Mucho más que un thriller: ‘Klute’, de Alan J. Pakula

klute.jpg

En los años setenta los Estados Unidos vivían inmersos en otra época de temores conspiranoicos parecida a la primera etapa del gobierno actual, a la búsqueda del enemigo global y de los quintacolumnistas que desde el propio interior del país trataban de socavar la «democracia» y la «libertad» americanas, hundir su modo de vida, y todo ello a raíz de dos fenómenos iniciados en la década pasada: el asesinato de John F. Kennedy y la intervención norteamericana en la guerra de Vietnam con toda la revuelta popular que surgió en su contra tras los primeros fracasos bélicos y que las autoridades y el gobierno achacaban a la infiltración de elementos de la izquierda facciosa en la política, la enseñanza y la cultura del país, y que culminaría con el caso Watergate. Alan J. Pakula, gran cineasta muy consciente de la utilidad del cine para la denuncia de situaciones políticas y sobre todo para reflejar cómo esas situaciones afectan a la sociedad y a la vida individual de las personas, construyó uno de los primeros thrillers en los que ese ambiente de crispación y de temores inconscientes, si bien no constituyen la trama principal, sí colaboran en la creación de un marco de acción muy concreto en este clásico del cine negro.

Con la idea de fondo de que vivimos en una sociedad en permanente estado de vigilancia, Pakula crea en 1971 una película nada convencional que, sin embargo, dará pie a muchos tópicos muy sobados en el cine posterior y que poco tienen que ver con el espíritu de esta cinta. En ese estado paranoico de vigilancia constante que se apunta ya desde el inicio con esa charla privada grabada en un magnetófono (y que dará comienzo a toda una serie de películas con la privacidad, el secreto de Estado y las catacumbas del poder como principales atractivos, y cuya culminación serán las magníficas La conversación, de Coppola, Los tres días del cóndor, de Sydney Pollack, o Todos los hombres del presidente, del propio Pakula, entre 1974 y 1976), el director nos presenta una película que, en clima de thriller, sin embargo es más bien una película de personajes y que tiene como tema central la fragilidad de la voluntad humana en el océano de asfalto y vidrio de la ciudad decadente y claustrofóbica.

En ese permanente estado de desconcierto de la película, en la que todos los personajes y las situaciones se empeñan en parecer lo que no son, Pakula juega desde el principio con esa sensación de inseguridad, titulando la película con el nombre del personaje masculino (John Klute, interpretado por Donald Sutherland), a pesar de que el hilo central del argumento es el personaje de Bree Daniels (Jane Fonda), una joven prostituta de complejo mundo interior, muy alejada de la visión tópica de la fulana de buen corazón o de la mujer despechada que odia a los hombres por condenarla a esa profesión. Por el contrario, Bree lucha constantemente por abrirse camino como actriz o modelo, se deja la piel acudiendo a pruebas y castings, pero una vez más la crueldad de la ciudad indiferente a los dramas personales la obliga a sobrevivir vendiendo su cuerpo, en lo que para ella no constituye una salida fácil para ganarse la vida, sino la interpretación de un personaje más, un papel impostado que poco o nada tiene que ver con la verdadera Bree, en una representación constante que le ayuda a crearse una propia armadura de protección frente a los reveses de la vida. En esa vida irrumpe un detective de un pueblo de Pennsylvania, Klute, que se sumerge en la ponzoña del vicio en Nueva York en busca de un amigo desaparecido, cuyas cartas a una joven desconocida en las que deja ver una versión de su personalidad oculta para su mujer y sus amigos, ponen al sabueso tras la pista de Bree. Klute es un contrapunto perfecto a la personalidad de Bree. Ella vive, si bien como personaje, como fachada, en el mundo del vicio, de la corrupción; él, por el contrario, es, en apariencia, insobornable, insensible a todos esos placeres y tentaciones que ofrece el submundo de la ciudad. Ambos sienten una fascinación por el carácter y el universo propios del otro: él admira cómo ella se desenvuelve entre tanta podredumbre; ella se siente fascinada por la imagen de moral recta y la sensatez práctica del detective, siempre sabiendo qué hacer en el momento justo, de tal manera que cada uno de ellos supone la puerta al mundo en el que vive el otro: ella ve una forma de redención y de recuperación de una vida plena y normal, mientras que él aprovecha la vida de ella para sumergirse en un mundo de corrupción al que difícilmente hubiera podido acceder por sí mismo en busca de su amigo desaparecido, y que termina afectándole en su personal forma de comportamiento, en la línea del cateto atraído a las tentaciones de la maldad humana y que lucha por redimir a una oveja descarriada, a pesar de que su amor sea imposible (como en el clásico Hardcore, dirigido por Paul Schrader en 1979).

Espejismo constante, se trata de un thriller-no thriller, puesto que muy pronto sabemos qué ha pasado y quién es responsable de lo sucedido. El verdadero misterio, por tanto, no radica en el hecho de la desaparición, la búsqueda y el hallazgo de las respuestas a todas esas preguntas, cuestiones que, aunque no aclaradas, sí resultan fácilmente deducibles para el espectador una vez transcurridos unos pocos minutos de metraje, sino en la relación entre Klute y Bree, la dinámica entre dos personajes que interaccionan entre sí, que se traspasan uno a otro sus formas de contemplar la vida, que beben y se trasvasan entre sí sus visiones del mundo. Jane Fonda tuvo en Bree el mejor papel en su carrera como actriz, la prostituta que se ha construido todo un personaje de una dureza colosal para proteger su sensiblidad de los palos de la vida, y da una riqueza de matices interpretativos al personaje sólo comparable al grado de contradicciones con que sus miradas, su rostro y sus gestos enriquecen su actuación y su relación con Sutherland, correcto y sobrio como siempre, como el hombre que, con la honradez y la rectitud como norma logran abrir una cuña en ese paraguas de autoprotección de Bree, haciéndola dudar y obligándola, por vez primera en su vida, a confiar en un hombre, ambos bajo la sabia batuta del maestro Pakula, fallecido prematuramente en un accidente de coche en 1998, que da a la película una muy apropiada atmósfera de voyeurismo, subrayada por el uso inteligente de una música muy sugerente y de una fotografía intimista, que bucea en la oscuridad y en las sombras, plasmación tanto de ese mundo de espías ocultos, de vigilancia permanente, de secretos a ocultar, como del ambiente erótico propio de los círculos por los que Bree se mueve, en un estilo que perfeccionaría a lo largo de toda su carrera, sin duda plagada de films apasionantes, absorbentes, sin parangón en los últimos tiempos, y cuya cima será la magnífica Todos los hombres del presidente.

29 comentarios sobre “Mucho más que un thriller: ‘Klute’, de Alan J. Pakula

  1. BINGO!!! La he vuelto a ver hace poco. Jolín, qué peli más bella.
    Hay escenas que me dejaron «tocada». La relación que se establece entre ellos es de lo más sugerente y elegante que recuerdo. Cuando ella está con el «mono», cuando van al mercado, cuando se acuestan, cuando se miran. Bueno, es que me encanta. Ella está increíble, perfecta, magnética y él impecable, tierno, vulnerable.
    Y lo mejor es que a pesar del color algo chungo la peli no ha envejecido. Recuerdo que cuando mi padre la vio me dijo» Mira, Marta esto es buen cine». Siempre lo recuerdo. Me encanta.

    Besos Kluterianos

  2. Yo la he visto varias veces y siempre a gusto. Será que me caen bien tanto los protagonistas como el dire. Cinematográficamente no tengo nada que objetar. Políticamente me molesta cualquier mínima «idealización» de la prostitución. Pero podré superarlo. Besos.

  3. otra película que apunto a la lista… Ah, tengo una duda cinéfila, si me puedes ayudar. Es una curiosidad, si no recuerdo mal en una peli de Berlanga hay un par de pasajeros de un tren a los que una mujer, creo, les pregunta que cual es su mal, creo que van a Lourdes, y contestan que lo suyo no tiene cura, que son cinéfilos. Pero no recuerdo en qué película, ¡qué memoria! Bueno, si me puedes ayudar, gracias, y de todas formas, una vez más felicidades por los artículos, siempre interesantes y con lúcidos análisis sociológicos que aportan una visión más profunda de las películas y del momento en que fueron realizadas. Saludos

  4. Entrenómadas, un tipo muy listo tu padre. Fíjate en los topicazos que han derivado luego de una trama como ésta; fíjate en «Pretty woman»…
    Besos

    Noe, cuestión de percepción, pero no la veo aquí idealizada. Hay una elocuente escena en la que Bree acude a «prestar un servicio» y se denotan sus cambios de expresión facial en función de cuando él está delante o no. En ella se ve frustración, sufrimiento, sacrificio, preguntas, dolor… Pero bueno, está superado, seguro.
    Besos

    Samuel, yo creo que es «Nacional III», pero hace tanto que no la veo que hablo de oídas. Gracias a ti.
    Un abrazo.

  5. Pakula, por aquí: sabes a mi lo que no me vino bien fue el ver a Donald de Casanova en la película de Fellini: es que ya no puedo pensar en él de otra forma; magistral, magistral, magistral. Entonces cada vez que lo veo no lo disfruto NUEVAMENTE. Esto es como cuando un artist saca un nuevo trabajo, y tiene un tema deslumbrante: no puedes dsfrutar los otros por solo escuchar hasta el cansancio ese. Me pasa con Donald: es que Fellini es de los direc. que más quiero; otros me gustan, a FEllini lo adoro….

    Ya vi Smoke, sí señor, me la repito hoy o mañana: gracias, eh!!…. Para finalizar, me volvi a perder El Odio.. es que he estado durmiendo muy mal, y la ponen y me quede dormido… mierda!!!

    abrazos,

  6. Te entiendo, Malvisto. Sutherland siempre ha sido uno de mis favoritos. Aparecerá muchas más veces por aquí, seguro.
    «El odio» también asomará por aquí, no tardando. A ver si te da tiempo, o insomnio, de verla antes…
    Abrazos

  7. no he vuelto a ver «Klute» por temor a que se me caiga al suelo otro jarrón de la colección de intocables…la recuerdo como una película magnífica, con actuaciones memorables (fonda frente al grabador llorando es realmente impactante) No se deja arrastrar por los tópicos, es descarnada y apunta a ser veraz hasta sus últimas consecuencias, sin personajes maniqueos ni soluciones fáciles. sutherland es uno de los grandes de verdad, un actor de primera línea siempre disfrazado de secundario (en «Novecento», junto a laura betti, componían una pareja de canallas enervantes)
    Nombras al pasar «Los tres días del condor»: siempre la pongo como ejemplo de las manipulaciones políticas, de las guerras ocultas que no llegan al gran público.

  8. Cacho de Pan, yo he hecho la prueba hace unos meses, y resiste bien el paso del tiempo. Resulta extrañamente actual. También asomará por aquí la peli de Pollack, aunque nunca me ha parecido un director ‘redondo.

    Lucía, yo creo que Sutherland tiene más papeles «amables» que de malo. Creo que la clave es la edad: ha empezado a hacer de «bueno» cuando se ha hecho mayor y le han salido canas. De su época de más jovenzano, recuerdo el padre atormentado de «Gente corriente», pero por aquel entonces hacía más de malo, o de tipo, cuando menos, ambiguo, es verdad.
    Besos

  9. me asombra que hables de thriller, siempre la pensé como un drama sin más, pero creo que tienes razón, que en realidad también lo era…no he vuelto a ver «Klute» por temor a que se me caiga al suelo otro jarrón de la colección de intocables…la recuerdo como una película magnífica, con actuaciones memorables (fonda frente al grabador llorando es realmente impactante) No se deja arrastrar por los tópicos, es descarnada y apunta a ser veraz hasta sus últimas consecuencias, sin personajes maniqueos ni soluciones fáciles. sutherland es uno de los grandes de verdad, un actor de primera línea siempre disfrazado de secundario (en «Novecento», junto a laura betti, componían una pareja de canallas enervantes)
    Nombras al pasar «Los tres días del condor»: siempre la pongo como ejemplo de las manipulaciones políticas, de las guerras ocultas que no llegan al gran público.

  10. Cacho de Pan, en realidad creo que es un falso thriller: no va de crímenes y asesinos. Esta vez, la historia de amor no es un complemento de guión de la historia criminal, sino justamente al revés.

  11. Más que Donal su hijo Kiefer hace de malo: de hecho me GUSTa que haga de malo. A Donald se le ve hasta de idiota: recuerdo a Los Doce del Patíbulo: qué cambio prodigioso… ojos saltones, labios pegajosos, sonrisa, etc. Qué Actor!!

  12. Lo que pasa, Malvisto, es que Kiefer no le llega a su padre ni a los zapatos. Efectivamente, Donald hacía de tipo bastante limitado en ésa. Pero también hizo de científico competente en «La invasión de los ultracuerpos», el remake de «La invasión de los ladrones de cuerpos» de Don Siegel…

  13. Alan J.Pakula nos ha dado buenos filmes.Me gustó Todos los hombres del presidente,Comenzar de nuevo.El ángel caído,Presunto inocente,entre otros.Es un director irregulas,como John Frankenheimer,pero en la mayoría de los casos con excelentes resultados.
    Klute es una película que hace tiempo que la ví, pero la recuerdo muy bien.Me gustó mucho;las interpretaciones,su tono y su estética aparentemente sencilla.
    Por cieto,mi querido amigo¿te gustó El informe pelícano?
    Un abrazo.

  14. Francisco, de «El informe pelícano» me gustó Denzel Washington y algunos momentos concretos de intriga. La película tiene un problema: John Grisham. Las historias de abogados y juicios de este hombre me resultan insoportables. Ésta al menos tiene intriga política, pero es un híbrido de «Todos los hombres del presidente» y «Los tres días del cóndor», nada nuevo. Especialmente repelentes son esos personajes, abogados, estudiantes, etc., tan brillantes, tan listos, esos «legal eagles» como el que interpreta Julia Roberts; para quienes hemos estudiado Derecho las discusiones legales del profesor con sus alumnos y los «brillantes» comentarios de la Roberts son de un ridículo espantoso… Si así son los profesionales en América no me extraña que frían inocentes en la silla eléctrica… Pero en general, en lo que a suspense e intriga se refiere, es bastante resultona. Entretiene.

  15. Hola, alguien sabe como conseguir esa peícula en dvd. he buscado en todas partes y me han dicho que no ha sido distribuida en España.
    Gracias y un saludo a todos

  16. Anónimo, ciertamente no ha sido editada aún en España, aunque creo que no falta mucho para que podamos verla en DVD. Si te urge, en tiendas virtuales de Internet tipo Amazon y demás tienes ediciones en DVD en versión original que incluyen subtítulos en inglés.
    Gracias a ti.

  17. Hola 39escalones, ya he encontrado la peli de klute y como yo la quería en ingles y subtitulada al español.La he encontrado en Amazon, pero claro me pone q el precio es de 14,99 dolares y yo soy de España y no tengo ni idea de como comprarla. Además sé poco ingles y me cuesta entender la página Tú has comprado alguna peli por aquí?. me podrías explicar a groosso modo como llevaste acabo la transacción.
    un saludo y gracias de nuevo

  18. Pues nada Elena, simplemente tienes que seguir las instrucciones que te marca la página, adquirir la película, incluirla en tu cesta, y si te fías, introducir tu nº de tarjeta de crédito. Vamos, como una tienda normal.
    Gracias a ti.

  19. Gerardo Almodóvar. – Me pareció un filme muy obscuro, lento y con un final más que previsible. Hoy es una cinta de culto, si acaso y nada más.

  20. Bueno, Gerardo. Quizá es porque en la película el thriller, la intriga, no son lo más importante. O quizá es que el cine hoy es más rápido y «luminoso» que hace treinta años, aunque todavía más previsible. De todos modos, ser una cinta de culto, no es poco.

  21. Erotismo, falso thriller en un ambiente mayoritariamente nocturno, unas notas musicales que se deslizan con suavidad y dos personajes sumidos en un mundo agobiante, corrupto y extraño. Nada, probablemente, más idóneo que un ambiente irrespirable para hacer que dos personas, en principio, tan contrapuestas terminen por entenderse y… quizá, algo más…

    El buen hacer interpretativo de una sensual Jane Fonda, que brinda, casi con toda seguridad, la mejor interpretación de su carrera, y un apocado y tierno Donald Sutherland ofrecen momentos mágicos, de desgarro emocional y una necesidad mutua por salir de ese ambiente opresivo.

    Un cuartucho de mala muerte no es sinónimo de glamour y, ni mucho menos, supone un jardín de las delicias, pero qué importa; la atracción, el sentimiento, la necesidad de cariño, una mirada, un roce… Todo ello contribuye a hacer de esta película no sólo una excelente descripción de personalidades y caracteres, sino a asistir a la atracción entre un hombre, tímido y temeroso – casi recién salido al mundo y a la realidad de la vida -, y una mujer ajada en su interior, hecha toda carnalidad pero maltratada por las circunstancias y que busca desesperadamente salir del entorno que la constriñe.

    Estupenda película y magníficos personajes, pertenecientes a una época en la que el cine era y estaba hecho por y para adultos. Tu texto, como siempre, espléndido, que invita a bucear en la reflexión y la emoción.

    Un beso.

    1. Además, capta muy bien el espíritu y la atmósfera, algo paranoicos, de la época. Una sociedad enrarecida en plena resaca «revolucionaria», una constatación del fracaso de la utopía, del roce de lo que no pudo ser. Me parece una película fantástica, que aúna de manera más que efectiva lo íntimo con lo general, como pocas veces.

      Besos

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.