Ha fallecido Delbert Mann

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Obituario aparecido en El País el día 14 de noviembre.

Ha muerto Delbert Mann, uno de los más reputados artesanos del cine hollywoodiense de los años cincuenta y sesenta, e incansable director de producciones televisivas durante más de cuatro décadas.

El cineasta, recordado por los buenos aficionados como el director de filmes memorables de la valía de Marty y Mesas separadas, falleció el pasado domingo en Los Ángeles, a los 87 años, a causa de una neumonía. Mann cultivó géneros diversos a lo largo de su amplia carrera en cine y televisión y se erigió como uno de los profesionales más eficientes a la hora de trasladar las técnicas de rodaje televisivas al trabajo cinematográfico.

Delbert Mann nació en Lawrence (Kansas), el 30 de junio de 1920. Creció en Nashville y se licenció en Ciencias Políticas en la Universidad de Vanderbilt en 1941, aunque siempre manifestó su interés por el mundo del espectáculo. Durante la II Guerra Mundial sirvió en las Fuerzas Aéreas y, al terminar la contienda, se matriculó en arte dramático en la escuela de Yale. Con sólo 29 años ya era director del teatro Town en Columbia y pronto se trasladaría a Nueva York para orientar su vida por completo hacia el mundo de la dirección.

El productor Fred Coe se erigió en su mentor y Mann pasó a trabajar en la cadena televisiva NBC; allí se curtiría como director de programas dramáticos, la mayoría de ellos emitidos en directo, entre los que se contarían decenas de entregas de la producción The Philco Television Playhouse. Sólo entre 1949 y 1955, Mann realizaría más de 100 dramas televisivos: se trataba de una época en la que la televisión norteamericana era un hervidero creativo en el que bullía el talento de posteriores cineastas que quedarían etiquetados como «la generación de la televisión», y entre los que se contaban nombres de la talla de John Frankenheimer, Arthur Penn, Robert Mulligan y Sidney Lumet.

Aunque jamás abandonaría su labor televisiva, Delbert Mann saltó pronto al mundo del cine. En 1953 había dirigido para la NBC un guión del gran Paddy Chayefsky titulado Marty, centrado en la figura de un apocado carnicero del Bronx enamorado de una joven de su barrio. Dos años más tarde sería el encargado de dirigir el relato para la gran pantalla. Se trataba de una producción independiente, distribuida por United Artists, que quería desmarcarse del grueso de las películas hollywoodienses para elaborar un filme realista, apegado a las calles y centrado en los avatares de la gente corriente. Marty triunfó en la entrega de los Oscar, obteniendo las estatuillas correspondientes a la mejor película, director, guión y actor principal.

Lejos de deslumbrarse por los fastos de la Academia, Mann retornó a la televisión y no volvió a filmar una película hasta 1957, el drama La noche de los maridos, y aun entonces se apoyó en un material por él conocido: otro guión de Chayefsky que ya había realizado para un dramático televisivo en directo.

La categoría como cineasta de Delbert Mann creció en los años posteriores, en los que encadenó Deseo bajo los olmos (1958), una excelente adaptación de Eugene O’Neill con Sofía Loren y Anthony Perkins, la inolvidable Mesas separadas (1958), en la que reunió un reparto apabullante que contaba con Deborah Kerr, Burt Lancaster, Rita Hayworth y David Niven, y la notable En mitad de la noche (1959), otro guión de Paddy Chayefsky. En los años sesenta, Mann se dedicó casi por completo al cine, aunque nunca llegase a despuntar como una estrella (incluso hoy, las enciclopedias cinematográficas no son pródigas en realzar sus logros), pero entregando estupendos filmes como las comedias Pijama para dos (1961), con Rock Hudson y Doris Day, y Suave como visón (1962), capitaneada por Cary Grant, el drama bélico Nido de águilas (1963), de nuevo con Rock Hudson, y la intriga La mujer sin rostro (1965).

A partir de 1968, Delbert Mann regresaría a la televisión, medio que siempre consideró su auténtico hogar y en el que aseguraba haber encontrado siempre la mayor libertad creativa. Su labor arrojaría un buen número de prestigiosas producciones, como David Copperfield y Sin novedad en el frente. Trabajador infatigable, Mann fue entre 1967 y 1971 presidente del Sindicato de Directores de Hollywood, manteniéndose activo nada menos que hasta el año 1994.

23 comentarios sobre “Ha fallecido Delbert Mann

  1. Ya veo que has hecho caso a Ray: es lo que tiene una chaqueta negra.
    Besos y buenos días.
    PD No había reparado en este director pero tengo el recuerdo de que Marty era una pelicula preciosa.

  2. Ray, es que el que sabe, sabe. Me dolió un montón, como te dije, quitarme los grises, y creo que si una opinión cualificada confirma mis pálpitos, es que algo hay.
    Muchas thank yous, un abrazo.

    LaMima, siempre hay que hacer caso de los expertos. «Marty» es una preciosidad, me resulta extraordinariamente conmovedora, quizá en un tono agridulce pero positivo. «Mesas separadas» es más madura, más amarga, más profunda, sencillamente genial.
    Besos.

  3. Bueno, el cambio esta vez, Lucía, es casi por aclamación popular. Por desgracia yo soy poco proclive a los cambios.
    Delbert Mann ha pasado casi de incógnito por la Historia del cine, a pesar de tener dos o tres títulos muy populares e incluso reconocidos (a mí «Pijama para dos» no me gusta nada, como casi todo lo hecho por Doris Day).
    Ya se te echaba de menos por aquí.
    Besos.

  4. Bueno, el cine clásico ya va teniendo una edad, Magda, y es lógico que los escasos protagonistas de aquella época que nos quedan se vayan marchando. Lo que más me preocupa es la ausencia de sustitutos a la misma altura.
    Un abrazo.

  5. Me gusta el cambio de diseño, el negro es muy elegante.

    Y gracias por este post e ilustrarme sobre la vida de este hombre, la mayoría de las veces quedan en mi memoria los actores, algunos directores y pocos más. Y este hombre hizo una gran labor «entre bambalinas». A Marty lo recuerdo como uno de los personajes más grandes que se ha volcado en el CINE (así con mayúsculas). Memorable.

    Un abrazo

  6. En realidad, amigo AdE, este blog empezó siendo gris y siempre debió derivar más hacia el negro que hacia el blanco.
    Delbert Mann es un buen ejemplo de profesional casi anónimo pero meticuloso, creativo y modesto.
    Gracias. Un abrazo.

  7. Samuel, ya me irás contando; difícil no significa imposible. «Marty» es otra de mis películas de cabecera, y su personaje es uno de mis preferidos de todos los tiempos. También su actor, el gran Ernest Borgnine, siempre encasillado en papeles de brutote y que aquí interpreta a un cada vez menos joven y tosco muchacho, pero de enorme corazón.
    El tema del cambio de aspecto era precisamente ése, la estética cinéfila.
    Saludos.

  8. «MARTY» ES GENIAL!!!, TIERNA, DULCE, INTELIGENTE,MAGNIFICAMENTE INTERPRETADA. ¿se nota que me gusta?
    Me gusta el cambio, el gris es siempre elegante, a mi me gusta. Los grises de mi época no, los del cine, sí.
    Bien por Ray. La foto me gusta, aunque ya te daré más extensamente otra opinión.

    BESOS GUAPO,

  9. Entrenómadas, voy a confesarte un secreto, aprovechando que no nos lee nadie… Me duele por dentro ver «Marty». Me encanta, pero me duele, mucho, mucho.
    Lo que no entiendo es lo de la foto, dices que te gusta pero que ya me darás otra opinión más extensamente: ¿te gusta pero no te gusta? I don´t understand…
    Ten cuidado, eso de que te guste todo es peligroso…
    Besos.

  10. Marty es una película conmovedora, una historia de amor de gente normal, entre un señor del montón y una mujer que nada tiene que ver con los bellezones de postal de la época. Creo que esa es una de sus virtudes, Mann democratizó en cierta forma el cine haciendo esa película sencilla. Por cierto, creo que la actriz era la misma que salía haciendo de fea ridiculizada en Calle Mayor. Pobrecilla, que tampoco era tan horrenda.

  11. Alfredo, querido amigo. Una pena y nos deja huérfanos. ¿Verdad? Tu nuevo vestido, de luces más que de sombras, me gusta. Aunque, si te he de ser sincero, lo leo con dificultad. Debe de ser las horas ante el ordenador o leyendo. No sé, no sé.

    Ayer me lo pase genial. Mi crónica ya está escrita. Si quieres subir fotos, todas tuyas.

    Un abrazo,

  12. Efectivamente, Betsy Blair, la pobrecilla, encasillada en papeles de petardo, de forma, a mi juicio, exagerada (yo no me guío mucho por los cánones de belleza establecidos). Hablaremos de «Marty» y de «Mesas separadas» en un futuro con toda seguridad.

    Diego, a mí siempre me gustó el negro; el inconveniente es el que tú dices, a veces la lectura es pesada o dificultosa (sobre todo los comentarios). Pero le da un aire intimista y recogido que creo que encaja bien con mi cinefilia.
    Ahora paso a ver tu crónica; lo de las fotos, mejor lo dejamos, pero gracias de igual modo.
    Un abrazo.

  13. Eryx, como digo más arriba, nunca debí dejar el negro… Como diría Ana Rosa Quintana. «El retorno del negro» podría ser un buen título para un futuro nuevo libro suyo…
    Un abrazo.

    Gracias, Nueba Rasmia, un placer charrar un ratico. Lo de «Monstruo», será por Frankenstein, ¿no?
    Un abrazo, campeón.

  14. Lastimosa pérdida, la verdad que tanto «Marty» como «Mesas separadas» me parecen excepcionales, el resto de su filmografía pese a ser , en mi opinión un poquito inferior a esas dos, son de una valía excepcional también, un gran aporte al séptimo arte.
    Un saludo, para ambos, también para Delbert Mann

  15. fmaesteban, hablaremos en un futuro no muy lejano de la televisión, más en concreto, de la televisión en el cine.
    Un abrazo.

    Iván, toda la razón. Inexplicable por qué Delbert Mann ha quedado tan relegado, por qué es una figura tan gris. Su fallecimiento apenas ha tenido eco.
    Abrazos.

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