Música para una banda sonora vital – Bailando con lobos

Cuanto más arriba se llega más grande es el batacazo al caer. Esta verdad universal fue comprobada in situ por Kevin Costner en 1990, año en que tocó la cima del éxito arrasando en los premios de la Academia con esta controvertida película (no en general, sino para mí, ya que suele contar con entusiastas seguidores entre la crítica), a la vez que comenzaba su despeñamiento en la nada más absoluta, de la que tan solo le rescató Clint Eastwood para Un mundo perfecto y el propio Costner con el estupendo western Open Range. En fin, el caso es que para la música de la película, buscando quien pudiera acompañar con melodías monumentales la grandeza de las praderas del oeste de Norteamérica, Costner contrató al gran John Barry, célebre compositor de música de cine, autor de la música de las películas de James Bond hasta el final de los 80 y también de melodías para grandes clásicos (La jauría humana, El león en invierno, Cowboy de medianoche, El último valle, Walkabout, Robin y Marian, Fuego en el cuerpo, Cotton Club, Peggy Sue se casó, Memorias de África…).