Mis escenas favoritas – Desmontando a Harry

Desmontando a Harry (Deconstructing Harry, Woody Allen, 1997), nos ofrece de manera muy ejemplarizante y didáctica un curso acelerado de algo parecido a la terapia de choque…

20 comentarios sobre “Mis escenas favoritas – Desmontando a Harry

  1. Fue el último filme divertido,pero realmente divertido del viejo Woody.Un chorro de ingenio inagotable de estructura complicadísima pero no nos importa una mierda.Es Woody a trapo.Esta película tiene algo especial.Recuerdas una escena inolvidable pero cuando hablas de ellas y según cómo te encuentres sales a por otra.La escena del ascensor,la del infierno,la de la psiquiatra con su paciente,que por cierto,la actriz Kirstie Alley está magnífica.En fin.Luego el viejo Woody nos regaló Si la cosa funciona,pero era un viejo guión de los setenta.Lástima que Woody no sea ya tan divertido.Pero he amado y amo tanto a Woody que siempre iré a ver sus películas.Ahora toca Roma.

    Abrazos

  2. Pues fíjate que fue prácticamente lo último -y lo único- que hizo Kirstie Alley en el cine, películas infantiloides con Travolta aparte. Y me parece una actriz estupenda, al menos aquí lo está.
    Yo también soy fiel siempre al viejo Woody, incluso cuando me cabrean cosas como «VCB».
    Abrazos

    Ese es quizá el calificativo, Raúl, además de gracioso, cuando se lía la manta a la cabeza y lo acompaña esa lucidez intelectual que le permite reírse de todo, es de lo mejor.

  3. La ví en su momento, compa Alfredo, cuando se estrenó en sala oscura, pero la verdad es que, no habiéndola vuelto a ver desde entonces, no tengo recuerdo alguno de ella. O sea, que se impone la revisión, y mejor pronto que tarde…

    Un fuerte abrazo y seguimos trasteando.

    P.S. ah, y me sumo a tu reivindicación de Kirstie Alley; que una mujer con esa vis cómica tan impresionante no haya hecho más cine, no hace más que demostrar cuán falticos de talento andan en según qué sitios…

  4. Pues ya que lo mencionas, compa Manuel, te digo lo que yo pienso sobre por qué esta mujer no ha hecho más cine: por gorda. Porque siempre ha tenido propensión a engordar, pero es verdad que desde su paso efímero por la fama -«Cheers» y las películas y series inmediatamente posteriores- y al ir cumpliendo años -la maldición de Hollywood para las actrices- fue aumentando de envergadura, lo cual la limitó doblemente para determinados contratos (pero si hasta tuvo que aceptar papeles en comedias de Tim Allen, por favor…). Y es una vergüenza, porque su calidad interpretativa es, obviamente, superior a la de la mayoría de floreros, por no decir todos, que nos han rodeado en los últimos quince años, y sin embargo no se ha comido un rosco. Y repito, es una vergüenza, porque hay millones de papeles que mujeres maduras y no especialmente encuadrables en el canon de belleza dominante podrían interpretar, pero que en el cine americano comercial están vetados porque no venden en las taquillas. Y eso ha supuesto hundir o demoler la carrera de un montón -pero un montón- de actrices, que si no encuentran sitio en la tele o en Broadway, desaparecen del mapa.
    Abrazos varios

  5. Ya es que ni siquiera Allen escribe guiones como ése.

    Descubrí a Kristie Alley en Cheers y luego la ví en algunos bodrios; hago mías tus palabras respecto a ella.

    Un abrazo.

  6. Allen, pues eso. No quiere renunciar a ir a película por año, pero bien le vendría un pequeño parón. Más que nada para oxigenar, quitarse tics y asentar un poquito lo que quiere hacer de verdad. Pero no puede. Ahí está su problema, creo. No puede parar, porque teme no poder volver. Y le sale lo que le sale; a veces bueno, a veces muy muy bueno, y a veces «VCB» y similares…
    Un abrazo

    Cierto, Jaime, ahí, en el infierno, donde se merece, el inventor del metacrilato, por ejemplo…

  7. No está mal eso de montarse, remontarse, desmontarse… O, directamente, montar… Bueno, que sí, que «qué bueno que viniste…».
    Abrazos

    Te cuento en privado, Raúl…

    Pues sí, Roberto. Nunca hubiera dicho que el diablo se parecía a Billy Crystal… Es para apuntarse al infierno si te promete presentar los Oscar.

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