Secretos de familia: En la ciudad sin límites

Maximiliano Martín (grande, inmenso Fernando Fernán-Gómez) es un hombre ya muy mayor que, viendo acercarse el momento de la muerte, ha decidido volver con su esposa Marie (Geraldine Chaplin) a París, la ciudad en que se conocieron y en la que nació su amor muchas décadas atrás. Cuando es ingresado en una clínica a causa de las graves dolencias que padece, el resto de su familia viaja a la capital francesa para estar con él a pesar de que precisamente en esos días se hallan en duras negociaciones para poner a la venta el negocio familiar, nada menos que una empresa farmacéutica muy cotizada por inversores extranjeros. Luis (Roberto Álvarez) y su ex esposa Pilar (una excepcional Adriana Ozores), Alberto (Álex Casanovas) y su mujer Carmen (Ana Fernández), llegan a París desde Madrid para, a la vez que mantienen contactos con algunas empresas del ramo farmacéutico, esperar la llegada del otro miembro de la familia, Víctor (Leonardo Sbaraglia), acompañado de su novia Eileen (Leticia Brédice), que viaja desde Buenos Aires. Así pues, el clan se reúne en torno a la figura del patriarca que yace postrado en una cama de hospital y que, a decir de los médicos, extremo confirmado por su esposa e hijos, ha empezado a perder la cabeza, a pronunciar frases sin sentido y palabras inconexas, y a comportarse de manera extraña y alarmante, sobre todo cuando es descubierto una noche de tormenta en la azotea del hospital, lugar al que ha llegado intentando escapar.

Antonio Hernández, director español de filmografía tan variopinta como desigual en cuanto a calidad (suyas son tanto las estimables Oculto o Lisboa como las fallidas Los Borgia o El menor de los males y el bodrio El gran marciano) aborda en En la ciudad sin límites (2002) un inquietante retrato de familia que oscila entre el drama y el thriller a partir de un hecho del pasado que condiciona un momento trascendental del presente: Víctor, el, entendemos, hijo favorito de Max, aquel con el que siempre simpatizó más pero único de ellos que no quiso dedicarse profesionalmente al negocio familiar y que buscó su camino en la astrofísica y en un país extranjero, personificación de la fábula del hijo pródigo, empieza a sospechar que bajo el aparentemente senil comportamiento de Max se esconde un hecho muy significativo para él, una historia de su pasado a la que le conducen los remordimientos, quizá la culpa. Una vez más será Víctor quien, con el desconcierto del resto de sus hermanos, que no saben (ni quizá les importe fuera de lo que pueda afectar al negocio) dónde les puede llevar la aparente demencia de su padre, y bajo la atenta mirada de una madre recelosa, cauta y controladora (de inevitables referencias hitchcockianas), no dispuesta a que hechos pasados malogren el bienestar presente, logre conectar mejor con su padre y se lance a una imprevisible aventura en la que poco a poco vaya teniendo noticia de antiguos hechos acaecidos en la estancia de su padre en París y que tienen que ver con su exilio tras la Guerra Civil, su condición de miembro del Partido Comunista, y la identidad de un enigmático hombre que se esconde tras un nombre, quizá inventado, que su padre invoca como a una presencia del más allá: Rancel. Continuar leyendo «Secretos de familia: En la ciudad sin límites»

Música para una banda sonora vital – Ángel Illarramendi

El guipuzcoano Ángel Illarramendi es, además de compositor de música para películas, autor de nada menos que siete sinfonías. Entre sus partituras para el cine destacan títulos como Tasio, El hijo de la novia, Luna de Avellaneda o Teresa, el cuerpo de Cristo y la colaboración con directores como Montxo Armendáriz, Gracia Querejeta, Pedro Olea, Manuel Gutiérrez Aragón o Antonio Hernández.

En Teresa, el cuerpo de Cristo, dirigida en 2007 por Ray Loriga, la música de Illarramendi contribuye, y no poco, a la belleza del resultado final. Lo mismo ocurre con la partitura compuesta para El celo, rareza entre rarezas del cine español dirigida por Antonio Aloy (única película de este director, si un servidor no se equivoca) en 2000 y que, con Harvey Keitel y Lauren Bacall incluidos en su reparto, adapta la novela de Henry James Otra vuelta de tuerca.