Música para una banda sonora vital: Instinto básico (Basic Instinct, Paul Verhoeven, 1992)

 

Jerry Goldsmith pone la banda sonora de este pelotazo de taquilla, tan cuidado en su acabado formal como tramposo y manipulador es el cotizadísimo guion (el mejor pagado hasta entonces) de Joe Eszterhas, que a estas alturas es ya un icono del cine gracias a un punzón de hielo y al famoso cruce de piernas de Sharon Stone, a la que, tras una carrera más bien discreta, convirtió automáticamente en estrella mediática rápidamente consumida. Controvertida y dudosa, resultona y nada fácil (quien piense lo contrario, que le eche un ojo a su secuela, una de las peores de todos los tiempos) combinación de inquietud, suspense, morbo sexual e intriga que alcanza su extensión natural en la partitura de Goldsmith, un clásico de las bandas sonoras de los noventa.

 

Música para una banda sonora vital: Nieve que quema (Who’ll Stop The Rain, Karel Reisz, 1978)

Este clásico de la Creedence Clearwater Revival constituye un auténtico leitmotiv para este drama de acción e intriga dirigido por Karel Reisz y protagonizado por Nick Nolte, Tuesday Weld y Michael Moriarty, entre otros, que gira en torno a una operación de tráfico de drogas provenientes de Vietnam en la que se ven envueltas personas ajenas al crimen organizado. Who’ll Stop the Rain no solo suena en múltiples ocasiones a lo largo del metraje, sino que incluso da el título original a la cinta.

Música para una banda sonora vital: Velvet Goldmine (Todd Haynes, 1998)

Make Me Smile, de Steve Harley y los Cockney Rebel, acompaña los créditos finales de este drama musical de Todd Haynes en torno a la era del llamado glam rock en la Gran Bretaña de los años setenta del pasado siglo. Mejor como fresco que como historia, mejores sus fragmentos que el conjunto, la película destaca por su trío protagonista (Jonathan Rhys Myers, Ewan McGregor y Christian Bale, a los que hay que sumar a Toni Collette), por su rico y complejo tratamiento visual y, por supuesto, por su abundante y variada banda sonora, repleta de temas representativos del movimiento al que sirve de documento y tributo.

Música para una banda sonora vital: Las ilusiones perdidas (Illusions perdues, Xavier Giannoli, 2021)

El allegro del concierto para cuatro pianos, BMW 1065, de Johann Sebastian Bach es una de las exquisitas piezas que ilustra musicalmente esta magnífica película de Xavier Giannoli, que junto a Jacques Fieschi, adapta a la pantalla con total solvencia la voluminosa novela de Honoré de Balzac. El ambiente literario, periodístico y teatral parisino del siglo XIX, minuciosamente reconstruido y espléndidamente proyectado en el presente del rodaje y de su estreno, a un mismo tiempo retrato del pasado y crítica al actual estado de cosas, para narrar las aventuras y desventuras de Lucien, poeta de provincias que llega a París junto a su amante y mecenas, repleto de ambiciones y esperanzas literarias, y que pronto se da de bruces con la realidad de hipocresías e intereses espurios del mundo de la cultura y de la fama. Como si no hubieran pasado más de cien años, de hecho. Lo mismo que la música de Bach, por la que no pasan los siglos, y que es una de las manifestaciones de la humanidad más próximas al concepto de divinidad.

Música para una banda sonora vital: Fascinación (Obsession, Brian de Palma, 1976)

Última partitura para el cine de Bernard Herrmann, de aires plenamente hitchcockianos, para otro director, De Palma, que supo abrirse camino comercial imitando al maestro del suspense. En este caso, es primordialmente Vértigo (De entre los muertos) (Vertigo, Alfred Hitchcock, 1958) el modelo a seguir con esta historia de un importante hombre de negocios (Cliff Robertson) que, años después de haber perdido a su esposa y su hijo en un fallido intento de secuestro, encuentra a una mujer que es el vivo retrato de la fallecida.

Música para una banda sonora vital: Il Casanova di Federico Fellini (Federico Fellini, 1976)

 

Dentro de la impresionante banda sonora compuesta por Nino Rota para esta peculiar versión felliniana de la figura del veneciano más universal, destaca el tema Pin Penin, pletórico de belleza y de cierta sensación de extrañamiento, que encaja a la perfección con la atmósfera conscientemente irreal y de barroquismo prefabricado sobre la que el cineasta italiano construye esta película fascinante.

Música para una banda sonora vital: Los héroes del tiempo (Time Bandits, Terry Gilliam, 1981)

Dream Away, de George Harrison, también productor a través de su compañía HandMade Films, acompaña los créditos finales de esta comedia fantástica sobre viajes en el tiempo y en el espacio dirigida por Terry Gilliam, en la que, además de la participación de otros miembros de Monty Python, se cuenta con apariciones de lujo como las de Ralph Richardson, Sean Connery, Shelley Duval, David Warner o Ian Holm.

Música para una banda sonora vital: Borsalino (Jacques Deray, 1970)

Vista hoy, resulta difícil entender la enorme repercusión de crítica y público que alcanzó, al menos en Europa, esta película sobre el crimen organizado marsellés en los años treinta del siglo XX, coescrita por su director, Jacques Deray, junto a Jean Cau, Jean-Claude Carrière y Claude Sautet, y que supuso la consagración de la imagen internacional de Alain Delon y Jean-Paul Belmondo vinculada al cine de gánsteres y de acción. Eco de aquella fama, queda la música compuesta para la película por Claude Bolling.

Música para una banda sonora vital: Jesucristo Superstar (Jesus Christ Superstar, Norman Jewison, 1973)

Everything’s Alright es uno de los temas más populares de este exitoso musical de Broadway llevado al cine por Norman Jewison en 1973, la historia de Cristo según las canciones de Tim Rice y Andrew Lloyd Webber.

Música para una banda sonora vital: La pelirroja indómita (Strange Lady in Town, Mervyn LeRoy, 1955)

Frankie Laine es toda una institución en las bandas sonoras del western. En este caso interpreta el tema central de esta curiosa película del Oeste en torno a los esfuerzos de una mujer (Greer Garson) por ejercer la medicina en la ciudad de Santa Fe, en competencia con otro médico (Dana Andrews). Aunque el argumento se adereza con otros elementos más propios del género, la película destaca principalmente por la dirección de LeRoy, la curiosa mezcla de western y drama romántico, la espléndida música de Dimitri Tiomkin y el Cinemascope a todo color de Harold Rosson. Y por un detalle más que en otros westerns más reputados suele pasar de largo: los apaches hablan español.