Música para una banda sonora vital – Platoon

«Regocijaos, jóvenes, en vuestra juventud» (Libro del Eclesiastés).

Esta cita abre la sobrecogedora película bélica Platoon (1987), de Oliver Stone, en la que un joven Charlie Sheen sirve de alter ego al director para dar a conocer sus propias experiencias, su visión como combatiente voluntario en la guerra de Vietnam, un alegato claramente antibelicista que deja a un lado la fanfarria y la pompa de los ejércitos que desfilan en la retaguardia y se concentra en la esencia de toda guerra, la miseria, no sólo económica o física, sino también moral, acaso la más prolífica en tiempos de conflicto.

Este Adagio para cuerdas, opus nº 11, del célebre compositor norteamericano Samuel Barber, pone música a la primera secuencia de la película, la llegada de los nuevos reclutas a Saigón en un avión de transporte que aprovechará el viaje de vuelta para llevar a casa a los muertos en combate, envueltos en bolsas que parecen de basura, mientras un fuerte viento cargado de arena rojiza le da una luz infernal a toda la secuencia. La llegada a Vietnam, la llegada al infierno.

Ofrecemos un vídeo con un montaje algo más optimista en el que puede apreciarse la música de Barber. Este adagio es una obra magistral que sirvió, junto al Réquiem de Brahms, como banda sonora funeraria para los actos de homenaje a las víctimas del 11-S.