– Son unos hijos de puta.
– Sí, señor. Pero lo nuestro es de nacimiento; usted se ha hecho a sí mismo.
Excepcional instante de Los profesionales (The professionals, 1966), magistral western de Richard Brooks con un espléndido reparto (Lee Marvin, Burt Lancaster, Jack Palance, Robert Ryan, Claudia Cardinale, Woody Strode, Ralph Bellamy…), una fotografía excepcional de Conrad Hall, una bellísima música de Maurice Jarre, y una combinación de un riquísimo texto literario y un buen número de magníficas secuencias de acción que construyen una película amarga, nostálgica, sobre la pérdida y el desencanto. También hay quien ha querido ver en ella una crítica velada a la escalada militarista norteamericana en Vietnam que sucedió al asesinato de Kennedy. Momentazo.
Amigo mí, tú lo has dicho, ¡momentazo!
Este diálogo entre Jack Palance y Burt Lancaster (qué grandes ambos) sobre mujeres, amores, romanticismos, ideales y revoluciones… es una auténtica maravilla. Nunca se cansa una de escucharles…
Beso
Hildy
Y muy certero. El western, cuando es bueno, es una inmensa coctelera en la que cabe todo.
Besos
Espectacular en todos los sentidos.Puedo decir que está entre mis películas favoritas.No me canso de verla.Tiene el aroma de lo que debe ser una gran película en todos sus aspectos:guión,fotografía,interpretación,dirección,música,paisajes.Es dura,es tierna,es irónica,es humorista,es oscura,es clara…Magnífico Lancarter que siempre pierde sus pantalones.Magnífico Marvin;íntegro hasta el final.Palance parece haber nacido para este papel.La Cardinale que es más explosiva que los explosivos de Lancaster.Strode merecería todo un post como reconocimiento a una carrera entre las sombras,pero menuda carrera.Ryan con su aspecto ya algo envejecido y débil le viene al dedillo esas insolaciones con «polvo alcalino».La película es sobre todo el calor,sentimos el calor como sentimos el calor en Fuego en el cuerpo.
Amigo,sueño con volver a ver esta magnífica película en un cine,joder.
Bueno,creo que ya te dije una vez lo mucho que me gusta esta película y Richard,menudo escritor y director y te lo digo A sangre fría.
Un abrazo de cine.
Lo más llamativo me parece lo de Ryan; siempre un tipo fuerte, tenaz, obsesivo, y aquí se ablanda, se traumatiza. Compone un pusilánime genial.
Totalmente de acuerdo en todo, amigo.
Abrazos
De esta película me gusta todo, hasta Ryan al que, sin quitarle un ápice de su magisterio, siempre le he tenido una peculiar ojeriza.
PELICULÓN.
Es que yo creo que Ryan es el tipo que más antipático cae de todos los tiempos del cine, y eso porque pocas veces ha interpretado un personaje positivo; es más, se especializó en tipos insoportable e irritantemente bordes, o bien en perdedores imposibles de salvar. Un maestro en lo suyo, aunque la imagen que haya quedado de él, junto a la de excelente actor, sea la de tipo odioso.
Gran película con un portentoso Lee Marvin, el más duro entre los duros. Me encanta cuando han cumplido la misión y deciden volverse a Méjico en las mismas narices del terrateniente gringo.
Un saludo
Lo dejan con un palmo de narices. Ahí radica, para muchos, el componente ideológico principal del film y su lectura política coetánea.
Saludos
Las películas de Richard Brooks padecen todas ellas de unos diálogos estupendos, tanto si son en v.o. como si son dobladas -lo cual enlazaría con una reciente manía mía relativa a las traiciones de las traducciones- y digo padecen con todas las de la ley, porque encandilan al espectador que además de oir escucha y le hacen receptor de un mensaje, mientras al simple oyente acaba por resultarle extraño e inapropiado que frases tan cabales como las que componen ese diálogo que hemos disfrutado sean pronunciadas por tipos tan «especiales» como lo son esos personajes que viven para siempre en la pantalla, en ocasiones afortunadas, de un cine.
Un abrazo.
Mejor no entramos a discutir en cómo es posible que un bandolero mexicano, más que probable analfabeto, sea capaz de elaborar discursos complejos y expresarlos de una manera tan, «shakespeariana» (entre todas las comillas del mundo). La explicación quizá no está en la coherencia realista de este hecho, sino en el fenómeno «altavoz», esto es, en la dramatización de un eco que sí es muy real.
Un abrazo
Nos quedamos, nos vamos y … regresamos. Es verdad que este género de frases, en el western, más que sonar resuenan.
Casi tanto o más que los tiros… Que son una forma de decir lo mismo pasada por el plomo.
Hemos de fijarnos en la cara de Lee Marvin cuando está de espaldas a Ralph Bellamy: ejerce una media sonrisa irónica, gira levemente la cabeza y suelta la pedazo de frase que apuntas al principio. Todo un portento y con una sobriedad gestual apabullante. ¡Buff!! Deja sin aliento.
Saludos!!
Efectivamente. En Lee Marvin hay que fijarse siempre. Cómo domina el espacio, madre mía…
Saludos