vuelta y se va. Pero deja claro muchas cosas con su excelente frase.

  3. Guapísima, LaMima, está en mi top-ten de celebridades femeninas de todos los tiempos con letras de oro.
    En realidad es un rencor que, aunque expresado hacia todas las mujeres, tiene destinataria particular. Gilda es un personaje muy interesante y la naturaleza machista o no tanto de la película es un buen tema para analizar, porque no todo es lo que parece.
    Besos

    Magda, en realidad el comentario está dicho en una escena muy concreta y para hacerle daño a ella directamente. Pero algo de tufillo hay sí.
    Un abrazo

  4. Alfredo, ¿cuándo me vas a presentar a tu amiga Gilda? Porque si es cierto que quiere ser un rancho, dejaría correr libres mis vaquillas. (uy, qué fue eso: la verdad, sí. Me gusta mucho su sonrisa, y ese mirar que parece no mirar a nadie, y que atraviesa.)

    Abrazos…. oye, me he conseguido dos pelís: En tus Manos (se supone que es una nueva entrega de Dogma, o al menos que se hace seguidora. Olessen, se llama la Directora.) Y otra que no la conozco pero cuya trama me enganchó: Los Falsificadores. Vamos a ver.

  5. Muy buena selección de frases y también muy buena elección de fotografía. Claro,que era fácil acertar teniendo en cuenta que el surtido era un guión y unos fotogramas de calidad.

  6. Qué va, Lucía, es de la más rabiosa actualidad. Y me temo que va para largo.
    Besos

    Malvisto, me da que ya no es como la de la foto. Se la tomaron hace unos días, ¿comprendes? Me dan un poco de cosa los discípulos del Dogma, la verdad es que se ha pasado de moda. La otra, a priori, tiene mejor pinta.
    Cuida con tus vaquillas.
    Abrazos

    Minerva, cualquier fotograma en el que salga la Hayworth es de calidad, no lo dudes.

    Sonia, salvo imprevisto, será mañana.
    Un abrazo

  7. Tremendo lo de los insectos, pero muy buena la contestación de ella… Un buen diálogo, y sí, un cierto aire a machismo, pero como no la he visto, no sé más.
    Yo también pienso que en la foto está guapísima… y sin Photoshop ni nada.
    Rosa.

  8. Rosa, ahí le has dado. Pero no te quepa duda de que los cirujanos plásticos trabajaban tanto como ahora en Beverly Hills.
    Te la recomiendo. Una película muy moderna para ser de 1946.
    Un abrazo

  9. Vaya, a ver si me leo los últimos artículos que ya voy con retraso, que decir de Gilda? me encanta, es una historia tremendamente avanzada a su época creo yo, un film que me marcó mucho, de esos que recuerdas como clave en la formación cinéfila (otro fue «El coleccionista» de Wyler). Gran película.
    Por cierto Alfredo, debido a una curiosa iniciativa blogger, me he animado a darte un «premio» simbólico en mi blog.
    Abrazos

  10. Iván, muchas gracias por el -inmerecido- premio. Tienes razón, es una película muy moderna, su primera hora tiene diálogos punzantes muy divertidos y agudos.
    Oh, Wyler, cómo hacer que un premio en las quinielas sea menos prosaico y dé para toda una truculenta historia…
    Un fuerte abrazo

  11. Tranquilo Alfredo,tengo amordazada las manos para no dejarme llevar.Gilda…como la Lolita de Nabokov;amor de mi vida.Gilda…perdición de mis sentidos.Gilda…una joya del Séptimo Arte.Gilda…todavía seguimos creyendo y amando el cine.
    Un fuerte abrazo,amigo.

  12. qué diálogos… qué gran película… qué suerte tuvimos con que Rita Hayworth fuera actriz, qué mala suerte tuvo ella en la vida, la pobre fue una infeliz… todo el mundo esperaba a Gilda y ella era Rita… Saludos

  13. Lo que nunca he entendido es cómo Gilda bebía los vientos por ese merluzo. Con lo que me gusta la película… pero las dos o tres veces que la he visto me han dado ganas de darle media docena de famosos guantazos… ¡a él! Ella se lo merienda, vale mil veces más que él (que ni siquiera es guapo)… ¡y le va detrás, como una boba! Ayyyyy…

    (Si se pudiera hacer eso de «La rosa púrpura del Cairo» me metía yo en la pantalla y tenía con ella una seria charla, te lo juro!)

  14. Inde, yo tampoco, aunque si ves al marido y a los tipos que hay por el Buenos Aires de la película, pues en el país de los ciegos… Lo que pasa es que ella es un monumento en movimiento, y los demás no le llegan a la altura del barro.
    A mí siempre me ha surgido la duda de qué pasó cuando parece que vuelven por fin juntos a EE.UU. Yo diría que ella lo dejó tirao en el aeropuerto y se lió con un Kennedy…

  15. Hacía años que no veía esta película hasta hoy, que la han vuelto a reponer en TV y, teniéndola fresca, he de concluir que, por primera vez, a mí también me han entrado ganas de atravesar la pantalla y darle unas cuantas tortas al personaje de Glenn Ford (probablemente sea la primera vez que tenga semejante impulso ante un actor que me gusta, pero el personaje que le han dado es para darle hasta en el cielo de la boca por idiota).
    El segundo y último «defecto» que yo veo en esta película es un final un poco inverosímil y demasiado precipitado. No termino de creérmelo, es como si de repente tuvieran prisa por rematar la peli.
    Por lo demás, un film impecable, con una Hayworth que nunca ha estado más fotogénica que aquí y cuyo momento del striptease del guante me parece, con toda justicia, uno de los instantes más icónicos del cine y un clamor de guerra hacia un tipo que no la merece y menos aún la comprende.

    Saludos!!

    1. En una dupla muy interesante, puede verse con la siguiente Los amores de Carmen (1948), momento en el que intentaron explotar el binomio Ford-Hayworth explotando la fórmula de sus fatalismos respectivos. Aparte de que transcurre en España y asistimos a un carrusel de topicazos propios como pocas veces. Pobre Glenn, él, que cuatro décadas más tarde, en pleno festival de San Sebastián, cuando fue a recoger su premio Donosti, todavía tenía en la habitación del hotel una foto de Rita como Gilda, ante el que cada día colocaba una rosa roja…
      Saludos!!!

  16. Es verdad, madre mía, para lo que hemos quedado. Eso sí era romanticismo y no lo que pulula hoy en día. Pobre Ford, el saber un detalle como ese hace que simpatice aún más con él. Tan infortunada fue la vida de ella como nostálgica la de él. Qué cosas…
    Saludos.

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