GENERAL PATTON: Fue aquí. La batalla fue aquí. Los cartagineses defendían su ciudad del ataque de tres legiones romanas. Eran valientes pero no resistieron. Les masacraron. Las mujeres árabes quitaron a los muertos túnicas, espadas y lanzas. Yacían desnudos al sol. Hace dos mil años…
Yo estuve aquí…
¿No me crees?
GENERAL BRADLEY: …
GENERAL PATTON: ¿Sabes lo que decía el poeta?
GENERAL BRADLEY: No. No lo sé.
GENERAL PATTON: A través de los siglos, entre la pompa y la fatiga de la guerra, he batallado, me he esforzado y he perdido innumerables veces. Como a través de un vaso de cristal, veo la eterna contienda donde he luchado bajo muchos nombres y aspectos, pero siempre era yo.
¿Sabes quién era ese poeta?
GENERAL BRADLEY: No.
GENERAL PATTON: Yo.
Patton. Franklin J. Shaffner (1970).
NOTA: Se busca editor para novela recién horneada en la que esta secuencia tiene mucho que ver: cine, memoria histórica, los dilemas de François Truffaut, el espectro de Luis Buñuel, el humor de los hermanos Marx, Hollywood, Arizona, París, Aragón, Ciudad de México… Todo en uno.
Pero ¡qué me estás contando, mi querido Alfredo! ¿Has terminado una novela?
¿Cómo se unen todos los ingredientes atractivos que nos adelantas? ¡Qué ganas! ¿Nos irás informando, verdad?
Besos
Hildy
Bueno, terminar, terminar… Y, bueno, novela, novela…
Lo he intentado, sí. Y algo acabado hay, también. En un futuro cercano, sin embargo, veo pocas posibilidades de publicación, de ahí que haga aquí un anuncio en busca de editor un poco tomado a chacota. El sector está muy mal, y además me corroen las dudas propias del autor que no está nada seguro de la calidad del resultado (más bien estoy seguro de lo contrario). Así que, dicho queda, pero me temo que va a ser un brindis al sol…
Besos
Patton siempre me ha producido una mezcla de magnetismo y repulsa. La última vez que la vi, me pareció bastante irritante con ese militarismo iluminado que destila, siempre emanado por un personaje tan excesivo.
Bueno, creo que el objetivo que busca Shaffner en el retrato del personaje no se aleja mucho de eso, una especie de Custer (brillante e intragable a un tiempo) del siglo XX como continuación de ese cierto espíritu americano un tanto excepcional y tarambana, capaz de lo sublime y lo perverso, de la genialidad y el ridículo, sin alterar el gesto. Creo que, precisamente ese pasito adelante hacia la autoparodia hace que ese militarismo no resulte tan exacerbado, sino bastante caricaturesco. Por otro lado, es verdad que el personaje es tan «así», que Shaffner y su guionista, Coppola, poco tuvieron que añadir de fantasioso en él para hacerlo creíble. O increíble.
Gracias por tu comentario.
Verla de estreno, de adolescente, produce un impacto distinto a verla de adulto y con más libros leídos y más guerras vistas. En su momento levantaba aplausos y admiraciones espontáneas que se alargaron hasta el repudio del Oscar por parte de Scott y al cabo de tantos años la mirada, forzosamente, es diferente, más crítica. No obstante, pese a las contradicciones del personaje, mantiene su interés. Presté el dvd este verano a un adolescente de 17 años y a sorpresa mía, le gustó bastante.
p.d.: una novela es una novela, Alfredo. Enhorabuena ni que sea por el ímpetu: envidia me das.
Un abrazo.
Eso es lo que envidio justamente de los cinéfilos más experimentados, el haber disfrutado de ciertas cosas en pantallas y proyecciones como es debido. Una de esas películas incontestablemente pegadas a su tiempo; aunque transcurra en la II GM, se rodó durante Vietnam, y su guionista, Coppola, tenía mucho que decir al respecto, como así fue.
La novela, pues eso, simple entretenimiento para mí, de momento. Si hay novedades, se comunicarán, gracias.
Abrazos