Mis escenas favoritas: Cautivos del mal (The Bad and the Beautiful, Vincente Minnelli, 1952)

Magnífica, y veraz, secuencia de este monumento cinematográfico erigido, precisamente, a la creación cinematográfica y dirigido magistralmente por Vincente Minnelli.

4 comentarios sobre “Mis escenas favoritas: Cautivos del mal (The Bad and the Beautiful, Vincente Minnelli, 1952)

  1. En mi opinión, creo que “Cautivos del mal” y “Sunset Boulevard” son las dos películas más grandes que se hayan filmado jamás sobre Hollywood. Por aquel entonces, que diría Paco Umbral, Vicente Minnelli no se le consideraba un gran director, empezando por Orson Welles. A mí siempre me gustaron sus películas; refinadas, elegantes y fascinantes. Minnelli es un director que quiso ser pintor y como no tenía el talento del pincel y la paleta, pintó con la cámara. Basta repasar algunas de ellas en las que se inspira deliberadamente en famosos pintores; el realista americano, Thomas Eakins en “Cita en San Luis», Van Gogh en “El loco del pelo rojo” y toda una serie de pintores impresionistas franceses en las secuencias de ballet con la que termina “Un americano en París”. Sin embargo, esta preocupación por el buen gusto, la belleza y el arte ha jugado en algunas ocasiones en contra de Minnelli, pues algunos críticos del tres al cuarto consideraron sus películas triviales, mientras que otros las vieron como muestra de pretensión y esnobismo. Yo, para estas cosas, me aferro a la sentencia de Paul Valéry: “No se puede salir de la sombra, ni siquiera un poco, sin exaltar el odio de muchos”. “Cautivos del mal» la veo siempre junto a “Sunset Boulevard”; mira es una excentricidad como cualquier otra. Me fascina ver al productor, interpretado por Kirk Douglas, cómo extrae el máximo partido de su estrella (Lana Turner), convenciéndola de que la ama; gracias al amor que ella le devuelve, consigue que exprese el “verdadero” sentimiento del amor en la pantalla, dejando al público en una confusión total sobre cuál es el sentimiento auténtico y cuál el falso. Sales de esto y te introduces en la vida de Max Von Mayerling (Erich von Stroheim), ese extraño tipo que conduce un coche sacado de un museo; un Isotta-Fraschini de 1925 color negro. Le escribe cartas de admiración a un fantasma, también entierra en el jardín la mascota de ese fantasma: un mono, y le proyecta una película de a finales de los años veinte donde ese fantasma intervino…

    Echo mano de ese gran libro que es “Conversaciones con Billy Wilder” y leo:

    Cameron Crowe: ¿Es “Sunset Boulevar” una comedia negra?
    Billy Wilder: No. Es solo una película.

    Encadenado.

    Joe: Usted es Norma Desmond. Salía en las películas mudas. Era usted grande.
    Norma Desmond: Soy grande. Son las películas las que se han hecho pequeñas.

    Encadenado.

    El juego de espejos de “Cautivos del mal” que desvela verdades y embustes, guiado por la mano maestra de Vicente Minnelli.

    Eso fue el cine, amigo mío.

    Abrazos mil.

  2. Totalmente de acuerdo, querido Paco. Otra gente, hecha de otra pasta, que hacía un cine que ya no es posible. La película atesora momentos sensacionales y dardos venenosos en contra de lo peor de Hollywood. En cunto a Minnelli, a mí me gusta bastante, musicales aparte (ya sabes de mis problemas con los musicales). Creo que sus dramas, por ejemplo, nunca se toman en consideración en la verdadera medida de lo que valen, solo porque Minnelli es tan sutil y sugiere tanto (a diferencia de Douglas Sirk, que sugiere una parodia bajo un material aparentemente serio y realmente zafio) que solo está al alcance de espectadores con el mismo grado de atención y cuidado el desentrañar la dimensión real de lo que cuenta. Si ves La tela de araña (1955) o Té y simpatía (1956), por ejemplo, mucha gente las tomará por burdos culebrones imitación del estilo Tennessee Williams, y nada más lejos de la realidad.

    Abrazos

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