La deliciosa comedia romántica -aunque en su día fuera considerada un fracaso- ¿Qué ocurrió entre mi padre y tu madre?, dirigida por el gran Billy Wilder en 1972, cuenta con un leit-motiv musical no menos agradable, el clásico Senza fine del italiano Gino Paoli, para acompañar la historia de un hombre de negocios americano (Jack Lemmon) que viaja a Italia para repatriar el cuerpo de su padre, fallecido en un accidente automovilístico. Pese a los intentos de los responsables del hotel por ocultar que eran dos los cadáveres encontrados en el coche y que las vacaciones anuales del difunto ocultaban el encuentro programado con su amante inglesa, es inevitable que todo estalle cuando la hija de la mujer (Juliet Mills) llega al mismo lugar para hacerse cargo de sus restos.
A partir de ahí, un cómico desencuentro y un incipiente romance que hace que la historia se repita.
– Permesso?
– Avanti!!!
Ahhh, Senza fine…, Avanti…, querido Alfredo, vaya día de domingo nostálgico que nos dejas.
Gracias.
Besos
Hildy
yo elijo la versión de Ornella Vanoni, y no me pregunte por qué. Cuestión de gustos supongo.
Esta peli del gran Wilder tiene un enorme error: la Mills, una actriz espinosa, sin carisma, que, al menos a mí, no me transmite nada.
Un abrazo
Buen ciclo, y Welles! Cuánta doble uve con talento.
Hermoso tema, compa Alfredo, en la mejor tradición de la canción romántica italiana, ideal para una tarde lánguida y algo calurosa de domingo. Se agradece…
Un fuerte abrazo y buena próxima semana.
Que buenos recuerdos trae esta canción: Capri, baños al amanecer, humor y talento pródigamente regalados desde la pantalla… uyuyuy….
Un abrazo.
«Senza fine» la he escuchado un porrón de veces pero la peli la tengo pendiente todavia. En fin…
Pues sí, Hildy, ayer nos levantamos soñadores, más bien para olvidar convenientemente la suciedad de las puestas en escena electoraloides.
Besos.
Totalmente de acuerdo, mi querido Dante, la Mills hace que la película flojee. Personalmente, me gusta que no se buscara la tipica belleza de apetitosas curvas, pero quizá hubiera sido mejor optar por alguien de más carácter. Me resulta, no sé, demasiado blanda.
Abrazos.
En efecto, Manuel, aunque he de confesar que es el tipo de música italiana que me provoca arcadas… Prefiero Paolo Conte…
Abrazos.
Y mucha mala baba, Josep, como en todas las buenas películas de Wilder. Y qué suerte que sea así.
Un abrazo
Ay, Marcos, ay…
Es una película que no me canso de ver.Es tan buena,que al final,uno añora con encontrar a un director de hotel semejante a la película.El de la funeraria subido en una moto es un crak,sobre todo cuando debe poner los sellos delante de los cadáveres.
Un abrazo,amigo.
Un momento delicioso y desternillante, cómo coloca los formularios por triplicado (cada uno con un color de la bandera italiana), los sellos, cómo trabaja a dos manos… Esos detalles que hacen de Wilder algo único.
Abrazos.
Divertida pelicula de la que hay multiples versiones. La cancion digamos que…eterna
Más que versiones, emulaciones. Y todas peores, por supuesto. Y encima sin esa música…
Hace poco vi esta película (por enésima vez) cuando la echaron en la tele. ¡Me encanta! Jack Lemmon está maravilloso como siempre, el director de hotel es buenísimo… Cierto que la Mills no era la mejor elección para ese papel, pero tampoco lo hacía tan mal.
La canción de Gino Paoli es una de mis favoritas. Francamente maravillosa.
Por cierto, hace poco echaron en la tele «El vuelo del Fénix» (la versión de James Steward) y también incluía «Senza Fine», aunque no cantada por Paoli.
También aparece en alguna que otra peli de Isabel Coixet, Carmen. Es un tema recurrente, parece.
Cierto, en «Mi vida sin mí». Creo recordar que sale en la escena del supermercado y también la escuchan en el coche de Mark Ruffalo.
Ahí, ahí, exacto. Y que la protagonista vaya a palmarla no tiene nada que ver con que oigan tanto la canción…