Música para una banda sonora vital: Fat City (John Huston, 1972)

Help Me Make it Through the Night, de Kris Kristofferson, acompaña el inolvidable inicio de esta modesta obra maestra de John Huston, adaptada por Leonard Gardner a partir de su propia novela, historia de un veterano púgil en decadencia (Stacy Keach) que sale adelante trabajando como temporero agrícola en Stockton (California), donde conoce a un joven que también quiere ser boxeador (Jeff Bridges). Fat City, absurdamente subtitulada en España, Ciudad dorada, es una expresión de la jerga del boxeo norteamericana que significa «Paraíso en la Tierra». Un comienzo espléndido que sitúa perfectamente el tono, el tempo y el espacio de esta película magnífica.

2 comentarios sobre “Música para una banda sonora vital: Fat City (John Huston, 1972)

  1. Se dice que el gran John Huston se desvinculó mucho de esta magnífica película. Incluso muchas veces no asistía a los rodajes y la película seguía filmándose con la ayuda del equipo técnico, las mujeres de la limpieza y los repartidores de cosas que pasaban por allí, y ya ves el resultado: es mejor que «Dune», por decir algo. Sin embargo, la película está llena de pequeños detalles maravillosos y conmovedores. Cómo olvidar a Lucero, ese boxeador chicano que orina sangre. Un tipo íntegro que sale del local donde ha peleado a través de unos pasillos desiertos mientras las luces van apagándose tras él. Luego está la profunda soledad y la incomunicación de los personajes que gritan su desesperación en un bar de medianoche de cuyos feligreses siguen bebiendo inmunes al dolor ajeno. En el primer encuentro entre Tully, Oma (magnífica Susan Tyrrell), y Earl; Tully habla del calambre que ha sufrido y del talento de Ernie (Jeff Bridges), y la mujer presume de su profundo amor por el negro. Rubén Luna; le habla a su mujer del prometedor futuro de Ernie, pero ella está durmiendo. Luna habla de la sangre de Ernie y sus ayudantes hablan de otros boxeadores. Son monólogos frente a monólogos. O ese soberbio final en donde Tully y Ernie se sientan a una barra de bar y deciden hablar, pero no son capaces de decirse nada. Esto es cine puro; del que no se hace ahora porque no hay ni talento y libertad para hacerlo. Incluso la vida de Huston estaría ahora censuradísima. Está claro que Huston, no solo huyó del rodaje cuando pudo, sino también de las películas de boxeo al uso y prefirió retratar a un grupo de perdedores, de malos boxeadores, de los que forman legión en todas partes, que llevan el estigma del perdedor en la frente y se niegan a reconocerlo, que sueñan siempre con que un día cambiará su suerte y ese día nunca llega. En el batallón de los vencidos y a ellos va dedicada la película. “Fat City” es de las grandes películas de John, una obra maestra, que no gustó demasiado a los espectadores porque a pocos les gustan las historias de perdedores. A John le encantaban y sabía contarlas como nadie, y ahí está este peliculón para demostrarlo.

    Ah, se me olvidaba otra cosa: Kris Kristofferson: ¡87 tacos, tío! ¡Ochenta y siete! Qué poco se habla de él, tanto en su faceta de músico como de actor. Estuvo hace poco en Barcelona actuando. Era la primera vez que venía y puede que sea la última. En el concierto solo había gente – físicamente como él – es decir, edad similar, pelo largo y blanco y barba granjera – algo así como Jeff Bridges de grande.

    Me vas a permitir que te ponga aquí un vídeo del maravilloso tema compuesto por el viejo Kris “Fort the Good Times” que también interpretaría Elvis Presley de manera sublime.

    Abrazos mil y nos vemos en Stockton.

    1. Detalles como el calzoncillo roto, o la suciedad imperante, o la ropa guardada en cajas de cartón, o la carne con guisantes y ketchup y la comida vertida al suelo que nadie recoge… Claramente, Huston sabía de lo que hablaba, y eso es lo que yo echo de menos en el cine actual, gente con biografía que sepa de lo que habla, que no «intelectualice» los temas o los «embellezca» de segunda o tercera mano, que no ruede de «oídas» o para «epatar», que se honesto y sincero contando algo en lo que le va la vida.

      Mira, en los rollos múltiples que llevo a cuestas estos días, uno fue asistir a la comisión de ayudas al audiovisual de la Diputación Provincial de Zaragoza. Y fue eso exactamente lo que vi: muchos proyectos diseñados para pescar subvención, pero muy pocos interesantes de verdad, nada personal, nada sentido, ninguna pasión, ninguna sensación de «hago esto porque si no lo hago me muero», solo cosas para «hacer algo» y «entretenerse», por «ocuparse», por «cobrar», pero nada de rodar para vivir, nada de ganas, nada de compromiso con uno mismo. Todo apariencia, postureo, simulación.

      Abrazos

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