Diálogos de celuloide: Queimada (Queimada!, Gillo Pontecorvo, 1969)

SIR WILLIAM: Caballeros, permítanme ponerles un ejemplo ahora. Mi metáfora podrá parecer un poco impertinente, pero pienso que va directa al asunto. ¿Qué prefieren ustedes? O mejor dicho, ¿qué creen que les conviene más? ¿Una esposa o una prostituta? No, no, por favor. No me entiendan mal. Estoy hablando estrictamente en términos económicos. O sea, del costo del producto. Del rendimiento de ese producto. El producto en este caso es el amor. Amor puramente físico, donde los sentimientos, obviamente, no forman parte de la economía. ¿Verdad? A una esposa hay que darle una casa, comida, vestidos, atención médica, etc, etc. Están obligados a mantenerla toda una vida, incluso cuando envejece y resulta improductiva. Y si uno la sobrevive, encima tiene que pagarle el funeral [risas]. No, no, es verdad. Caballeros, sé que les parece divertido, pero esos son realmente los hechos; ¿o no? Mientras que con una prostituta, por otro lado, es un asunto bastante diferente, ¿no? No hay necesidad de hospedar o alimentar, de vestir ni enterrar. Gracias a Dios. Ella solo está cuando la necesitan. Solo pagan por su servicio. Y pagan por hora. O sea, señores, por la misma razón, ¿qué es más conveniente, un esclavo o un trabajador asalariado? ¿Qué les conviene más? ¿La dominación portuguesa, con sus leyes, sus vetos, sus impuestos, su monopolio comercial, o la independencia? Con su propio gobierno, sus propias leyes, su propia administración, y la libertad para comerciar con cualquiera en términos que sean establecidos por los precios del mercado internacional.
[…]
SIR WILLIAM: Ahora solo falta decidir qué van a hacer ustedes.
GENERAL PRADA: Veamos. El garrote no se puede usar. Recuerda demasiado a los portugueses. O se lo fusila, como hicimos con Teddy Sánchez, o se lo ahorca, como se hace entre ustedes, los ingleses. A mi modo de ver es mejor la horca. Es más solemne.
SHELTON: Y más definitiva.
GENERAL PRADA: Exacto.
SIR WILLIAM: Exacto. Lo malo es que un hombre que combate por un ideal es un héroe. Y un héroe ejecutado se convierte en un mártir. Y un mártir se convierte rápidamente en un mito. Un mito es más peligroso que un héroe, porque a un mito no se lo puede matar. ¿No le parece, Shelton? Piense en ese fantasma que correrá por las Antillas, con sus leyendas y sus canciones.
SHELTON: Mejor son las canciones de los ejércitos.
SIR WILLIAM: Mejor aún es nada. El silencio.
(guión de Franco Solinas, Giorgio Arlorio y Gillo Pontecorvo)

48 comentarios sobre “Diálogos de celuloide: Queimada (Queimada!, Gillo Pontecorvo, 1969)

  1. Amigo Alfredo (te llamas así, no? Perdona que te tutee pese a, que no nos hayan presentado) Me temo que este «divertido» diálogo de «Queimada» no creo que sea muy del agrado del sector femenino de seguidores de este blog.
    Aunque he de decir que esta peli no la había visto hasta hace poco y creo que merece más atención crítica de la que tiene. En ese magnífico diálogo sobre el mito y el héroe se resume el dilema ético de la película.

    Un saludo.

  2. Creo que sí, que me llamo así… Aunque me llaman de todo…

    Bueno, ciertamente este diálogo hoy se puede leer con otros ojos pero: 1) presupongo que el sector femenino de quienes pasan por aquí es inteligente, 2) el texto ya adelanta que se trata de una comparación impertinente, incluso para 1969 (no, desde luego, para la época en que se ubica la cinta), y 3) no estamos aquí para aplaudir o apoyar ninguna corriente de corrección política, ni mucho menos a ningún grupo que aspire a implantar ninguna clase de moral oficial o de puritanismo social; al contrario, las expresiones de ideas u opiniones de libros o películas del pasado que hoy nos parecen inadecuadas o desfasadas no se combaten suprimiéndolas, censurándolas o callándolas (como pretenden estos grupos, haciendo un alarde de intolerancia y autoritarismo similar, o incluso peor, al que dicen oponerse), sino contextualizándolas, explicándolas e interpretándolas en la mentalidad de su tiempo en contraste con su percepción actual.

    Dicho esto, en efecto, las películas de Pontecorvo (no todas, pero sí quizá las más conocidas, como Operación Ogro o, sobre todo, La batalla de Argel), merecen revisión y reconsideración, ya que, más allá de la coyuntura ocasional en que se sitúan, sus planteamientos de base y su sentido crítico perviven tan frescos, como le ocurre a las películas más antiguas de Costa-Gavras (que se mantienen mejor que las últimas, por cierto). Esta película, sin ir más lejos, que trata de la colonización política y militar, puede extrapolarse sin ningún tipo de menoscabo del poder de su mensaje al contemporáneo contexto de esos otros tipos de colonización (económica, financiera y cultural) que perviven hoy.

    Saludos

    1. Si. A mi de Pontecorvo la que más me gusta es «La batalla de Argel» Una película ejemplar a varios niveles. Sin embargo no he visto «Operación Ogro» sobre el asesinato de Carrero Blanco. Y eso que esa época me interesa mucho. Me la recomiendas? Que opinas de ella?
      Saludo.

      1. Si la época te interesa mucho, sí. Para mí es inferior a estas otras dos, pero tiene muchos elementos de interés, y el trabajo de recreación es muy estimable.
        Saludos

  3. Otra peli más para apuntar. Jo! Mi cajón de pendientes no tiene fin…

    Qué buenas son Operación Ogro, La batalla de Argel (ésta última poco tiene que envidiarle a los films del neorrealismo italiano) y Kapo, protagonizada por la gran Susan Strasberg. Ésta última la vi en el ya extinto canal de Cinemateka (de éste canal recuerdo, especialmente, la peli de Kawalerowicz, hace ya unos cuantos años y qué ilusión me hizo ver, en tus Hermosas mentiras, señalado este título; la mejor peli que se ha hecho hecho sobre el antiguo Egipto; el momento del eclipse es memorable).

    Del mismo modo que hoy no encontraríamos esas líneas de diálogo que nos traes, tampoco hallaríamos films como Carne viva, protagonizada por Lee Marvin y Gene Hacknan, donde se encuentran mujeres en una feria de ganado dispuestas a ser vendidas al mejor postor. Acaso hoy no se comercia con el ser humano, sea en el aspecto que sea?

    En cuanto a mí, yo no me escandalizo por diálogos como éste. Me escandalizo por las atrocidades que no se nos cuentan en las noticias y nos enteramos por otras vías.

    Besos!

    1. Más canales de esos hacen falta, grrr… Pero no en plataformas de pago, sino abiertos, disponibles para todo el mundo.

      El problema, creo, es que una enorme porción de público, cuyo hábito de ver películas o incluso cuyo gusto por el cine, se ha ido modificando y atrofiando con el paso del tiempo, además de verse afectado por la tendencia irrefrenable de reducir todos los debates a cuestiones puramente morales, ha dejado de saber interpretar y contextualizar lo que ve. Ya se puede uno romper los cascos explicando lo que la pantalla muestra, que al personal, acostumbrado ya a la infantil dicotomía entre buenos (los míos) y malos (los demás), le da lo mismo. Y lo que vale para el cine, vale para todo. Puritanismo moderno, valga la contradicción. Igual de intransigente y ciego que cualquier religión llevada al extremo. El buenismo acabará con nosotros, si es que todavía queda algo pendiente de acabar.

      Faraón es estupenda. La gran obra sobre el antiguo Egipto, aparte de los modelitos semitransparentes que se gasta Anne Baxter con Cecil…

      Besos

      1. Eso digo yo. A mí era un canal que me encantaba porque emitía películas que no se encontraban en ningún otro sitio y me llevé una terrible decepción cuando lo cerraron. Creo que lo sustituyeron (me parece) por el canal Sundance, que tampoco está mal del todo (para empezar porque ponen los filmes en versión original), pero tiene una cuanta morralla en su programación).

        El buenismo, tiempo al tiempo, está haciendo de nosotros un completo colapso mental y físico. Llegará el día en que nos cueste darle siquiera a una tecla. Mal camino llevamos como especie…

        El otro día me invitaron al cine. Yo me estaba temiendo lo peor y mis sospechas se confirmaron. Me llevaron a ver la última de Luis Tosar, «Quien a hierro mata». Horrenda y terriblemente previsible. No vayas a verla, saldrás tan cabreado como yo (y, en mi caso, tuve que escuchar por parte de la persona que me acompañaba, que estaba bien).

        Besos!

      2. Sundance es un poco cagarro de canal, pero en fin…

        Tranquila, pensaba evitarla. Dirigida por Paco Plaza (mucho ruido y pocas nueces) y producida por AtresMierda, perdón, AtresMedia. Dos personas me han dicho que es muy buena; da igual, nada producido por Telecinco o Antena 3 tiene, de entrada, mi favor, salvo alguna rara excepción en que pese más algún otro factor. En cambio, de «Érase una vez… en Hollywood» salí al borde del éxtasis.

        Besos

  4. Lo políticamente correcto. Creo que estamos viviendo en unos tiempos de ingente bobería . El otro día decía Javier Marías en uno de sus incendiarios artículos: “Ahora hay mucho tonto. No puedes decir nada sin que se te eche un colectivo encima”. Y sigue más adelante: “La estupidez en el ser humano siempre ha existido, pero no tan organizada como ahora.” Fue él, precisamente quien denunció, hace ya unos años, lo que estaban haciendo los editores americanos con las nuevas ediciones de los clásicos; modificando expresiones, adjetivos, incluso sustantivos para complacer al lector contemporáneo: apocalíptico e integrado. Lo mismo ocurre con las películas actuales de época, o novelas históricas escritas ahora. Pasan la moral y las correcciones de nuestro tiempo al pasado y no son más que ucronías sin sentido. Ahora podríamos ver, por ejemplo, a un Sherlock Holmes casado cambiando pañales o a gente de color respetada por todo el mundo en un contexto que, desgraciadamente, no fue así. Queremos cambiar el pasado. Ojalá se pudiera, pero no es así. Si lo tocamos, las próximas generaciones creerán que Sherlock Holmes llevaba el cochecito de su bebé por las calles de Londres como nadie. Creerán que Rick Blaine le planchaba las bragas en París a Ilsa Lund, y que Rick le encantaba sorber a través de una pajilla la horchata fresca que no paraba de pedir en el Café Rick. Dejemos estas cosas para las películas y novelas contemporáneas, lo cual, me parece bien. Pero ¡por todos los diablos! Como diría el director de aquel hotel de “El hotel de los líos”. Y acabo de nuevo con Marías: “Siento que vivo en una época de decadencia en donde cada vez prolifera más la ignorancia”.

    Abrazos mil

    1. Desde luego, dan ganas con hacerse con un lanzallamas, como el personaje de la última de Tarantino, y liarla parda cada vez que te cruces con un/una gilipollas. Claro que gastarías tanta gasolina que sería contraproducente para el bolsillo, para el planeta y para tus olores corporales…

      Estamos idiotizados, y como en toda época idiota, la moral pública impuesta por el puritanismo «buenista» lo inunda todo, aspira a sustituir al pensamiento y al conocimiento, y en cuanto a la masa del público, lo consigue. Y así tenemos juicios y opiniones absolutamente estúpidos e ignorantes prácticamente en todos los campos de nuestra vida. Eso de rehacer personajes es algo que también hacen las series de televisión, quitándole a este el hábito del tabaco, al otro cambiándolo de color o de sexo, adornando la violencia o suprimiéndola, recortándoles el lenguaje o eliminando sus malas costumbres… Todo por la mierda de la corrección. No solo es una época boba e ignorante; es profundamente imbécil.

      Abrazos

  5. Bueno. Espero que todas esas zurras contra, el buenismo no vayan contra mi. Porque yo también estoy hasta los cascarones de esa Policía de la Corrección Politica que nos pretende maniatar a todos. Lo único que pasa es que yo le quería advertir de manera irónica a Alfredo ante la posibilidad de que alguno de estos Nuevos Inquisidores accediera al blog. Nada más.
    Y en cuanto a Paco Plaza…. Podría contaros alguna cosa para describir al personaje porque le conocí personalmente. Solo os diré que el otro día salió en El País diciendo que renegar de Julio Iglesias era como renegar de Las Meninas. Así queda todo dicho. Su trayectoria me parece bastante irregular. REC está francamente bien, pero es más mérito de Luís o Berdejo, el guionista, porque la premisa es muy original y está bien trabajada. Pero de todas las demás la única, que me gusta es «El segundo nombre» porque es una obra modesta pero efectiva. «Romasanta» no la he visto. «Verónica» no me gustó nada de nada. La típica y tópica película de sustos más vista que el TBO. Y de «OT: La película» mejor no hablamos.

    1. Bueno, no creo que los comentarios vayan contra nadie en particular. Es más la expresión de un nefasto clima general que empieza a resultar asfixiante.

      Vi ese comentario de Paco Plaza, que alguien había usado para el titular. Eso me disuadió de persistir en la noticia. Debo decir que no me ha gustado nada que haya visto de Paco Plaza; por tanto, cuando se estrena algo suyo, máxime si está financiado por una televisión privada, no hago ni mención.

  6. ¡Mi querido Alfredo, yo ya he visto dos veces Érase una vez en Hollywood! Y es una película de análisis tan rico, tan interminable. Y la vería tranquilamente una tercera. de verdad.
    En cuanto a «Queimada» creo que te dije que la vi hace relativamente poco y que me acordé mucho de ti (por el tema que siempre te ha interesado de cine y colonias). Es una película tremendamente dura y cruda sobre cómo se mueven los hilos. Provoca escalofríos. Y cruda y desnuda también en la representación de sus personajes. Y con unos diálogos que hieren como dagas afiliadas que no dejan de entrar en tu cabeza. Merece varios visionados y tertulia después.

    Beso
    Hildy

    1. Mi querida Hildy, es una película, la de Tarantino, que creo que voy a ver muchas muchas veces en mi vida (o eso espero).

      Queimada es una de mis películas favoritas de ese subgénero personal mío, que, casualmente, es la misma razón que llevó a Brando al proyecto. Tremendamente lúcida y clarificadora de lo que supone el fenómeno, en su forma histórica pero también en los aspectos que ha adquirido hoy.

      Besos

  7. Este comentario es para Deckard: tranquilo, de zurra contra ti nada. No te preocupes. Es que una está ya harta de esos colectivos (feministas, LGTBI, etc). Que aunque sea mujer no me impide ver la intransigencia y cómo la sociedad y determinados colectivos intentan dirigir el pensamiento de la gente.

    Un saludo (y no pienses que te quería meter caña, con mi metedura de pata de aquel día tuve suficiente).

    1. Tranquila, maja. Ja, ja, ja Todavía te acuerdas? Bueno, no fue hace tanto… Pero esta vez no habrá que sacar los guantes de boxeo, no? Que seguro que me tumbabas a la primera al estilo Cassius Clay, que estoy bajo de forma…
      No, y en Queimada la verdad es que llama mucho la atención ese diálogo de Marlon Brando tan de Macho Alfa. Seguro que, en su época, en tertulias informales del resto de Europa fijo que dio mucho que hablar. Pero en España, vete a saber, porque estábamos a otra cosa…. Todos contando cronómetro en mano cuando se iba a producir el Hecho Orgánico (o sea, la muerte del Caudillo….)
      Beso.

      1. Pues yo creo que el diálogo pasó inadvertido. Entonces el público era mucho más inteligente, y sabía contextualizar e identificar el sentido de las cosas, y las intenciones de guionistas y director. El problema de estas cosas se da hoy más que entonces (por no hablar que muchos de los modernos y progres de 1969 lo eran exactamente igual que hoy, de pura boquilla, y que coincidían sustancialmente con el discurso de Brando).

  8. Perdonad que me meta en medio otra vez, pero me gustaría comentar la de Tarantino. Vas a dedicarle alguna entrada un día de estos? Estaría bien, para poder comentarla en profundidad sin tener que colarte mis morcillas en una entrada sobre «Queimada»….
    Solo te diré un par de cosas. La película es muy entretenida, algo muy meritorio en una película de casi tres horas. Pero por lo demás, me parece una Gran Gamberrada (Tarantino siempre ha sido un Gran Gamberro, pero esta vez no pasa de ahí, a mi juicio….)
    Te animas a hacer una entrada específica y luego la comentamos todos?
    Saludos.

    1. Pues me temo que no, porque nunca comento estrenos. Solo escribo sobre cosas cuando se ha disuelto el azucarillo de la publicidad y de la promoción, para evitar confusiones. No me gusta la crítica «publicitaria», que es el estilo más frecuente que se emplea ahora, así que no la practico ni doy pie a que pueda interpretarse que la practico.

      Solo diré que despacharla como entretenida y como «gamberrada» es una simpleza absurda. Y recordaré que no dura tres horas, que es lo que dice todo el mundo, sino dos horas y cuarenta y un minutos, con créditos y todo. Es una película inmensa, inagotable, inabordable, en la que cada secuencia contiene una historia llena de matices, alusiones e implicaciones, de una riqueza narrativa y de un planteamiento y un uso de la puesta en escena magistrales, con una labor de dirección artística brutal y, en cuanto a su director, una obra madura, adulta, lejos de sus gilipolleces adolescentes posteriores a Jackie Brown (1997). Debió ser su cuarta película, no la novena, y estaríamos hablando de un cineasta verdaderamente grande.
      Saludos

      1. Suscribo completamente tu comentario. Una película verdaderamente grande. Creo que pocas veces he salido tan, tan satisfecha de un cine. Hubo momentos que la risa y las lágrimas se confundían en mi rostro.
        Una película que es un canto de amor al cine. Qué ilusión me hizo ver a la primera actriz asiática en Hollywood, la encantadora Nancy Kwan (que se haría amiga de Bruce Lee; antológica, por cierto, la secuencia con este personaje), los carteles de todas las películas (en especial No hagan olas, de Mackendrick) o la mención a Sergio Corbucci, entre un largo ramillete.
        La última parte ya es de un subidón total. Casi parece, en cuanto a atmósfera se refiere, a un film de Lynch o del propio Polanski (tengo mucha curiosidad por saber qué le habrá parecido la peli a este cineasta). Y lo que más me alucina es lo bien que está DiCaprio (increíble que yo esté diciendo esto de este actor). Una tragicomedia en tres actos.
        En definitiva, una película que seguirá creciendo con el tiempo. Para mí, Tarantino, por vez primera, sube a los altares.

        Besos.

      2. Bueno, primera actriz asiática en Hollywood… Acuérdate de Anna May Wong, en los años treinta, por ejemplo… Yo aluciné con la mención a Joaquín Romero Marchent, el mejor director de westerns españoles… Pequeños clásicos como El Coyote o Antes llega la muerte…

        Polanski accedió al guion por persona interpuesta, un amigo común con Tarantino. Este amigo le preguntó sobre el sentido de la película respecto a, literalmente, «su mujer», y Tarantino, por toda respuesta, le remitió a través de él una copia del guion. El amigo-correo, al poco tiempo, volvió a ponerse en contacto con Tarantino y le dijo, «adelante».

        Para mí es ya la segunda o tercera mejor película de Tarantino, tal vez algún día llegue a considerarla la primera… de las cuatro buenas que tiene.

        Besos

      3. Bueno. No hace falta ponerse así, hombre….Además, yo no he dicho que durara tres horas. He dicho que duraba CASI tres horas (2 horas y 41 minutos, «con créditos y todo» se puede catalogar como CASI 3 horas ¿no crees? Joder, que tampoco hay que hilar tan fino….)

        Hombre, y me reconocerás que un poco gamberrada si que es ¿no? Lo digo simplificando un poco, evidentemente, puesto que habría que hacer muchos matices. Por supuesto que la labor de direccion artística es impresionante, y la ambientación musical, y toda la recreación de la época. Muchos diálogos son brillantemente mordaces. Los actores están a un gran nivel.Y otra cosa ¿a ti te parece poco que una película resulte simple y llanamente «entretenida»? No es algo que se pueda decir de todas las películas, ni muchísimo menos. (ni de todas las de Tarantino: «Los odiosos ocho» sin ir más lejos era un auténtico coñazo pretencioso). Incluso ni siquiera de ciertas obras maestras a las que no se puede negar su condición de tales, pero que en algunos casos no son del todo amenas. Y, hombre, me he limitado a utilizar los dos adjetivos («entretenida» y «gamberra») por no profundizar en principio, esperando tu respuesta.

        Pero te voy a hacer una pregunta. ¿No crees que contando con tantas estrellas en el reparto, con semejante despliegue de medios y de presupuesto, presuponiendo el talento de Quentin Tarantino para los diálogos y los buenos guiones, su innegable oído musical, su adecuado enfoque estético cuando sabe contenerse, de verdad no crees que todo esos factores no podrían haberse puesto al servicio de algo mejor que una ucronía un tanto díscola y mordaz que, al final, francamente, no va a ninguna parte?

        Te reitero que el simple hecho de que una película de tan larga duración a mi (y supongo que a mucha más gente) se me pasara casi en un suspiro ya me parece en sí mismo un valor reivindicable. De hecho, este mismo verano he visto películas que apenas alcanzaban los 80 y tantos minutos y en las que me miraba constantemente el reloj. Pero, no obstante, ¿no crees que a un director de este nivel, y con el prestigio alcanzado cabría pedirle algo más?

        Porque, además, te voy a decir algo. Tarantino juega deliberadamente con nuestras expectativas. Y de alguna manera le gusta defraudarlas. Todos (en mayor o menor medida) esperábamos una reconstrucción de aquellos hechos pero deseábamos que Tarantino tratara de comprender la raíz o el motivo de lo sucedido. Ya sabemos que el fuerte de Tarantino no es ni la Sociología ni la Historia, pero ¿no creeis que, teniendo en cuenta que también habla de personajes reales, algunos de los cuales siguen vivos, no debería de tratar de ser un poco más fiel a la verdad en vez de limitarse a contarnos un chiste un tanto grueso? No sé. Yo creo que eso de hacer la Gran Broma, también es una manera un poco cínica de vendernos una moto, y luego acabar entregándonos una bicicleta. En ello hay algo de vocacion mercantil un tanto cínica de un tipo con talento comercial, ¿pero de verdad debemos decir «es una bonita moto» cuando lo que realmente nos ha vendido es una bicicleta? Dirás lo que quieras, pero eso es lo que ha pasado. No me sirve el precedente de «Malditos Bastardos» porque en ese caso estaba claro que iba a predominar el tono paródico. Dirás que nuestras expectativas son culpa nuestra, pero en el cine de hoy con tanto «teaser» y tanta autopista y redes de la información se sabe todo. Tarantino no se si verdaderamente ha querido sorprendernos o reirse de nosotros. Si quiere sorprendernos, lo ha conseguido, pero solo relativamente, porque no sería la primera vez que hace algo similar.. Y si solo quería reirse de nosotros para sacarnos la pasta pues bien, una vez más lo ha conseguido. ¿Pero no creeis que una persona de su talento, capaz de reunir esos presupuestos millonarios y a esa constelación de intérpretes no debería de tratar de ir un poco más allá que hacer una película con presupuesto de gran producción pero con la ironía cómica de la serie B? Porque a la serie B no le queda más remedio que ser irónica por su carácter minoritario y marginal, ¿pero por qué no ser más ambicioso y tratar de alcanzar un mayor vuelo dramático si tienes todos los medios a tu favor? Ya sé que todo creador es libre de hacer lo que le de la gana, pero de verdad, creo que, a estas alturas, viene a ser todo un poco más de lo mismo.

        Es simplemente mi opinión.

        Saludos.

      4. La película no tiene nada de gamberrada, salvo, parcialmente, el final. Por otro lado, el entretenimiento no es un fin, sino una consecuencia, y además subjetiva; por tanto, como el aburrimiento, no es una cualidad de una película, sino del espectador: las películas no aburren o entretienen, son los espectadores los que se aburren o se entretienen. Con Tarkovski te puedes aburrir y yo me puedo entrener; con Regreso al futuro tú te puedes entretener y yo me puedo aburrir.

        Niego la mayor: ni es una gamberrada ni es una película que no vaya a ninguna parte; va, a muchos sitios, y de muchas formas; más, probablemente, que nada que se haya estrenado en España este año. En cuanto a los presuntos nivel y prestigio de Tarantino, no seré yo quien lo encumbre porque lleva años haciendo mierda (no sé de qué nivel o de qué prestigio me hablas; es popular, pero tampoco es un valor en sí mismo). Pero no está mal que un director haga una obra maestra; no es que no tenga más que pedirle, es que no se le puede pedir más.

        El cine no está para contar la verdad. Es más, su deber, porque está en su naturaleza, es no contarla. Quien piense que el cine cuenta o debe contar la verdad sobre algo está muy equivocado (ni siquiera en su fachada más verosímil, el documental, género embustero y manipulador por antonomasia). A partir de ahí, como las premisas de las que partes me parecen erróneas (expectativas… ¿Qué es eso? El espectador que va al cine para que una película cumpla sus expectativas tiene un problema, y es suyo, no de la película). Tarantino no ha querido ni sorprendernos ni reírse de nosotros; ha querido contar su historia, que no es la fidelidad a los hechos de un crimen horrendo, sino una interpretación de una época y un cine que estaban a punto de morir, y al que, en un ejercicio de nostalgia casi fantasmal, decide salvar. Cine fantástico, si se quiere. El error de Malditos bastardos no fue la fallida intención paródica con algo muy serio, sino la ejecución. No saber encontrar el tono, el registro, para que su boutade final se sobrepusiera a la historia. Aquí sí lo ha conseguido, ¿por qué?, porque en vez de fallar creando una parodia ha acertado mostrando una sensibilidad inusual por el personaje de Margot Robbie, lo más hermoso de la película. A partir de ahí, como no tienen nada que ver, me niego a considerar esta película como una mera reproducción de series B, cosa que sí ha sido su carrera entre los Kill Bill y Los odiosos ocho, una etapa que no me gusta especialmente. Esta película es cualquier cosa menos superficial, banal, gratuita, paródica, simple y vacía. Esta película es Hollywood. Nada más, y nada menos. A ver quién da más.

        Saludos

      5. A ver. Yo no quiero parecer impertinente ni falton, ni borde ni quiero imponer mi opinión ni nada parecido. Pero si quiero decir algo. Efectivamente que una película sea entretenida es un valor objetivo. Porque cuando digo eso es porque me parece una buena película. Como al parecer te lo ha parecido y muchísimo a ti y a Míriam y a mucha otra gente. Supongo que no te habrás aburrido viéndola, no? Ergo PARA TI es una película OBJETIVAMENTE entretenida (y para mí y para mucha gente) Una película no es como un jarrón en el centro del salón en el que nadie se fija. El jarrón tiene un valor objetivo según los materiales con los que este hecho. Un anticuario o un vendedor de mobiliario o porcelana tiene más posibilidades de acertar su precio objetivo que un lego en la materia. Nosotros sin tener ni idea podemos comprar por 10 euros una baratija y vendérsela a un millonario ignorante por 1 millón de dólares. Luego ese millonario se la puede vender a otro millonario por 100 millones de dólares porque resulta que ese jarrón perteneció a Andy Warhol o a Napoleon. Pero eso da igual, porque el valor objetivo de ese jarrón es de 10 euros. Y tu me puedes decir NO, PORQUE AHORA SU VALOR OBJETIVO ES DE 100 MILLONES DE EUROS. Pero no, porque lo de Warhol o Napoleon puede ser una trola, y en cualquier caso el coste objetivo de ese jarrón y de tantos como ese es el mismo, 10 euros en virtud de sus materiales baratos o de sus adornos sencillos. Pero esto tiene que ver más con la especulación que con el arte.
        En el cine, el valor objetivo no existe propiamente. El Padrino y Solo en casa han recaudado más de 100 millones de dólares. Son miembros exclusivisimos de ese club. Si medimos la calidad objetiva en dinero, Sólo en casa es superior, puesto que ha recaudado más. Pero El Padrino gusta más a los entendidos. En términos numéricos, estoy seguro de que hay más gente que ama Solo en casa, que El Padrino. Para mí, objetivamente El Padrino es muchísimo mejor. Pero no deja de ser un criterio subjetivo. Si la objetividad la marcan las cifras puede haber mucha más gente que no esté dispuesta a ver una peli de 3 horas violenta que a ver el hit de Macaulay Culkin. Por tanto, la objetividad no deja de ser más que una acumulación de subjetividades en lo que al cine se refiere.
        Dices que no sabes que es eso de las «expectativas» Que no sabes de qué va todo eso. Pero yo te diría que esto del cine no va de otra cosa más que de eso. De expectativas. No digas que no. La gente sobre esta película antes de verla piensa:»Tarantino, Brad Pitt, Leonardo Di Caprio, Msrgott Robbie, buah, eso tiene que ser la bomba…» Si la película la hubiera dirigido John Smith, y la hubieran protagonizado Brad Gill, Gustavo Torretta y Margarita Calcaterra ni hubiera suscitado expectativas ni la hubiera visto ni Dios. Dices que no tienes o tenías especiales expectativas con Tarantino. Sin embargo dices que te gustan 4 de sus 9 películas. No es un mal porcentaje. No vas a ver las de Paco Plaza pero no porque no tengas expectativas, sino porque por lo que sea tienesMALAS EXPECTATIVAS ante sus películas. Y resulta que a lo mejor estás siendo injusto porque luego a lo mejor resulta que su última película podría ser buena si te liberaras de ese cierto prejuicioy todo.
        Bueno, no quiero alargarme más. Tampoco quiero que os toméis esto como algo personal. No es mi intención.
        Saludos.

      6. En absoluto, porque la apreciación del hecho de que Stalker entretenga es mía; es decir, me entretiene a mí, mientras que cuatro quintas partes del público declarará sin ambages que se aburre. Y a la inversa, en el caso de productos concebidos para el público que a mí pueden aburrirme, y de hecho lo hacen. Por tanto, nada tiene que ver con la calidad cinematográfica de un filme el hecho de que uno se entretenga o no con ella (repito, las películas no son ni aburridas ni entretenidas). La objetividad, querido, no existe. Es un primer paso para un acercamiento lúcido de la realidad. El jarrón que tú ves nunca será el mismo que veo yo, aunque miremos el mismo objeto. Entender esto es básico a la hora de estar y de encontrarse en el mundo. Y no me hables de recaudaciones que me da la risa. En cualquier caso, si confundimos coste, precio y valor en un único concepto, el resto del razonamiento, naturalmente, tiene que ser erróneo.

        La expectativa busca una satisfacción sobre la base de una idea preconcebida. Por favor, seamos serios. Puede que el espectador casual, el que va al cine como PASATIEMPO, que no entretenimiento, se limite a esta concepción. Yo, desde luego, no.

        Saludos

  9. Jejeje. De guantes de boxeo nada. Es verdad que, a veces, el temperamento me puede pero en cuanto me doy cuenta de que estoy equivocada sé rectificar. Vamos, que se me disuelve el genio como un azucarillo.

    Caramba! Tres horas de peli dura la de Tarantino? Pues tendré que tomarme un café, más que nada porque la única sesión que hay en mi ciudad es la de la noche.

    Saludos y besos a todos.

  10. Disculpa mi lapsus, Alfredo. Es verdad, me olvidé de ella, tan extasiada como estaba recordando la peli.
    La verdad es que son guiños constantes.
    Querrás creer que la persona (que era la misma con la que vi la de Tosar) con la que fui a verla no le gustó. Hasta me dijo que le parecía infumable. En fin…

    Besos.

    1. Es una reacción muy común. En mi entorno he observado esto: al que va al cine regularmente a tragarse lo que le pongan no suele gustarle; a las personas que les gusta mucho el cine, suele encantarles. Creo que esta película evidencia un paradigma en la relación del público con el lenguaje audiovisual; el no aprecio de esta película revela la atrofia sistemática en la que treinta años de nadería constante y de blockbusters y porquerías de esas han provocado en cierto público que ya no sabe, que no carece de las herramientas necesarias, para entender, interpretar y apreciar correctamente lo que ve. Qué tristeza…

      Besos

  11. Es muy curioso. El diálogo que habéis mantenido Deckard y tú es, en esencia, el mismo que yo ayer mantenía con mi acompañante al salir del cine. Divergencia de posturas, que no digo que sean irreconciliables sino que se puede seguir así hasta el infinito, sin llegar en casi ningún momento a acercarse siquiera ambas ópticas.

    Lo que yo quiero apuntar al respecto, si me lo permitís, es que la película es tan, tan buena, tiene tanta enjundia como para generar semejante y acalorado debate. Y eso, hoy en día, muy pocas lo consiguen.

    Besos.

    1. Me explico: el espectador adolescente que buscaba en esta cinta la satisfacción primaria de, por explicarlo llanamente, acudiendo al concepto aquí expresado, de «gamberrada divertida», se verá sin duda decepcionado. Quien, en cambio, valora al Tarantino cineasta de verdad, el de sus tres primeras películas, y en particular quien reconoce en Jacke Brown su mejor obra, con su última película disfruta plenamente.

      Más besos

  12. Ok. Pues afinemos un poco más y corrijo, cambio debate por puntos de vista.

    Completamente de acuerdo, la sensibilidad que Tarantino demuestra por la figura de Sharon Tate es realmente conmovedora (maravillosa escena en la que el personaje va al cine a ver la reacción de los espectadores) y una sensibilidad exquisita.

    Besos.

  13. Es que las tres primeras obras son, junto con ésta, las que realmente sintetizan la verdadera labor creativa de Tarantino. Lo demás, un pestiño absoluto

    Muchos besos más.

  14. Amigo Alfredo (permiteme que me tome estas confianzas) Creo que fue Julio Camba quien dijo: «Como no soy objeto, no soy objetivo. Pero como soy sujeto, soy subjetivo» No es cuestión de alargar la discusión adentrándonos en abstrusos conceptos que a lo mejor se nos escapan a ti y a mi. Lo más gracioso es que en el fondo estamos de acuerdo (no se, a lo mejor eso te molesta, pero yo no tengo ningún problema en coincidir) Efectivamente, en la apreciación de una película o de una obra estética hay un alto componente subjetivo. La objetividad en ese caso casi no existe. Pero te ponía el ejemplo del jarrón porque vivimos en un mundo material o de apariencias materiales. No vayamos más allá. Pero el hecho es que un objeto como un jarrón hecho con materiales baratos que cuesta 10 euros es objetivamente una baratija.Es la eterna discusión sobre el precio y el valor. Si ese jarrón perteneció a Napoleón su valor crecerá escandalosamente. Pero su precio real seguirá siendo el de una baratija. Si ese jarrón tiene un valor personal porque perteneció a un ser querido de tu familia ya fallecido, para ti el valor de ese jarrón será altisimo. Pero solo para ti y quizás para un círculo reducido de cinco a diez personas de toda familia. Vosotros no estaríais dispuestos a venderlo ni por todo el oro del mundo. Su valor para el resto del mundo sería nulo. Y su precio, insignificante. Pero imaginad que de repente aparece un tipo extraño por ahí que os hace ofertas estratosfericas por decenas y miles de billetes. Tenéis dos opciones. Os podéis irritar porque no queréis venderlo por su valor sentimental o llega un momento en el que acabáis cediendo porque la cifra es muy elevada. A lo mejor ese comprador era el único que sabía que en el interior había un cheque en blanco firmado por un multimillonario. Era el único que conocía el valor incalculable de ese jarrón. Pero su precio real seguirá siendo inamovible. Precio y valor.
    Dices que para la mayoría de la gente Stalker de Tarkovski es un coñazo pero que a ti te gusta. Para ti esa película tiene un valor. Para el resto ninguno o casi ninguno. Porque de eso se trata, de valorar, de intercambiar impresiones. Aquí nadie trata de pontificarl ni de establecer un canon de calidad objetivo.

    Por eso, en la valoración que tu haces de «Érase una vez en Hollywood» tu dices casi que es una obra maestra y a mi no me lo parece tanto porque aunque considero que es una buena película, esos ingredientes que tenía eran mucho más aprovechables, y podría ser una mejor película. Pero es que opino que ni siquiera la subjetividad es granitica puesto que los sujetos cambian y mutan. Por eso estoy convencido de que dentro, no se de tres años, cuando en un día aburrido decidas ponerte una película, seguro que no contemplas esta ni entre las 1.000 (o incluso 2.000)opciones para pasar el rato. Y a mi me podría pasar al reves, que de repente la pillara justo al comienzo en una televisión en abierto , la viera hasta el final y yo pensara: «Esto es una jodida OBRA MAESTRA» (no obstante considero más probable lo tuyo que lo mio)
    Lo de las recaudaciones de El Padrino y Solo en casa te lo ponía como casos de éxito popular pero de naturaleza radicalmente diferente. Tampoco me voy a extender más sobre ese asunto.
    Tampoco entiendo esa distinción que haces entre pasatiempo y entretenimiento. Algunos hacen crucigramas para pasar el tiempo y consiguen entretenerse. Otros consideran que los crucigramas o las sopas de letras están chupados y no los consideran entretenidos y se pasan a los sudokus porque son más complicados y les entretienen más. Hay gente que va al cine a dormir y prefieren ver una película para dormirse antes que tomar un Valium. No soy de esos. Yo voy siempre al cine con la «expectativa» (perdoname la osadía) de entretenerme y de pasar un buen rato. Pero también espero que me aporten algo más. Porque las buenas películas, aunque NO SON la realidad, siempre aportan explícitamente o implícitamente claves intangibles que ayudan a entender la realidad o incluso a trascenderla. No se lo que piensas. Ahora bien, con esta de la que hablamos no me ocurrió.

    Saludos.

    1. La discusión es aburda de entrada, porque a nadie se le ocurre valorar la pintura, la escultura o la literatura (digo literatura, no libros), en particular la poesía, sobre la base del entretenimiento. Sin embargo, lo hacemos con el cine porque nos han impuesto unas coordenadas comerciales, esto es, consumistas, a las que yo no tengo ninguna intención de ajustarme. Entretenimiento (espectador activo) se opone a pasatiempo (espectador pasivo); y, desde luego, la perspectiva del pasatiempo (pasar el rato tragándome lo que me pongan, que es lo que hace el público mayoritario) como motivación para ver una película podrá ser propia del espectador casual (igual le da una película que una serie que mirar cómo da vueltas la lavadora), pero no es la mía. Ni las expectativas, porque si por ellas fuera, esta película de Tarantino ni la habría visto (veinte años de malas películas, un trailer pésimo, dos protagonistas que ni me gustan ni siquiera me caen bien…). Me niego a considerar el cine un objeto de consumo, y por tanto no acepto los términos en que planteas la discusión. El cine, como han dicho Tarkovski o Welles, tiene que ver, sobre todo, con la poesía y con la música. Reducirlas a mero entretenimiento es una tontería. Lo mismo que equiparar conocimiento (Tarkovski) con el «mero entretenimiento», o considerar la exploración de las posibilidades del medio audiovisual al mismo nivel que una estupidez de Mackaulay Culkin o como se llame. El cine no es una democracia, por más que en él, como en esta, intenten igualarnos a la baja.

      Lo que sí tengo claro es que dentro de veinte años, o cincuenta, quedarán muy pocas películas para recordar de este siglo XXI de entre las que reciben atención mediática y repercusión crítica. De los Óscar, ninguna, para empezar. Y una de las que quedará será la última de Tarantino. Porque después de la hojarasca, queda la esencia, y de esencia va más que sobrada… si se entiende. Dices que Tarantino podría haber hecho más con esos materiales, una película mejor… Pues es muy fácil, dinos qué intención superior podría caber en esos materiales y qué más podría haber hecho, y nosotros podremos valorar qué es mejor, si la película tal como está o la alternativa.

      Saludos

      1. Bueno. Parece que o no me explico o no quieres entenderme. Dices que la discusión, de entrada, es «absurda» No estoy tan seguro. Es igual. Me dices que te gusta «Stalker.» Y a lo mejor en ese aspecto resulta que no estás tan solo como te crees. Y como dices que el cine «no es una democracia» ,parece que estés diciendo que es un arte solo apto para mentalidades finas o para gente iniciada en la narrativa audiovisual. Me parece que todo es un poco más complicado que todo eso. Los que han hecho grande este arte del cine (estoy de acuerdo en que en algunos casos alcanza categoría de tal) no son precisamente aquellos que le daban la espalda completamente al público. Efectivamente tú puedes ser escultor o pintor y no mostrar tu obra a nadie. Puedes trabajar en una obra y no exponerla nunca. De hecho esa sería la concepción más honesta del arte, puesto que eso te daría más libertad y no te hipotecaría pensando en el público.. Pero el cine es un arte peculiar que desde su nacimiento ha ido ligado al público. Primero me metes en una discusión sobre el subjetivismo y el objetivismo. Y luego sobre lo que es entretenimiento o es arte. Eso me pasa a mi por meterme en charcos. Pareces negar la dimensión comercial del cine. Bueno. El cine nació, te guste o no con vocación comercial. Era un invento de los Lumiere sacacuartos. Te guste o no. Pero no estoy de acuerdo en que sea un arte solo para «paladares finos», y precisamente su grandeza reside en que, en los mejores casos, hace accesibles a las masas y a amplias capas de las clases populares memorables sensaciones estéticas y concentra a veces de manera asombrosamente sintética conceptos y sentimientos muy profundos en pocos gestos y en escasas palabras.

        Imagínemos por un momento que la entrada para ir al cine, no sé, en vez de 4 a 10 euros costara 400 euros,por película y los estrenos fueran selectivos por solo unos días en pantalla grande y después pasara a plataformas exclusivísimas de internet por las que hubiera que pagar 200 euros al mes (a lo mejor algún día Netflix hace realidad esta distopía). Y que con ese dinero solo se produjeran películas de los directores más grandes: Coppola, Scorsese, Woody Allen, David Lynch, Tarantino…… Hoy en día, eso podría pasar perfectamente. Pero tú u otro como tú o como yo con supuesto «paladar fino» ¿podríamos permitírnoslo? Yo diría que no (aunque a lo mejor tu eres heredero de los Rockefeller, no lo sé, pero desde luego yo no). ¿Y tú crees que si desde el principio el tinglado del cine se hubiera montado de manera elitista tanto la narrativa audiovisual como su evolución estética hubieran sido tan grandes? Yo creo que no. En buena medida porque el disfrute de una película también tiene que ver con saber cautivar al público, decirle algo nuevo, aportarle una visión diferente de la vida. Muchas obras maestras («2001», «El Padrino», «Alien», «Blade Runner» etc….) eran películas caras, muy caras. Todas ellas costaron decenas de millones de dólares. Decenas. ¿Tú crees que si hubieran tenido que ser producidas o financiadas por un mecenas particular o por un marchante de arte con dinero hubieran podido existir? Esas películas existen porque unos señores financieros del sector audiovisual creyeron en ellas como obras con potencial comercial además de artístico. ¿Tú crees que Tarkovski ,Paul Morrisey, Andre Delvaux, Chris Marker o autores de ese tipo no hubieran querido ser conocidos a escala mundial? Claro que sí. En cierta medida ya lo son. Ellos probablemente eran conscientes de que la radicalidad de sus propuestas les condenaba a ser marginales, pero seguro que les hubiera gustado contar con la complicidad de un buen número de espectadores que apoyaran su búsqueda de nuevas formas estéticas y narrativas para hacer más viables sus nuevas y cada vez más arriesgadas propuestas. A nadie le gusta ser un apestado. Y el que diga que lo es «y a mucha honra» está loco o miente de manera estúpida. Porque muchos de esos autores, a lo mejor, recibieron dinero de gente poderosa que había hecho fortuna en alguna otra área comercial de la vida (incluso dentro del propio cine). Es como criticar al editor de Paulo Coelho por editar sus libros. Ya sabemos que es literatura de masas, pero nadie te obliga a leerla. Por otro lado, a lo mejor resulta que el dinero generado por la obra de Coelho sirve para financiar y ayudar a ganarse la vida a otros autores menos conocidos y poco comerciales. Por eso tampoco hay que desdeñar sistemáticamente ni el cine ni la literatura comercial. Si no quieres saber nada de ella ni la veas ni la consumas. Ese paternalismo de despreciar esas áreas del negocio audiovisual o literario me parece muy perdonavidas o condescendiente. Cada uno que haga lo que le de la gana. No creo que eso embrutezca a las masas. Las masas lo que buscan por lo general es evasión no adoctrinamiento. Por lo general, el cine banal o demasiado comercial no se lo toma en serio nadie, ni siquiera el «espectador casual.» Los males sociales vienen por otro lado, no por ahí, creo yo.

        Eso del «espectador activo» o del «espectador pasivo» o «casual», esa distinción que haces no la veo nada clara. Presupones que hay gente que va al cine sin ánimo de implicarse, como quien va a fumarse un porro a un fumadero o a drogarse a una narcosala, como si lo único que le importara fuera el efecto narcótico. En el caso de la televisión eso, en algunos casos te lo podría comprar, pero en el cine es muy diferente. La gente se toma demasiadas molestias para ir al cine como para sentarse a ver «lo que le pongan» Ellos eligen según la oferta que hay. Igual que tú e igual que yo. Y tú puedes elegir una película no sé, de Koreeda o de Kim Ki Duk (digo por decir, tampoco hay que tomarlo al pie de la letra) y ellos la última de Adam Sandler o de Jud Apatow. Pero eso no implica que tú seas un espectador más activo que ellos. Está claro que tus gustos difieren mucho de los suyos. Ni siquiera que tú veas más alla que ellos, ni que estés mas capacitado para juzgar una buena o mala película que ellos. Yo creo que por ahí vas por mal camino. Eso de la aristocracia del gusto lo puedo comprender e incluso compartir hasta cierto punto, pero a lo mejor te podrías llevar mas de una sorpresa. A lo mejor resulta que coges a un espectador medio de una de Apatow y le amordazas para ver una de Tarkovski (sería probablemente la única manera de conseguir que la vea entera) y si al final le preguntas por las conclusiones que ha sacado del visionado puede que sean infinitamente más profundas y afiladas que las que pudieras sacar tú, yo, o cualquier crítico de «Cahiers de cinema» o de «Dirigido por.» Eso de la altivez y de desdeñar al espectador «no habitual» del cine es un error mayúsculo. El hábito o la rutina de ir siempre al cine no convierte forzosamente a un espectador en un espectador más cultivado o de gusto más atinado. Lo que hace más inteligente a un espectador es el sabio uso de sus neuronas independientemente de su asistencia asidua o no a salas. Ya decía Orson Welles que los apasionados al cine quizas estábamos un poco enfermos de ver tantas películas, pero que ese hecho también podía alimentar más nuestros prejuicios (no obstante yo siempre reincido y recaigo, como supongo que tú tambien……)

        Y bueno. No voy a redundar más en lo de la última película de Tarantino porque, obviamente, estoy limitado y no quiero hacer spoilers. Pero básicamente, al final es una tomadura de pelo. Es mi opinión «subjetiva», claro (como no podía ser de otra manera). Sï, pienso que la película podría haber sido mejor, la verdad. Y te voy a decir algo. Creo que hasta Tarantino podría estar de acuerdo conmigo. El conoce mejor que nadie sus limitaciones. Muchos también las conocemos (y tú también, porque tampoco te gustan todas) puesto que lleva casi treinta años haciendo cine. A mi juicio, el amigo Quentin , en el desenlace ha ido a lo fácil. A su terreno conocido. La cabra tira al monte. Dices que te gusta mucho la forma en la que trata a Sharon Tate en su visión lírica o poética (no se si lo decías exactamente asi, pero que te gustó el tratamiento que le daba, vamos). Y Margot Robbie, ciertamente está deslumbrantemente bella y magnética, pero habría que ver como era la verdadera Sharon Tate (ya sé qué dices que el cine no refleja la realidad, pero ¿entonces por qué no la llamó Jennifer Smith? ¿No será porque Tarantino a lo mejor SI que juega con nuestras expectativas y con las de la prensa para generar un reclamo publicitario y cubrirse las espaldas comercialmente aunque tú lo niegues?)Estoy de acuerdo en que el cine del siglo XXI está siendo muy flojo. Cada año va a peor. «Erase una vez en Hollywood» está por encima de la media del cine coétaneo, pero, una vez pasada la «hojarasca» (como tú dices) no creo que sea de las que perduren. Es mi opinion.

        No voy a seguir con este tema, porque podría ser una discusión eterna. Nuestro puntos de vista parece que difieren bastante. No obstante……

        Saludos.

      2. Tienen que diferir, obviamente, porque de lo que digo entiendes lo que te da la gana. Nadie ha hablado de paladares finos ni de elitismos, ni nadie ha criticado los gustos del público ni ha negado la naturaleza comercial del cine ni su origen como atracción de feria, por tanto pegado a la explotación popular, por más que en apenas unos pocos años eso cambiara decididamente al extremo opuesto.

        En cambio, eso de que el público siempre tiene razón, o peor, que la mayoría tiene razón, son majaderías, en el cine y en cualquier otro ámbito. Separar la evasión del adoctrinamiento también es un error que, desde luego, los productores nunca han cometido. ¿Crees que hay películas inocentes? Vaya ingenuidad… Hablamos de atrofia de décadas, en el cine que se hace y en el espectador que lo ve, y eso es innegable. Y eso se nota, por ejemplo, en esa «interpretación» bastante absurda, reduccionista y a todas luces ignorante de lo que contiene la película y de lo que implica el personaje de Margot Robbie (reducirlo a simple recurso comercial, taquillero o de aceptación en lugar de aceptar su carácter simbólico, metafórico, más que obvio). Me parece que el problema está en que, como muchos espectadores y no pocos críticos, no has entendido nada. Repito, el cine no está para contar la verdad. Si el desenlace de su Sharon Tate no coincide con el de la auténtica Sharon Tate puede deberse a múltiples circunstancias, y tú reparas y defiendes la más pedestre, en un ejercicio de ceguera voluntaria, en lugar del inequívoco sentido que se deduce de la sensibilidad con que es tratado en el guion. Pues muy bien, es tu opción, pobre, miope, triste y ciega, pero es tu opción. Es otro rasgo muy presente en el público de hoy, es lo que le llevan enseñando durante décadas, a no ver. Hay demasiada gente que cree que le gusta el cine y resulta que lo único que le gusta es ver películas. Parece que es lo mismo, pero no lo es.

        Saludos

  15. Bueno., Alfredo. Tu entras en la descalificacion personal, pero yo no lo voy a hacer. Podría hacerlo pero no lo voy a hacer. Dices que mi visión es miope, pedestre, etc… Dices que la objetividad no existe. Que el jarrón que tú ves no es el que yo veo. Y sin embargo pretendes que tu visión metafórica de ese personaje de la de Tarantino, como si fuera algo poético, lírico, etéreo, y pretendes venderlo como una obvia lectura Objetiva. Pero la forma en la que yo veo el jarrón y a Sharon es distinta. Y a lo mejor no soy el único. Dices que el cine no muestra la verdad. Pero da la casualidad de que Sharon Tate era una persona real. Y en su final no hubo nada de poético. Si para Tarantino no era importante la realidad por que ha llamado a su personaje Sharon Tate y no Jennifer Smith? No habrá sido para generar (falsas) expectativas y llenar portadas? No será que en el fondo se está riendo un poco de nuestras mentes «atrofia das» de espectadores asolados por la basura audiovisual del siglo XXI? Mira. Yo no separó el cine de evasión del doctrinario. El cine no es ingenuo. Crecí en la era del boom del merchandising de ET y de Star Wars. Ya lo se. Dices que tu actitud no es elitista. Permiteme que discrepe. Eso de decir que hay gente que ve cine y otra que ve películas te delata. A saber lo que quieres decir con eso. Será que como tú dices ando corto de entendederas. No sé. O a lo mejor es que veo mucho cine. O por el contrario, será que veo muchas películas. A saber.

    1. No es una mera lectura objetiva, es lo que ha dicho y ha escrito el autor del guion. De nada. Y es lo que se desprende de las imágenes, si se sabe mirar. El que no sabe, y me he topado con varios, habla de «escenas gratuitas», «que no aportan nada», o del personaje de Robbie en términos de «florero» o que «solo sale para bailar y decir diez frases contadas». Obviamente, achacan a la película unas carencias que en realidad son suyas como espectadores. Esto no es elitismo, sino la constatación de un hecho. Tú mismo eliges en qué lado te colocas. Yo no te critico ni te juzgo. La decisión es tuya. Allá tú.

  16. Alfredo. Me estas hablando en serio? Me estas diciendo que me posicione entre espectador «paquete» y espectador «lucido»? Como si esto fuera posicionarse entre Montescos y Capuletos, cules y merengues, rojos comunistas o azules de la Falange, que me decida entre Cristiano Ronaldo y Messi o entre Chaplin y Buster Keaton, o entre los Beatles y los Rolling Stones? Ja, ja, ja. No me hagas reír hombre. Pues nada. Habrá que decirte Amen, como en misa. (Sólo que, claro, los curas ahora no se atreven, pero antes hablaban desde un púlpito. Y tu?)

    Un abrazo.

  17. Bueno. En realidad por tus palabras dices entre líneas o no tanto que yo no he entendido nada. No depende de como me posicione yo sino de como me posicionas TU a la luz de lo que digo. Además en ningún momento digo yo que Robbie haga de «florero» ni nada parecido. Más bien digo lo contrario. Pero claro, será que tengo carencias como lector o como espectador y a lo mejor te he interpretado mal. Todo según tu es subjetivo, y a lo mejor estoy equivocad. Opeor. Creo que ya te voy pillando. O al menos lo intento, porque mi neurona está empezando a desfallecer de tanto discutir contigo sobre una película de estreno, cosa que no te gusta. Lo de hablar de estreno digo. Lo de discutir tampoco. O eso dices.

    1. En efecto, pero hay comentaristas muy insistentes que pretenden tener la última palabra en mi casa. En mi casa, la última palabra la tengo yo. Descuida, no iré yo a ningún blog o página tuyo a decirte cómo o cuándo tienen que terminar las conversaciones, ni iré tampoco a pretender darte lecciones de nada. Y en mi casa tú tampoco vas a hacerlo. ¿Estamos?

      Yo no te digo que te posiciones en nada; digo que tú, con tu interpretación de lo que ves y, sobre todo, de lo que no ves, eliges posicionarte. Es tu problema, no mío. Y además, en tanto que problema ajeno, me importa un carajo. Si las cosas van como van, se filma lo que se filma y se estrena lo que se estrena es, precisamente, por eso.

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