Mis escenas favoritas: Chantaje en Broadway (Sweet Smell of Success, Alexander Mackendrick, 1957)

Dentro del catálogo de joyas producidas por la compañía Hill-Hecht-Lancaster, destaca esta obra maestra de Alexander Mackendrick, versión en la pantalla de una novela de Ernest Lehman adaptada por él mismo junto Clifford Oddets e inspirada en la persona del crítico Walter Winchell. J. J. Hunsecker (Burt Lancaster) y Sidney Falco (Tony Curtis) son, por derecho propio, dos de los personajes más viscosos del género noir ligado a los bajos fondo del mundo del espectáculo.

Mis escenas favoritas: Agárralo como puedas (The Naked Gun, David Zucker, 1988)

Comienzo una de las más célebres comedias de la factoría Zucker-Abrahams-Zucker, que rescató del olvido al ya de por sí olvidado Leslie Nielsen como protagonista absurdo y proporcionó a O. J. Simpson la notoriedad en el cine que poco después se multiplicaría por mil con las retransmisiones televisivas de sus juicios por asesinato.

Mis escenas favoritas: La última película (The Last Picture Show, Peter Bogdanovich, 1971)

 

Anarene, Texas, años 50. Tres jóvenes amigos, Sonny, Duane y Jacy, son adolescentes insatisfechos y aburridos que encaran el final de sus años jóvenes y el nacimiento de las responsabilidades de la edad adulta. A su alrededor, el desolado entorno de un pueblo moribundo, últimos resquicios del lejano Oeste, un tiempo estancado que transcurre entre un salón de billar, un café abierto toda la noche y una vieja sala de cine que proyecta Río Rojo (Red River, Howard Hawks, 1948). Una obra maestra sobre la frustración, la traición y la pérdida, sobre las promesas incumplidas, las certezas destruidas y las seguridades inexistentes. Todo ello, en el espléndido blanco y negro de Robert Surtees.

 

 

Mis escenas favoritas: Adivina quién viene esta noche (Guess Who’s Coming to Dinner, Stanley Kramer, 1967)

Monólogo final de esta película que, como era corriente en la filmografía de Stanley Kramer, tocaba un tema socialmente candente en la vida norteamericana del momento, en este caso, la lucha por los derechos civiles de la población negra de los Estados Unidos. Conmovedor alegato, tanto por el contenido como por la intensa interpretación de Spencer Tracy en su última aparición en la pantalla, que hace que determinadas expresiones, unidas a determinadas miradas, adquieran altas cotas de emoción no solo cinematográfica.

Mis escenas favoritas: Robin de los bosques (The Adventures of Robin Hood, Michael Curtiz y William Keighley, 1938)

La relación entre Errol Flynn y Basil Rathbone no pudo empezar peor. En el rodaje de El capitán Blood (Captain Blood, Michael Curtiz, 1935), al regodeo de Rathbone por cobrar más que el protagonista de la película le siguió un comentario bastante zafio de Flynn acerca de las preferencias sexuales del primero. Contra todo pronóstico, el antagonismo inicial devino en estrecha amistad, que se afianzó durante el rodaje de esta película, uno de los más gloriosos clásicos de aventuras del cine de Hollywood. Se da, no obstante, la circunstancia de que Rathbone, espadachín experto, siempre tenía que verse superado por el galán protagonista, aunque sus leotardos y su peinado lo asemejaran al príncipe de las galletas.

Esta secuencia es uno de los mejores duelos a espada filmados en el periodo clásico, a toda velocidad, como si las armas y los años no pesaran. Fastuoso colorido gracias a la fotografía de Tony Gaudio y Sol Polito, y vibrante y grandiosa partitura de Erich Wolfgang Korngold.

Mis escenas favoritas: Toma el dinero y corre (Take the Money and Run, Woody Allen, 1969)

Fragmento del debut de Woody Allen tras la cámara en esta crónica de las andanzas del incompetente atracador Virgil Starkwell (Allen), que incluyen una surrealista entrevista de trabajo en las coordenadas del humor absurdo.

Mis escenas favoritas: Alguien voló sobre el nido del cuco (One Flew Over the Cuckoo’s Nest, Milos Forman, 1975)

El verdadero arte es aquel que va mucho más allá de lo aparente. Esta obra maestra de Milos Forman, adaptación de la novela de Ken Kesey, producida por Michael Douglas y distribuida por United Artists, reduce el estado de cosas de su tiempo (y, en buena parte, del nuestro) a las dimensiones de un hospital psiquiátrico, utilizando el contraste entre el espíritu libre y anárquico del interno McMurphy (Jack Nicholson, en una interpretación soberbia) y las rígidas normas de disciplina del centro, defendidas a ultranza por la fría, metódica y severa enfermera Ratched (Louise Fletcher), como pretexto y metáfora para hablar de la resaca contracultural y revolucionaria en los Estados Unidos de mediados de los setenta, de los límites de la democracia y de las huellas dejadas en su política por la recientemente abortada administración Nixon. Y entre las secuencias que mejor ilustran la cuestión de fondo, esta de la votación, que ejemplifica oportunamente los límites efectivos de un concepto, el de libertad, que nunca es absoluto… salvo en nuestra imaginación.

Mis escenas favoritas: Un Botín de 500.000 dólares (Thunderbolt and Lightfoot, Michael Cimino, 1974)

Producida por Malpaso, la compañía de Clint Eastwood, esta película constituye el debut de Michael Cimino en la dirección (voto de confianza de Eastwood, que se postulaba como sustituto tras la cámara en caso de que Cimino no le convenciera). John «Thunderboolt» Doherty (Eastwood), atracador retirado, vuelve a la actividad criminal con un nuevo socio, «Lightfoot» (Jeff Bridges), un joven desorientado y enérgico ansioso de vivir aventuras electrizantes. Por el camino, unos antiguos socios que quieren ajustarle las cuentas a Doherty y un buen puñado de personajes y de situaciones surrealistas propios de la América profunda, como en este caso de autoestop.

Mis escenas favoritas: Vestida para matar (Dressed to Kill, Brian de Palma, 1980)

La famosa y absorbente secuencia del museo, a la mayor gloria de Angie Dickinson, todo un ejercicio de cine puro, sin palabras, solo con la música de Pino Donaggio, tal vez la mejor de este título de la época (en otras cosas tan disparatado) de plena borrachera de Brian De Palma por el cine de Alfred Hitchcock.

Mis escenas favoritas: Bananas (Woody Allen, 1971)

El principio y el fin de la aventura revolucionaria de un catador de alimentos, Fielding Mellish (Woody Allen), en la pequeña república de San Marcos. El desamor que lo lleva a vivir nuevas experiencias fuera del país, y el triunfo de la guerrilla y la proclamación de un demente como gobernante y el comienzo del desengaño. Divertida sátira sobre la corrupción del poder y la deriva de los nobles ideales y de las promesas cuando llega el momento de convertirlos en realidades tangibles.