25 años sin Burt Lancaster

El pasado 20 de octubre se cumplió un cuarto de siglo del fallecimiento de Burt Lancaster, uno de los más grandes intérpretes del Hollywood clásico y ejemplo de transformación de una carrera profesional, de héroe de acción y aventuras procedente del mundo del circo a carismático y enérgico actor de carácter, además de productor independiente de enorme criterio y agudeza en la selección de proyectos junto a sus socios Hill y Hecht. Valga como homenaje este vídeo que resume su trayectoria.

Paul Newman se va…

El cine se queda sin sus ojos azules. Se va un grande.

La tienda de los horrores – Christopher Lambert, todo un horror en sí mismo

Qué duro es a veces buscar contenidos para esta sección, qué duro. Y no por falta de materia prima: para suerte o por desgracia, no falta. Pero a veces es muy duro ver películas con el único pretexto de su previsible inclusión en este vergonzante escaparate o bucear en la memoria personal en busca de las arcadas más agudas provocadas por un esperpento cinematográfico. Y si hablamos de esperpentos no puede tardar a surgir la figura de Christopher Lambert. Y si intentamos seleccionar una, una sola película de Lambert que incluir en esta sección, a la vista de su filmografía y de la calidad de sus trabajos en cada una de sus películas, no podemos más que rendirnos a la evidencia y pensar que Lambert es precisamente una de las causas del desastre en el 100% de los casos. ¿Cómo poder quedarse con una? Merecería una sección personal, un panegírico, una semblanza en capítulos…

Pero como no tenemos tanto tiempo (ni tanto estómago) preferimos glosar la insigne carrera cinematográfica de Christopher Lambert, cincuentón ya ex-galán de cartón piedra del thriller y el cine de acción de los 80 y 90 si de serie B y de cine-telefilm hablamos. Nacido en 1957, este estadounidense de origen francés (lo cual ha permitido que Lambert regale sus interpretaciones o lo que sean tanto en las productoras de poca chicha de California como en el cine francés comercial con más ínfulas de copiar a Hollywood en lo peor de Hollywood), fue descubierto (en mala hora) en 1984 por el irregular Hugh Hudson para Greystoke, la leyenda de Tarzán, el rey de los monos, título interminable que suma más palabras que las que Lambert pronunciaba en toda la cinta, si no tenemos en cuenta sus gruñidos como palabras. En ella compartía protagonismo con Andie McDowell (otra que tal baila), y lo convirtió en uno de los bollitos incipientes del cine americano de los 80.
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Paco Martínez Soria forever

En el último Bloggellón (para quien lo desconozca, acto social que reúne a los bloggeros de Zaragoza y alrededores en un mismo punto espacio-temporal), edición nº 11, y alentados ante el gran éxito que supuso la conmemoración del Día de Fernando Esteso, se aprobó por minoría absoluta la celebración, hoy 1 de junio de 2008, del día de Paco Martínez Soria, cómico turiasonense venido al mundo para mayor gloria de las Españas y uno de los principales y más exitosos difusores de los tópicos más recurrentes de lo aragonés, de lo que algunos se vanaglorian y lo que otros atacan sin piedad.

Además de recordar la fantástica página web que recorre su vida y obra: www.donpacomartinezsoria.com, como tributo a este gran actor, ante cuyos despliegues interpretativos aún hoy resulta difícil evitar una sonrisa o una carcajada por muchas veces que se hayan visto sus películas y por mucho que Cine de Barrio, el mayor exponente de la zafiedad televisiva y de la fosilización del franquismo en buena parte de la sociedad, le sirva de marco incomparable, ofrecemos un par de vídeos de su gran obra Don Erre que erre, dirigida por el cineasta del Régimen José Luis Sáenz de Heredia en 1970 y que cuenta la historia de don Rodrigo, qué casualidad de nombre, que se enfrenta a unos peces gordos de la banca cuando en un atraco los ladrones se llevan 257 pesetas que el banco estaba a punto de pagarle y que éste se exime de abonar a su cliente, remitiéndose a la responsabilidad criminal de los malechores (porque en la España de Franco y olé, también se robaban bancos…). Y los vídeos no podían ser otros que el del famoso «chiste del catapún» y el no menos célebre «que no son sus, que son mis». Momentos imborrables de ayer y hoy… ¡¡¡¡Viva don Paco!!!!