Mis escenas favoritas – Primera plana

The front page es una divertida y lúcida obra de teatro centrada en el mundo de la prensa y, en particular, en la denuncia de ciertos de sus vicios, como el amarillismo, el sensacionalismo y la manipulación interesada del lector, un fenómeno propio de cuando la prensa escrita era el principal vehículo de información para el público y extrapolable sin mucha dificultad al papel preponderante que la televisión desempeña en nuestras vidas.

Escrita por Charles MacArthur y el gran guionista Ben Hecht, que volcó en el texto buena parte de su propia experiencia profesional y vital, ha sido llevada al cine en múltiples ocasiones, siendo las más recordadas la de Lewis Milestone, Un gran reportaje, de 1931, Luna nueva, de Howard Hawks, de 1940, con el acierto de convertir el personaje de Hildy Johnson en mujer, interpretada por Rosalind Russell para acentuar su antagonismo con Walter Burns, un fenomenal Cary Grant, director de su periódico al tiempo que ex marido suyo, y, finalmente, la tardía versión de Billy Wilder, de 1974, con Walter Matthau y Jack Lemmon en los papeles principales (y que homenajea al propio Hecht en este diálogo). Una joya de la comedia, no del todo satisfactoria para Wilder, pero mordaz, irónica y contenedora de una crítica y una denuncia plenamente vigentes y aplicables a los medios de comunicación (prensa, televisión, radio o internet) que utilizan la información como trinchera partidista o como simple vehículo de atracción de la masa irreflexiva que renuncia a su condición de ciudadana y se limita a obrar como consumidora.

Para Hildy Johnson.

21 comentarios sobre “Mis escenas favoritas – Primera plana

  1. nunca entendí demasiado bien el apasionamiento por este film, aunque reconozco su agudeza y el brillo de los diálogos…Trabajé en diarios, ¿será por eso? Rosalind Russell, maravilla.
    Te mando un abrazo, señor Alfredo.

  2. Imagino, mi querido Dante, que la repercusión de la obra y de sus versiones cinematográficas tiene que ver precisamente con eso, con que muestra las vergüenzas de la prensa desde un punto de vista cómico, afable, socarrón. Sin embargo, tienes razón, aunque a mí me divierten mucho, yo prefiero las películas que lo muestran en bruto, como «El gran carnaval» o «Chantaje en Broadway»; pero, por eso mismo, creo que la prensa durante décadas a exaltado esta obra: porque en tono de broma siempre se puede relativizar el contenido, y no desean ser retratados como lo que algunos, a menudo, son.
    Abrazos.

  3. «Parresia», se llama la figura retótica que consiste en aparentar insultar, cuando en realidad lo que se pretende en quien lo recibe, es el halago.
    Eso es lo que creo que ocurre con esta historia, en clave de comedia, y lo que explicaría el hecho de que siempre haya resultado tan bien acogida por la crítica. Al fin y al cabo, como le respondes al anterior comentarista, la «broma» es el mejor lubricante del mundo.
    En cualquier caso, la película es divertidísima. No sé yo si en calidad llegaría a la de Hawks -mi preferida, por muchos motivos- pero no le debe ir muy a la zaga.

  4. Gracias, mi querido Alfredo.

    El tono del diálogo es broma pero a la vez brutal. La sonrisa asoma cuando un tipo, el director del periódico, sin escrúpulos le está diciendo a su redactor que al día siguiente tendrán una Primera Plana de impresión y de gran tirada porque pondrán la foto de un ejecutado (aunque tengan que emplear métodos poco ortodoxos para conseguirla… es la noticia) y en el texto además pondrán sus últimas palabras, llamativas, incluso que sean inventadas. Es como si la persona colgada, el sujeto de la noticia, careciera de alma y sentimientos, fuera tan sólo una marioneta. Por eso se pueden referir al sujeto sin sentimiento alguno, pensando sólo en la noticia. Y Hildy el protagonista no se escandaliza por las palabras del gran jefe, ni le critica, lo único que dice es que deja la profesión para casarse, que deja ese mundo. La reflexión, tras la risa, es brutal e impactante. Por eso funciona.

    Después descubriremos que el ejecutado tiene un corazón, unas emociones y unos motivos… Pero tras la fuerza de la manipulación, el cuarto poder de la escritura o de la imagen, la adicción de ir tras la noticia y la adicción de que ésta suponga una subida de audiencia aunque se salten todo tipo de comportamientos, también muy presente claro está en Luna Nueva, asoma la verdad, la realidad compleja, que estalla en la cara del reportero y del periódico y finalmente tienen que contarla tal cuál es sin caretaa alguna…, y esa verdad es aún más escalofriante.

    ¿Sabes? Cuando vi la noticia de los mineros chilenos, me vino enseguida a la cabeza El gran carnaval.

    Besos
    Hildy

  5. De las versiones a que haces alusión, compa Alfredo, sólo conozco la de Hawks, que me parece chispeante, genial (y eso que a mí la screwball comedy, en general, no me termina de hacer mucho tilín). La versión de Wilder no la conozco, y tengo muchas ganas de verla (anda suelto por casa un DVD que compré hace no mucho tiempo de una edición de quiosco). Quizá tu reseña me sirva de empujoncito al respecto…

    Un fuerte abrazo y buen día.

  6. Me encanta la odd couple , pero no vi la versión de Primera plana.
    Sí vi His girl Friday con Rosalind Russell , que me gustó por su antagonismo con Cary Grant.
    Debo ver la de Billy Wilder .
    Saludos.

  7. ¡Qué grandes Walter Matthau y Jack Lwmmon juntos!. No he visto esta versión de Wilder pero sí «Luna nueva» y me gustó mucho. De hecho están poniendo ahora mismo «Luna nueva» adivina en qué canal. Supongo que aquí la parte cómica estará más acentuada que en «Luna nueva». Un abrazo.

  8. A mí me encantan las dos; en cambio, a Wilder su versión no le gustaba demasiado. Por cierto, por ahí anda Susan Sarandon como novia de Lemmon; a mí me encantó descubrirla, y es un punto a favor.

    De lo más actual, Hildy, quizá por eso esta historia funciona siempre tan bien: porque es imperecedera.
    Besos, y gracias a ti.

    A verla, querido Manuel, a verla, que vale mucho más la pena que cualquier cosa con la que solemos perder el tiempo por ahí. Dos horas de puro cine mordaz, socarrón, con un montón de diálogos chispeantes y una agudeza que se te escapa entre los dedos a poco desatento que estés. Eso sí, no sé si en esta película Walter Matthau se parece cada vez más a Pedro J., o éste se parece cada vez más a Walter Burns…
    Abrazos

    El texto es muy similar; la de Hawks tiene el alicente, estupendo hallazgo por cierto, de convertirlos en ex pareja, lo cual propicia todavía más situaciones cómicas y muchas más lecturas.
    Saludos.

    La diversión y la mala uva suelen ir de la mano, sí. Y cuánto nos gusta…

    Joer, ya sé, Marcos, me lo imagino. No se les puede negar buen gusto cinematográfico… a veces. En fin, será para poner alguna vez algo que merezca la pena, porque los programas…
    Un abrazo.

  9. Buenísima la combinación de Matthau y Lemmon. Me gustó mucho esta película, aunque prefiero la de Rosalind Russel y Cary Grant.
    Por cierto, hubo después otra versión muy sui géneris de este tema (y bastante inferior en calidad a las precedentes) con Kathleen Turner, Christopher Reeves y Burt Reynolds. Los dos primeros… bueno, vale, pero Burt Reynolds chirriaba mucho. No puedo con ese hombre.
    Besos

  10. De las cuatro versiones que recuerdo, en el ambiente de la prensa escrita favorezco ‘Luna Nueva’ (Hawks, 1940) y ‘Un Gran Reportaje’ (L. Milestone, 1931) y con ‘Interferencias’ (Ted Kotcheff, dir., (Kathleen Turner; Burt Reynolds y Christopher Reeve, 1988), algo distante, ambientada en el medio de la televisión.

    El cinismo de ‘Primera Plana’ (1974) no debería sorprendernos. El admirado Billy Wilder hizo carrera de poner al desnudo las hipocresías e imperfecciones de la sociedad norteamericana: ‘El Crepúsculo de los Dioses’ (‘Sunset Boulevard’); ‘El Gran Carnaval;’ ‘El Apartamento’ y ‘Uno Dos Tres.’ Sin embargo, los directores Hawks y Milestone, respectivamente, plantearon el antagonismo entre los protagonistas con malicia pero sin amargura y la propuesta de su crítica sobre la prensa del original de Hecht y MacArthur fue diferente a lo que Wilder pareciera haber inducido en Matthau y Lemon al representar sus desagradables personajes en ‘Primera Plana.’

    Respetuosamente, prefiero al Wilder de ‘En Bandeja de Plata,’ (con Lemon y Matthau, 1966) que propone la estafa a una compañía de seguros – ecos de ‘Perdición’ 1944 -, no mucho diferente en su propósito de denuncia – pero más digerible y amena.

  11. De las mejores de Wilder (y más para los que hicimos periodismo). De todos modos, es fácil acertar porque TODO Wilder era genial. Y con Lemmon y Mathau la cosa está clara. Hay que verla alguna vez en la vida. Lo digo por si hubiera rezagados.

    Saludos!!

  12. Vaya, Carmen, así que le tienes manía a Reynolds… Completamente comprensible y justificado, no te apures.
    Esa «versión» más moderna intentaba captar algo del espíritu de esas historias, pero si en «Primera plana» ya chirriaba un poco la caducidad de la idea, en esta es algo mucho más evidente. Por cierto, yo tampoco salvaba a Reeves.
    Besos.

    Bueno, Mauricio, de acuerdo pero con muchos matices. La cuestión, creo, es que Wilder se lleva todas las historias a su terreno, esto es, los deseos de sus personajes, positivos o negativos, por parecer lo que no son; las historias quedan en un segudo plano, de ahí las diferencias entre esta versión y el resto de ellas. En mi opnión, claro.

    Ay, amigo Alberto, lo malo es que hay muchos estudiantes de periodismo que se ríen con esta película y luego no son capaces de analizar profesionalmente lo que hacen y, sobre todo, lo que no hacen. Y lo peor, que generalmente la patronal les exige ser precisamente como Walter Burns…
    Saludos.

  13. No entraré en polémica.¿Mejor Luna nueva?A mí me fascina tanto la una como la otra.En estos tiempos que corren,amigo,amo tanto la obra de Hawks como la de Wilder.Primera plana también merecería un estudio sobre su técnica de interiores repletos de cristales.Hau que ver lo bien realizada que está.
    Un fuerte abrazo.

  14. Pues es verdad, Francisco: ¿por qué tenemos que elegir? Afortunadamente, si el cine nos evita algo, es la renuncia.
    De eso que dices de los cristales, el doctor Egelhoffer tendría mucho que decir, seguro…
    Abrazos.

  15. Pues a mí me gustan las tres primeras versiones (la cuarta, la televisiva, olvidable) y ya hace tiempo que deseo hallar la primera porque la recuerdo muy buena pero la tengo olvidada.

    Lo que me parece notable de ésta también es la puya sin contemplaciones a la corrupción política y a la relación de amor-odio con la prensa: se nota la mano de Wilder ahí… 😉

    Saludos.

  16. Así es, Josep. Supone un importante plus en la historia y además introduce al tema de la corrupción una de sus características principales, sus relaciones con la prensa, bien como propaganda de camuflaje, bien como enemiga mortal.
    Saludos.

  17. Una pareja que funciona como un mecanismo de relojería suizo. Esta escena es muy interesante, además, por el torbellino de ideas periodísticas que aún hoy precisan debate las más de las veces. La situación de dos personas que están «conversando» sin escucharse en un total conflicto de intereses llega, en esta escena, a niveles cómicos irrepetibles.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.