Música para una banda sonora vital: Una cita para el verano (Jack goes boating, Philip Seymour Hoffman, 2010)

Rivers of Babylon, espiritual rastafari compuesto por Brent Dowe y Trevor McNaughton, de The Melodians, está basada en salmos de la Biblia que expresan el lamento del pueblo judío en el exilio tras la conquista de Jerusalén en el año 586 a. C. por los babilonios, y su llegada a las riberas de los ríos Tigris y Éufrates.

Tontadas aparte, la canción es una especie de mantra anímico que emplea Jack, el personaje de Philip Seymour Hoffman en esta su única película como director. Una película pequeña, modesta, sobre los traumas de los amores tardíos, irregular pero fenomenalmente interpretada, a ratos encantadora, y bastante equilibrada en su mezcla de drama y comedia.

2 comentarios sobre “Música para una banda sonora vital: Una cita para el verano (Jack goes boating, Philip Seymour Hoffman, 2010)

  1. Y qué buen actor fue Philip Seymour Hoffman. Yo lo vi por primera vez en Ni un pelo de tonto (1994), de Robert Benton y con el gran Paul Neuwman, donde hacía de policía panochil bastante hijo de p… Película agradable donde también conocí al pedazo de actor Pruitt Taylor Vince. No he visto Rivers of Babylon, y al escuchar el tema musical me ha venido de inmediato recuerdos… 1978… discotecas baratas de pueblo llenas de campesinos jóvenes unicejos de nudillos gordos y peludos con las mejillas sonrosadas, cubatas a cincuenta pesetas, salidos como la nariz de Pinocho, melenitas a lo afro y pantalones de pata de elefante (ese era yo) y sonando a toda pastilla Los ríos de Babilonia de… ¡Bingo! ¡Boney M! Por aquel entonces no sabíamos donde estaba ese río, creo que hoy, tampoco. Por mi pueblo pasaba un cutre riachuelo con agua negruzca y pestilente. También sonaba el tema Rasputin y salía por la tele este grupo donde el tipo se movía lascivamente con aquella voz cavernosa y asomando por la estrecha camisa de lentejuelas una pelambrera impresionante. Como no soy político ni historiador, para mí la transición española fue todo aquello y no Adolfo Suárez y sus tortillas francesas.

    Abrazos y buen finde, amigo mío.

    1. Un actor excelente, cierto. La película, única que dirigió, se llama Una cita para el verano, y es una historia fundamentalmente de actores, más que de situaciones. Pequeña, modesta, a ratos lúcida y tierna, a veces mordaz, otros ratos banal… Un buen debut en conjunto, en el que se preocupa más por las interpretaciones que por cualquier otra cosa.

      Ay, esas historias de verbenas… Y qué horror el bailongo de Boney M, que resulta que mucha Jamaica y tal y eran alemanes, no te fastidia… Y encima ni cantaban ni nada…

      Abrazos

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