ALMEIDA: Que Dios me perdone, pero ese hombre no cree en Dios.
GRAN INQUISIDOR: Qué dice, padre Almeida…
ALMEIDA: Ese hombre sólo cree en la Santa Madre Iglesia Católica Apostólica y Romana, dentro de la cual espera medrar, y sobre todo, mandar.
GRAN INQUISIDOR: Para haber vivido tanto tiempo entre salvajes, su paternidad manifiesta un profundo conocimiento de los hombres civilizados.
ALMEIDA: Es que los salvajes no creerán en nuestro Dios, pero sí creen de verdad en los suyos.
El rey pasmado. Imanol Uribe (1991).
Es sensacional esta película del salvadoreño Imanol Uribe. Al menos a mi me gustó mucho, divertidísima. La novela de Torrente Ballester, ‘Crónica del rey pasmado’, la vimos en clase con los estudiantes y quedarton fascinados. El erotismo que puebla la película (y la novela) es espléndido.
Uy, uy, uy, Escalones. Te leo un pelín crítico con la Iglesia. ¿Qué pasa? ¿No te gustó la manifa del otro día?
Ahora me entero de que Uribe es alvadoreño. Yo lo tenía por vasco. Seguro que me lo aclaráis, porque lo sabéis todo, condenaus. Un beso.
Tengo que volver a verla porque no me acuerdo, no me acuerdo de nada. No sabía que Uribe era salvadoreño. Ni idea. Información, please.
kisses
Magda, además la adaptación cinematográfica es espléndida; incluso hay frases textuales de la novela adaptadas al guión. Fantástica.
Un abrazo.
Noe, ¿tú crees? La calle es de todos, por supuesto, pero hay cada uno por ahí que la quiere tener para ellos solos. ¿Tú crees que Rouco Varela me excomulgaría por esto? Porfa, di que sí.
Efectivamente, Imanol Uribe nació en San Salvador, la capital de El Salvador, allá por los cincuenta, pero es un nacimiento circunstancial; él es vasco de pura cepa. Ya se sabe, los de Bilbao nacen donde quieren…
Besos.
Entrenómadas, como digo más arriba, nació en San Salvador por carambola, pero es vasco. La película es curiosa, está bien. Desde luego, Javier Gurruchaga está espléndido como Conde-Duque de Olivares, aunque la película se la lleva de calle Juan Diego como capellán Villaescusa, intransigente dominico.
Besos
VE, no la he visto, y veo por ahí que es una adaptación de uno de Torrente Ballester: aún me acuerdo de aquello de El único instrumento que sabe tocar son las Trompas de Falopio, por allá en la Saga/fuga. Pues bueno, voy a buscarla
abrazos,
Bueno, la película es una buena adaptación de «La crónica del rey pasmado», muy fiel al espíritu y al texto originales.
Abrazos
Creer en Dios no te hace mejor persona…
Besos.
Lucía, siempre me ha parecido exacto el refrán que también se cita en la película, en boca de Juan Diego. Refiriéndose al confesor del rey, Ferrán de Valdivieso, que es de una orden distinta a la suya, dice: «el hábito, aunque franciscano, no hace al monje».
Besos
No recordaba este gran diálogo que evocas. Parece que empezamos el año con un gran material. Te deseo un feliz año!
La idea es seguir en la línea de fuego, amigo Budokán, pero con más calma.
Feliz año
una película magnífica, me entran ganas de volver a verla… y qué razón tiene Lucía, creer en Dios no te hace mejor persona, ni siquiera te hace persona… además el mundo malvive enfrentado por razones de credos, dioses y demás cosas así desde demasiado tiempo, por no hablar de cuántas veces las religiones son meras excusas para saquear al invadido, la religión como pretexto e intento de justificación de todo tipo de atrocidades, en el mundo no falta religiosidad sino espiritualidad, que es muy distinto. Saludos.
Estupenda reflexión, Samuel. Pero además, hay que darse cuenta de que a veces la secularización, el apartarse de lo religioso, significa su sustitución por determinada política cuya forma de argumentar, cuya base teórica, es semejante a la religión: el dogma. Fíjate si no, en el nacionalismo, por ejemplo.
Coincido contigo, hace falta más espiritualidad, y más espirituosidad, que es distinto…
Un abrazo.