
Para dar vida a la criatura de La mujer y el monstruo (Creature from the Black Lagoon, Jack Arnold, 1957) se echó mano de dos actores: Ben Chapman, veterano de la guerra de Corea herido en las piernas, de metro noventa y ocho de altura y que debía contonear el tronco para disimular su cojera, era el idóneo para encarnar al monstruo en tierra firme, ayudado por un lastre de cinco kilos en cada pierna. Bajo el agua, en cambio, era Ricou Browning quien se enfundaba el traje de escamas. Este, una malla sobre la que se adherían las placas escamosas, tenía una perilla de goma conectada a un tubo que permitía insulflar aire para que se movieran las falsas branquias. Colocárselo costaba unas tres horas.
Se cuenta que el origen de la historia está en una leyenda que el productor William Alland escuchó de boca del célebre director de fotografía mexicano Gabriel Figueroa: en algún lugar perdido del Amazonas habitaba una siniestra criatura acuática a la que las tribus de la zona sacrificaban cada año una doncella para lograr así que les dejara vivir en paz. Fantasías aparte, lo que sí es seguro que fueron los muslos de Julie Adams en su bañador blanco los primeros que la censura franquista permitió que se vieran en las pantallas españolas.
Lo fantástico surge, irremediablemente de lo fantástico en este caso. Tanto por la cojera de Ben Chapman como la historia contada por Gabriel Figueroa. Ay, el bueno de Jack Arnold. ¿Quién lo recuerda hoy? ¿Quién ve sus películas? A pesar de los escenarios inequívocamente americanos en que transcurren sus películas, el mundo creado por Jack es un mundo no terrenal, habitado por reptiles humanoides, alienígenas procedentes del espacio exterior, gigantescas arañas e increíbles hombres menguantes. El viejo Jack fue un director menguante hasta que desapareció por completo, como el personaje de su película más famosa basada en la novela de Richard Matheson. Después de 1958, la carrera posterior de Jack se caracterizó sin embargo por la mediocridad, reflejando en cierta medida los efectos negativos de la desaparición del cine de género. Es curioso, pero todo volvió a resurgir en los 80 haciendo millonarios a sus mediocres directores. “El chip prodigioso”, “Nuestros maravillosos aliados”, “Cariño, he encogido a los niños”, “Los cazafantasmas”, en fin, mierdecillas como esas.
¿Sabías que Jack Arnold había filmó escenas adicionales de “Sed de mal” de Orson Welles sin figurar en los títulos de crédito?
No sé si hubiera consentido el viejo y gruñón Orson que le filmaran escenas adicionales de sus películas gente como Joe Johnston, Matthew Robbins, Joe Dante o Ivan Reitman.
Abrazos mil.
En efecto, querido Paco, hay una buena relación, de confianza, afecto y agradecimiento, entre Arnold y Welles, que viene del regreso de Orson a Estados Unidos tras su primer «exilio» europeo después de «Macbeth». Y es que el retorno de Welles a Hollywood se produjo gracias a Arnold, y un western contemporáneo sobre el tema de la inmigración mexicana titulado «Sangre en el rancho», en la que interpreta al terrateniente villano de la película, y que es justamente lo último que ambos hicieron antes de filmar «Sed de mal». Lo que convendría saber es si Arnold filmó esas escenas con el consentimiento de Welles o fueron de esas que el estudio decidió rodar por su cuenta y riesgo sin contar con el director para hacer el montaje a su medida, justo el que ha podido verse hasta que hace unos pocos años volvieron a montarla siguiendo las indicaciones (supuestas) de Welles (que es la versión que se ve hoy en día y que habría que ver en qué medida corresponde realmente a lo que Welles tenía pensado).
Desde luego, a esa peña que nombras, Welles no les habría dejado ni acercarse al set.
Abrazos,
Hola Alfredo!
Pues desconocía esos interesantes detalles. Hace tiempo que no la veo, me has dado una idea…jeje
Saludos y buen finde!
Siempre es bueno tomar pescado, aunque sea en el cine…
¡Saludos, y buena semana!
¿Quién es el guapetón de la fotografía: Ben Chapman o Ricou Browning? La mujer y el monstruo (Creature from the Black Lagoon, Jack Arnold, 1957) tiene mucho encanto, la verdad. Es una película que no olvidas. De Jack Arnold no he visto mucha filmografía, más que La mujer y el monstruo, El increíble hombre menguante o Vinieron del espacio. Me sorprendió hace unos años Sangre en el rancho.
Beso
Hildy
Pues este es Browning, que por cierto, en 1969 codirigió con Arnold una especie de comedia, con Tony Randall y Janet Leigh (y un joven Richard Dreyfuss), muy mala, de una familia que vive en una casa submarina. Aparte de esta y de las que hemos comentado, he visto alguna suya más de terror de bajo presupuesto, «Tarántula», algunos westerns poco memorables (solo recuerdo «Muerte al atardecer» con Rory Calhoun y otro con Audie Murphy) y «Escala en Tokio», un melodrama con Jeff Chandler y Lana Turner que tampoco aporta mucho. Luego, por lo que sé, más adelante hizo mucha tele, alguna película policíaca (un par de ellas con producción británica), alguna más de ciencia ficción, y poco más.
Besos