Mis escenas favoritas – Robin y Marian (Richard Lester, 1976)

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El clímax emocional de esta magnífica película de Richard Lester se encuentra entre las cimas del romanticismo cinematográfico de todos los tiempos. Una película que demuestra que se puede innovar y ofrecer nuevas perspectivas a partir de personajes e historias conocidos, en este caso la leyenda de Robin Hood, sin necesidad de pervertir, edulcorar, traicionar o «suavizar» su realidad para un público adulto, confiando en la inteligencia del espectador, en su capacidad para relacionar sus conocimientos previos con la propuesta narrativa, sin perderle en ningún momento el respeto, ni a la fuente ni al público, llegando a enriquecerlos a ambos. Disfrútese esta obra maestra y compárese después, por ejemplo, con la versión azulada de Ridley Scott y sus lanchas de desembarco, construidas con madera, que responden a un modelo que no existió hasta la Segunda Guerra Mundial y que se usan para contar una invasión francesa de Inglaterra que jamás ocurrió.

Mucho mejor quedarse con una Audrey Hepburn y un Sean Connery en estado de gracia, perfectamente ensamblados a unos personajes a una edad en la que la leyenda hace tiempo que dejó paso a la desencantada realidad de una vida demasiado corta, invertida en demasiadas cosas accesorias, y pasada demasiado deprisa.

9 comentarios sobre “Mis escenas favoritas – Robin y Marian (Richard Lester, 1976)

  1. Curiosa trayectoria la de Richar Lester. Un tipo que siempre me cayó bien, quizá por aquella gamberrada titulada ¡Qué noche la de aquel día! Que todavía sigue siendo fresca, y Help! Y Golfus de Roma con Keaton corriendo en una rueda de noria; en Cómo gané la guerra, que serviría mucho más tarde para crear Vivir con los ojos cerrados y que además sirvió para demostrarle a Lennon que era un mal actor. Los tres mosqueteros, Los cuatro… El regreso… Cuba, una peli que a mí me gusta. Superman I y II, y su obra maestra Robin y Marian con esos personajes levantándose por la mañana en mitad del bosque pegándose pedos y eructos, y esa flecha que cierra o, abre la historia para siempre. Ah, se me olvidaba; creo que su primera película se titula Un ratón en la luna que en estos momentos no la recuerdo para nada.

    Buen finde, amigo.

    1. Muy irregular, en efecto (¿los Superman no son de Richard Donner?), pero, en general, a mí me gusta, su cine me resulta simpático, fresco, irreverente sin dejar de ser cómplice.
      Abrazos, Paco, y buen finde

  2. Esta es una asignatura pendiente de revisar: la ví de estreno y jamás la he vuelto a tener ante mí: estoy seguro que mi percepción actual le hará más justicia y la elevará en mi memoria. Además, ahora procuraré verla en v.o.s.e.

    Off tòpic:
    Los mosqueteros de Lester, por lo que me dijo un compañero de estudios, presentaban las contiendas a capa y espada con un realismo total. Mi amigo era campeón de sable, así que nunca se me ocurrió dudar de su palabra.
    Y la Welch…. 😉
    Un abrazo.

    1. Una asignatura a la que apetece volver, suspender siempre, repetir curso… Un elemento excelente pero que no siempre se reivindica de este film es el comienzo, con un Richard Harris completamente irreverente y excepcional desfigurando el mito del rey Ricardo.
      Abrazos

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