Mis escenas favoritas – El héroe del río (1928)

Sublime momento de una de las grandes obras maestras del Buster Keaton de la mejor época, sus últimas películas mudas en pleno nacimiento del cine sonoro. El héroe del río (Steamboat Bill, Jr.) contiene instantes desternillantes, surrealismo en pequeñas dosis, el acostumbrado derroche físico de Keaton y las también habituales píldoras de ternuna y romance. Esta secuencia en particular es impagable. Qué sencillo parece y qué difícil es construir comedia de una forma tan sutil y tan infalible. Los maestros siempre lo son por algo.

6 comentarios sobre “Mis escenas favoritas – El héroe del río (1928)

  1. Dijo una vez Julio Cortázar que los dioses no están en el cielo sino en la tierra, y estoy completamente seguro de que tiene razón.Uno de mis dioses es Buster,porque cada vez que me siento algo decaido voy y me pongo una peli de él, que por cierto, ahora están tiradas de precio.Y si quieres más glomour,existe toda su colección en una caja en forma de bobina cinematográfica.Yo te recomendaría sus magníficas memorias publicadas en la editorial Plot titulada Las memorias de Buster Keaton (Slapstick). Una buena manera de entender el periodo mudo en Hollywood y la venida del sonoro.
    Confieso que siempre me ha gustado más Buster de Chaplin.A mi juicio es más moderno y nada sentimentaloide.

    Abrazos

  2. Qué genial escena… Cómo me he reido. Keaton tiene su gusto personal… claro que sí…

    Las boinas nunca se las lleva el viento… Te lo dice una que en invierno no se desprende de ellas…

    Besos
    Hildy

  3. Pues me apunto a lo que dice Cortázar, claro que sí. Y a lo que dices tú también.
    Chaplin es un genial cineasta con firma. Keaton es un artista genial que excede el propio cine.
    Abrazos

    Pues si vivieras en Zaragoza, con los cierzos que padecemos por aquí, ni boina, maja.
    Besos

  4. Hola, Alfredo, buenas noches; no sé si, en los tiempos que corren, y con las perspectivas que tenemos, fiar proyectos de futuro a una cada vez más incierta futura jubilación, merece, o no, la pena. Pero la cosa es que una de las cosas que tengo por ahí apuntadas, aunque no sea en un cuaderno azul, para cuando llegue, si llega, tal momento, es el de ponerme a un visionado más o menos ordenado de los ancestros del invento este del cine: mundillo en el que lo mío no son lagunas ni carencias, sino otra cosa, a la que prefiero no ponerle nombre. Entre otras cosas, porque es fin de semana, y no es plan de arruinarlo tan pronto, ¿no…?

    Un fuerte abrazo y que lo disfrutes.

  5. Piensa en que no son carencias, sino oportunidades de disfrute. Es un territorio de goces prácticamente inagotables. Mejor no esperar a la jubilación, de verdad.
    Abrazos

    Que sean dos.
    Saludos.

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