Música para una banda sonora vital: Crueles intenciones (Cruel Intentions, Roger Kumble, 1999)

Bitter Sweet Symphony, todo un clásico moderno de la banda The Verve, basado a su vez en un tema de The Rolling Stones, cierra esta traslación al mundo de los niños pijos del Manhattan de finales del siglo XX de Las amistades peligrosas, la obra inmortal de Choderlos de Laclos. Muy lejos del nivel de calidad de las adaptaciones de Milos Forman y Stephen Frears, contó con el favor general de la crítica y la aceptación del público joven, atraído por algunos de los nombres de su reparto, y a pesar de la desastrosa dirección de Roger Kumble, que debutaba en la pantalla grande y cuya carrera no ha llegado a ningún lado. Un poco como los intérpretes de su película, y también como The Verve, de los que poco más se supo.

Música para una banda sonora vital: Val del Omar, de Lagartija Nick

En palabras del propio grupo granadino, «justo después de editar Omega, disco en el que junto a Morente abordamos e poemario del más famoso poeta granadino Federico García Lorca, decidimos emprender un trabajo orientado a la figura de José Val del Omar (1904-1982). Una especie de Leonardo da Vinci, poeta, cinemista, desarrollador y creador tecnológico casi totalmente desconocido entonces y casi ahora. José Val del Omar fue un gran creador de un talento artístico y tecnológico extraordinario. Trabajó en la Misiones pedagógicas de la II República, fue contemporáneo de Federico García Lorca, Josep Renau etc. Recuerdo que ya habíamos tenido muchos problemas con nuestra discográfica de entonces, Sony, en 1995 para poder editar Omega, a lo que negaron en rotundo, así que sospeché que seguramente al pedirles que editaran Val del Omar nos echarían de inmediato. Así fue. Siempre he pensado que cuando estás en una gran compañía debes hacer tus trabajos más arriesgados, es la obligación de todo artista, aprovechar que tienes más difusión para mandar un mensaje claro a todo el mundo, estamos por el arte. De todas formas pienso que esa situación hizo posible que editaran uno de los trabajos más arriesgados y transgresores tanto de nuestra carrera como de su historia. Teníamos que abordar sus poemas de forma tecnológica y mística, buscar y encontrar en trance en cada canción. También fue en el disco donde por última vez trabajamos discográficamente con Morente, él canta conmigo una de mis canciones favoritas «Celeste», de hecho a mi hija le puse ese nombre debido a esa canción. Los problemas con la discográfica no eran solamente por el cambio de estilo que supuso para Lagartija Nick, sino que estaban seguros que nos habíamos inventado el personaje. Para ellos era imposible que hubiese existido alguien así y que nadie en absoluto lo conociera. Recuerdo aquella reunión, no me lo podía creer, si me hubiese imaginado una historia así mi sitio no estaba en aquella oficina si no en Hollywood. El disco empezamos a elaborarlo con la complicidad de María José Val del Omar, hija del genial artista granadino. Ella estaba encantada con la idea, ya entonces estaba muy delicada de salud. Nos ofreció más poemas de lo que ya teníamos gracias al libro «Ojalá» editado por la Diputación de Granada en 1992, que comprendía tanto su obra gráfica como poética. Teníamos ya todo lo necesario, un personaje único y unos poemas que para mí son los mejores del siglo XX. El resto era intentar estar a la altura. Desgraciadamente María José muere y con ella se fue una aliada que miraba nuestro trabajo con un cariño especial. Su marido Gonzalo Sáez de Buruaga fue el que nos acompañó el resto del trayecto. Siempre le gustó la música con que arropábamos los textos valdelomariamos y prestó mucho interés a nuestro punto de vista.»

Con motivo de la retrospectiva dedicada a Val del Omar en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía se programó un concierto del grupo granadino. Hoy puede visitarse el estudio de Val del Omar en la planta calle del museo.

Música para una banda sonora vital: Orgullo y prejuicio (Pride and Prejudice, Joe Wright, 2005)

Dario Marianelli compone la banda sonora, con homenaje incluido al compositor inglés Henry Purcell, de esta estupenda adaptación de la novela de Jane Austen.

Música para una banda sonora vital: Cookie’s Fortune (Robert Altman, 1999)

Cookie's Fortune (1999) - IMDb

David A. Stewart, compositor de la partitura de la película, y la saxofonista neerlandesa Candy Dulfer comparten Cookie, tema principal de esta comedia negra de Robert Altman en torno al suicidio de una anciana en un pueblo del sur de Estados Unidos, y a las complicaciones que crea la manipulación de la escena de la muerte por parte de dos de sus familiares, que consideran la muerte por la propia mano una deshonra para sus apellidos, y que derivan en la acusación de asesinato que planea sobre un hombre negro. Probablemente una de las películas más comerciales de Robert Altman, su protagonismo coral corresponde a Glenn Close, Julianne Moore, Liv Tyler y Chris O’Donnell, con la aparición destacada de veteranos como Patricia Neal y Ned Beatty.

Música para una banda sonora vital: El rey pasmado (Imanol Uribe, 1991)

José Nieto pone la música de esta estupenda adaptación de la novela de Gonzalo Torrente Ballester, dirigida por Imanol Uribe, en torno a la disparatada idea del rey Felipe IV de ver a su francesa esposa desnuda, con un espléndido reparto en el que destacan el capellán Villaescusa interpretado por Juan Diego, el Gran Inquisidor al que da vida Fernando Fernán Gómez y el Conde-Duque de Olivares que incorpora Javier Gurruchaga.

Música para una banda sonora vital: El vengador sin piedad (The Bravados, Henry King, 1958)

Alfred Newman y Hugo Friedhofer, con aportaciones de Lionel Newman y Charles Gerhardt, ponen la música a este estupendo western de Henry King, una dura historia de persecución y venganza en la que Jim Douglas (Gregory Peck) pretende acabar con los asesinos de su esposa, recién fugados de la cárcel en la que esperaban su ejecución por otro crimen (Stephen Boyd, Henry Silva, Lee Van Cleef, Albert Salmi). La música que acompaña a los créditos es un estupendo aperitivo de lo que va a venir a continuación.

Música para una banda sonora vital: Distrito 34: corrupción total (Q & A, Sidney Lumet, 1990)

 

El panameño Rubén Blades se encarga de la música de este thriller policiaco-judicial de Sidney Lumet, en el que Nick Nolte brilla especialmente. Da vida a Brennan, un policía de métodos poco ortodoxos que acaba a sangre fría con un ladrón de poca monta y alega que ha sido en defensa propia. Se le encarga el caso a Reilly (Timothy Hutton), ayudante del fiscal del distrito. Cuando unos testigos clave aparecen asesinados, Brennan queda libre, y Reilly sospecha que es un agente protegido por alguna clase de red de corrupción en las altas esferas de la política, la policía y la justicia de la ciudad.

Entre las piezas que acompañan la película destaca para el público español el tema En Canarias.

Música para una banda sonora vital: El rapto de Bunny Lake (Bunny Lake is Missing, Otto Preminger, 1965)

Paul Glass compone la partitura de esta intriga policíaca de Otto Preminger en torno a la desaparición de una niña dentro de su propia escuela: una niña a la que nadie, excepto su propia madre, dice haber visto. Escrita por Penelope y John Mortimer a partir de una novela de Evelyn Piper, cuenta en su reparto con Carol Lynley, Laurence Olivier, Keir Dullea, Noël Coward y, en pequeños papeles, Anna Massey, Oliver Reed y Finlay Currie. La música de Paul Glass (acompañada en los créditos por el diseño gráfico de Saul Bass) contiene a un tiempo aires infantiles de candidez e ingenuidad y un velo de inquietante amenaza que remiten directamente al desarrollo de esta historia, en última instancia algo tramposa.

Música para una banda sonora vital: Leaving Las Vegas (Mike Figgis, 1995)

My One and Only Love, de Sting, adorna esta dura, bella, cautivadora y peculiar historia de amor entre un guionista que ha perdido su empleo en Hollywood a causa de su alcoholismo (Nicolas Cage) y una atractiva prostituta que trabaja en las calles y los casinos de Las Vegas. Una melodía apropiadamente romántica y oscura para un drama que transcurre entre las sombras de la ciudad más iluminada del mundo.

Música para una banda sonora vital: Amenaza en la sombra (Don’t Look Back, Nicolas Roeg, 1973)

El compositor italiano Pino Donaggio pone la música de este thriller, adaptación de una historia de Daphne Du Maurier, en torno a una pareja inglesa (Donald Sutherland y Julie Christie) que se muda a Venecia, donde él ha recibido el encargo de restaurar una antigua iglesia, para intentar superar la trágica pérdida de su pequeña hija. Su estancia se verá afectada al conocer a dos hermanas, una de las cuales es vidente y les advierte, por un lado, de que puede entrar en comunicación con la difunta, y por otro, que un peligro mortal les acecha mientras permanezcan en la ciudad italiana. Efectiva combinación de historia de misterio y relato de terror, tan romántica como perturbadora, detalles que también se perciben en su banda sonora.