Mis escenas favoritas – Los intocables de Elliot Ness

Recuperamos de nuevo al gran Robert De Niro en pleno estado de gracia en esta magnífica escena de la gran producción de Brian de Palma sobre la captura de Al Capone y el Chicago de los años dorados. Un De Niro sensacional ofrece un banquete a sus compinches en el que, tomando como ejemplo el baseball, habla de la importancia del juego en equipo, habla de la dureza del trabajo del bateador, de la importancia de jugar para el conjunto, de la necesaria capacidad de sacrificio de todos y cada uno de sus miembros, y censura a los jugadores que no están a la altura, que no lo dan todo, que juegan contra el viento o a favor del contrario. Un deportivo discurso en el que al final, Capone, batea. Magnífica y cruda escena.

20 comentarios sobre “Mis escenas favoritas – Los intocables de Elliot Ness

  1. Se veía venir, mientras veias la escena por primera vez te preguntabas qué fulano de la mesa iba a recibir el bate en la cabeza. Excelente película, ni qué decir tiene.
    Un abrazo

  2. Pero Noe, si te dejas lo mejor. En este caso, la letra con sangre entra… y sale.

    Valentín, los planos impagables son los caretos de los demás cuando le hacen la trepanación con un madero.
    Un abrazo

  3. Uf, Robert… debe ser muy bueno poder sentirte malo a tus anchas: qué bonito es el cine, explota nuestras mejores y peores cosas. Las lleva al extremo, y si no es al extremo. Muy aburrido, y poco sincero.

    Oye, en dos días empieza la descarga más grande de cine europeo: se llama Eurocine. Luego te paso el programa. Ojalá Lynch pasara por europeo, puedes creer que no ha llegado Inland Empire.

    Abrazos,

  4. Gran Brian de Palma.A mí me gusta mucho la escena del cochecito de bebé cayendo por la escalinata de la estación,homenaje al Acorazado Potenkin de Eisenstein.Y creo que de Palma dirige mejor esta escena que Eisenstein.Creo que hay otras películas que rinden el mismo homenaje.Si no recuerdo mal Coppola lo hace en el Padrino.Terry Gilliam en Brazil, y Woody Allen en Bananas.Pero el mejor,desde mi punto de vista,lo hace de Palma.

    Un fuerte abrazo,amigo.

  5. Por eso a tantos actores, Malvisto, les gusta hacer de malo. Es más divertido, supongo.
    En realidad, «Inland Empire» no está teniendo fácil distribución en ninguna parte. Y eso que es Lynch… o por eso mismo.
    Abrazos

    Francisco, buen resumen. En realidad el cine de De Palma está lleno de homenajes, algunos más logrados que el original y otros menos. La escena de la escalera, junto a ésta y al momento en el que Capone despotrica ante la prensa y ante sus acólitos, es lo mejor, para mí, de esta película.
    Un gran abrazo

  6. ¡qué escena! Y qué gran película. La banda sonora atmosférica de Ennio Morricone es sencillamente sensacional. Robert de Niro está soberbio. Precisamente ayer lo pudimos ver en La Sexta en El cabo del miedo, donde tuvo que someterse a otra catarsis física tan descomunal como la que sufrió en Los Intocables… A mi me sigue cautivando la escna de la muerte de Sean Connery. Esa cámara moviéndose por el exterior de su casa, mostrando el interior a través de las ventanas, es antológica.

  7. Juer, cada vez que hacía algún movimiento con el bate decía: ea, ya está, a ese va a cargarse…
    Me ha encantado esta escena (aunque sé se qué hablaba porque lo has dicho tú, que si no…), verlos a todos ahí vestidos de etiqueta y comiendo en un restaurante caro mientras hablan de sus «asuntos» resulta peligrosamente atractivo, o será que me van los «malos» bien hechos, y De Niro es el «malo» por excelencia.
    Besos.
    Rosa.

  8. La escena del ascensor si no recuerdo mal y no la confundo con otra es la que más me impresionó en su día. Pero lo que más me gusta es la Banda Sonora escrita por Ennio Morricone.
    Besos.

  9. Al jugar en este tipo de equipo ya sabes las consecuencias de no hacerlo, sino estás dispuesto mejor no entres al partido. Magnífica actuación.

    Abrazos

  10. Missing, supongo que te refieres a cuando bajan al preso y cuando se abre la puerta del ascensor los han liquidado a todos de mala manera…
    La música es estupenda.
    Besos

    Alba, una forma muy diplomática de decir lo mismo que De Niro. Y sin bate…
    Abrazos

  11. Es verdad, tienes razón, el final de El cabo del miedo resulta cómico en mitad del horror que ha vivido la familia del abogadooo. Al volverla a ver el pasado lunes después de muchísimos años todavía me pareció más desafortunado el desenlace, con esa pelea de piedras entre Nolte y De Niro que sólo puede producir una carcajada, cuando lo que esperas es otra vuelta de tuerca del terrible Max Cady. Pero los constantes guiños de Scorsese a Hitchcok (encuadres, primeros planos, traveling, banda sonora…) la hacen mejor con el paso del tiempo.

  12. Áquí Robert de Niro me da miedito. Construye una tensión tan densa que el desenlace casi alivia, una escena estupenda, oyes.
    Cambiando de tercio, estupendo también el artículo sobre «Carta de una desconocida»

  13. Juan, son finales creados en aras de la comercialidad políticamente correcta, lamentablemente. Supongo que el tratarse de un trabajo de encargo, y no tanto de un proyecto 100% Scorsese tendrá algo que ver. Eso sí, aunque algo pasada, merece un visionado.

    Muchas gracias Virginia, veo que al menos lo ha leído alguien… «Carta de una desconocida» es una película que me apasiona.
    De Niro, el gran De Niro, cuando se pone, se pone. Efectivamente, el clima de la escena casi puede cortarse, y la toma final de la mesa desde arriba es un colofón fantástico.

  14. Yo es que a Robert de Niro lo adoro, vamos para mí es de los más grandes, si no el más. Aún recuerdo como hacía de hombre casi cateto y normal en «Enamorarse», porque es tan grande que no sólo la clava haciendo de malo, malísimo, sino en cualquier papel. El otro día que echaron «La misión» me reafirmé.

    Un abrazo

  15. Mónica, a mí me encanta, es todoterreno, incluso en las comedias bobas o en los thrillers intrascendentes en los que ahora le da por aparecer para pagarse la factura del festival de Tribeca. Eso sí, me encanta, pero por si acaso, con el bate bien lejos…
    Un abrazo

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