Diario Aragonés – Valor de ley

Título original: True grit

Año: 2010

Nacionalidad: Estados Unidos

Dirección: Joel y Ethan Coen

Guión: Joel y Ethan Coen

Fotografía: Roger Deakins

Reparto: Jeff Bridges, Hailee Steinfeld, Matt Damon, Josh Brolin, Barry Pepper, Ed Corbin

Duración: 110 minutos

Sinopsis: Mattie, una joven de catorce años, desea vengar la muerte de su padre. Para ello contrata a Cogburn, un veterano sheriff en horas bajas, pendenciero, borrachín y demasiado aficionado a disparar, para perseguir al sospechoso, Tom Chaney, que se ha refugiado en territorio indio junto a una banda de malhechores. Cogburn debe darse prisa en capturarle, porque un ranger de Texas anda también tras él con la intención de llevárselo a su estado y cobrar una cuantiosa recompensa.

Comentario: La nueva película de los hermanos Coen, proclamada como una de las favoritas para la edición de los Oscar de 2010, es mucho más que un remake del clásico que ya filmara Henry Hathaway en 1969 con John Wayne como protagonista (su único premio de la Academia); Joel y Ethan Coen han adaptado de nuevo la novela de Charles Portis para llevársela a un terreno, el de la tragicomedia, que dominan a la perfección.

Sin ánimo de entrar en comparaciones (muy pocos las resistirían si de Hathaway y el western hablamos), lo primero que destaca de Valor de ley es su impecable ambientación y su estilo sobrio y refinado de reminiscencias clásicas. La deliberada lentitud en el arranque de la historia queda al servicio de dos propósitos. Por un lado, sirve de escenario para la caracterización más perfecta posible de los dos protagonistas, Mattie (Hailee Steinfeld), una muchacha decidida, tenaz y aguerrida y para nada cursi, marimandona y caprichosa (al menos no tanto como Kim Darby en la anterior versión), y Rooster Cogburn (Jeff Bridges), una delicia de personaje para un actor ya entrado en años, un tipo tosco, sucio, malhumorado y violento que ya está de vuelta de todo, así como de la ambivalente relación entre ambos, una duplicidad que va a arrastrarse, con mayor o menor presencia y acierto durante todo el metraje. Por otro lado, nos sitúa en un Oeste crepuscular, en un tiempo que se acaba devorado por una modernidad en la que solitarios como Cogburn ya no tienen sitio. A partir de que la película se pone en movimiento, aun lánguidamente, a través de hermosas localizaciones exteriores, va cobrando una atmósfera casi fantasmal, sombría, lúgubre, de espacios vacíos y deshabitados, de figuras espectrales que enmarcan un viaje que, en su mejor tradición como metáfora de un cambio interior, ofrece a la chica y al viejo cowboy, una vez superados sus iniciales desencuentros, la posibilidad de hallarse en el otro, de recuperar aquello de lo que carecen sus vidas [continuar leyendo]

8 comentarios sobre “Diario Aragonés – Valor de ley

  1. Gracias por recomendármela. Me gustó mucho. Ya he dejado el comentario en «El diario aragonés» así que aquí solo te diré que excelente reseña y que ya me dirás lo del homenaje a «La noche del cazador». Qué poco observador soy!

  2. Un homenaje musical, Marcos, piensa.
    Abrazos

    Gracias, Paco. Un western a la antigua usanza; afortunadamente, no triunfó en los Oscar, lo cual empieza a resultar ya prestigioso, visto lo visto.
    Abrazos.

  3. Unas semanas lo podemos leer, otras no… jo! siento de veras no poder leer el artículo de Diario Aragonés.
    A mí me encantó la peli y sobre todo los protas (aunque la voz que eligieron para doblar a la chica quedaba un poco antinatural) y el personaje de Matt Damond también me pareció muy gracioso, toda una paradia del héroe: inválido y sin poder hablar correctamente. El final, al duelo con los malos me refiero, me pareció un poco precipitado porque por ejemplo poco sabemos del de los labios destrozados. Sin embargo está salpicada todo a lo largo de la película de escenas magníficas. Ha sido lo mejor que he visto en lo que llevamos de año.

  4. La tengo pendiente: espero que todavía tenga ocasión de verla en el cine; esta reseña tuya, Alfredo, con lo estupenda que te ha salido, me anima a verla por satisfacer la curiosidad.

    Lo cierto es que la versión de Hattaway nunca me ha parecido una gran película del oeste y desde luego el Oscar de Wayne un pelín forzado, casi obligatorio a aquellas alturas de su enfermedad.

    No sabía que existiera una novela «original», así que, en puridad, podemos decir que los hermanitos Coen han hecho «su» versión de la novela.

    Supongo que a estas alturas, esperar ver en una película una trama que relate ni que sea de forma tangencial el curso de un itinerario vital de aprendizaje (siempre pienso en la novela La isla del tesoro) es una utopía para optimistas irredentos.

    Un abrazo.

  5. Ya sabes por mi post que no me gustó…la encontré sosa y falta de emoción…

    Tu película me gusta más que la de los Cohen.

  6. Mi querido Alfredo: ¡¡¡no hay manera, no puedo leer la crítica!!! Yo de la de los Coen me quedo con esa escena de fábula de un Rooester con parche en el ojo cabalgando bajo la luz de una inmensa luna y un cielo estrellado con una niña mortalmente herida… cómo me emocionó esa escena. Si algo me gustó respecto a la de Hathaway fue como los Coen le dan ese aire de elegia, de relato triste y marca más el carácter perdedor y fuera de ley de los personajes protagonistas… Ese destino que intuimos triste, melancólico.
    Besos
    Hildy

  7. Vaya, Carlos, me alegra leer una buena opinión tuya sobre un estreno.
    Sobre la voz, es lo que pasa por culpa del maldito doblaje.
    Acerca de Diario Aragonés, será cosa del navegador. Yo con Mozilla Firefox lo leo sin problema.

    Tampoco a mí me entusiasma la primera versión, Josep, aunque sí otros westerns de Hathaway. Pero el viejo John está más o menos.
    En cuanto a esta, es cine de otros tiempos, no me extraña que haya pasado, hasta cierto punto, desapercibida.
    Un abrazo

    Lo sé, lo sé, Dante.
    Igual yo podía hacer como James M. Cain y Robert Towne, entre otros, no escribir guiones originales, pero si apañar aquellos que tienen huecos…
    Abrazos

    Prueba lo que le decía a Carlos, mi querida Hildy, inténtalo con otro navegador.
    La película, sí, tiene una parte de elegía, pero tiende a reírse de sí misma.
    Besos.

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