Música para una banda sonora vital – Desayuno en Plutón

La estupenda Desayuno en Plutón, dirigida con sensibilidad, dramatismo y fino humor por Neil Jordan en 2005, se abre con el célebre éxito de The Rubettes titulado Sugar baby love. Un temazo en su día, independientemente de las pintas de los miembros del grupo en el vídeo siguiente, que acompaña las primeras imágenes de un soberbio Cillian Murphy en un papel de lentejuelas.

En fin, que bap, subari, bap subari, bari, bap, subari, y el correspondiente du-du-a.

13 comentarios sobre “Música para una banda sonora vital – Desayuno en Plutón

  1. Conste que me has hecho mirar en la wiki para constatar lo que me temía: ése tema tiene más años que matusalén (es un decir, pero más que tú) y su fama no le viene de esa película que, mira, no he visto, y que me apunto en mi gruesa lista de pendientes, ni que sea por ver trabajar a Murphy en algo que esté alejado de Batman…. y porque así, de primeras, creo que de Jordan sólo he visto una… y me da vergüenza…

    Un abrazo.

  2. Joer, diría que querría oírla, Celebes, pero me parece que no me atrevo… Puñeteras traducciones…

    Hombre, Raúl, las pintas del grupo hacen onor al duduá que interpretan. Pero no me digas que no te apetece una canción petarda de vez en cuando… De todos modos, creo que no es apta para un lunes; pínchatela el viernes…
    Abrazos, ¡cobarde pecador de la pradera…!

  3. Me niego en redondo, compa Alfredo, a ver el vídeo y escuchar la cancíon. Y cuando te explique el por qué, no solo me vas a entender, sino que hasta me vas a compadecer, sospecho… En el año de gracia de 1972, en que, si la memoria no me falla, triunfó por todo lo alto la cancioncita en cuestión, vivía yo, a mis ocho añitos, en uno de esos pisos de paredes de papel que tan propios eran de la época. Y la vecina de al lado, melómana de pro, era muy aficionada a la música, si bien con una pequeña particularidad en cuanto a su «pauta de consumo»: ella se compraba el single que estuviera de moda en ese momento, y lo ponía ininterrumpidamente (y a toda traca, claro; se trataba de que todo el barrio se enterara de que ella YA tenía el single…), durante todo el día, a todas horas (del día y de la noche), hasta que el vinilo se desintegraba (y no lo digo en sentido metafórico; yo tuve discos suyos en mis manos más lisos que la tripa de Matthew McCounaghey; ni rastro de pretéritos surcos…). O sea, que el Sugar baby love de los c…., si no lo he oído siete mil veces, es porque lo he oído ocho mil. Suficientes, creo…

    Un fuerte abrazo y buena semana.

    P.S. lo de la historia de mi vecina, «zin acritú»; es algo que, como todo lo relacionado con mi infancia, recuerdo con muchísimo cariño. Que conste…

  4. O sea, que si su pauta de consumo era esa, muy muy aficionada no sería, sino más bien obsesiva.
    En fin, disculpado quedas, cómo no. Eso sí, si no has visto la película, convendrás conmigo que es un detalle por mi parte advertirte de que empieza así, no vaya a ser que cualquier día te pongas a verla y te asalte un jamacuco de aúpa sin venir a cuento… Oye, que aquí a veces prima la labor de servicio público…
    Abrazos.

  5. No e visto la peli pero me apetecería verla.A mi la canción me trae unos estupendísimos recuerdos.Una que es ya una «carrozona».
    Saludicos, du-du-a.

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