La vida de Brian: 30 aniversario

brian

Se cumplen treinta años, que se dice pronto, de un accidente. Porque esta celebérrima comedia satírica e irreverente de los Monty Python (Graham Chapman, John Cleese, Terry Gilliam, Terry Jones, Michael Palin y Eric Idle), nació como una burla inocente y casual en respuesta a la curiosidad de un periodista inoportuno. Jesucristo: ansias de gloria se convirtió en La vida de Brian por la necesidad de evitar acusaciones de blasfemia o sacrilegio, pero sirvió para ganar en inteligencia y no perder un ápice de mordacidad. En todo caso, no impidió que las productoras británicas, a pesar del tirón popular del sexteto que garantizaba una suculenta taquilla, se desmarcaran de un proyecto que financió finalmente el ex-Beatle George Harrison y su productora HandMade Films.

Como toda comedia que se interne en el restringido reino de la excelencia, es una película muy seria aunque su forma no puede ser más desternillante. De entrada, es estúpido hablar de irreverencia. La fe, como la justicia y el amor, es a la vez ciega, y si hablamos de la fe cristiana oficial, es incluso paranoica (al menos en España). La película, lejos de obsequiar a los católicos con un lúcido y agudo ataque en exclusiva, es en cambio una denuncia general, no deja títere con cabeza, tira contra todos. Pero es que además, no carece de rigor en la construcción de época y manera de pensar, en el reflejo histórico del momento, reflejo que sirve además como vehículo de humor al ser contrastado con gags, chistes y bromas en clave actual.

Por si se da el improbable caso de que alguien no la haya visto, la trama, o más bien el pretexto para hora y media de descojone continuo, se centra en la figura de Brian, un muchacho nacido en Belén el mismo día y a la misma hora que Jesús (de Nazaret, y no de Belén, matiz curioso que daría para mucho pero que no es objeto de este artículo), en un establo dos casas más allá del escogido por José y María. Los Reyes Magos, que se equivocan de portal, son el primer indicio de lo que le aguarda a Brian en su vida, la suplantación, la asunción de un papel que no le corresponde. Hijo bastardo de un noble romano que violó a su madre (bueno, al principio sí la violó, luego…), ciudadano romano en la convulsa (como siempre) Palestina del siglo I, en la que grupúsculos radicales judíos conspiran contra el dominio romano, será considerado un nuevo Mesías al que seguidores de diferentes corrientes (la sandalia y la calabaza) no harán sino pedirle, cual Obama, milagros imposibles de cumplir, fieles por los que se inmolará involuntariamente en la cruz mientras todos lo abandonan, con los acordes de Always look on the bright side of life.

La colección de gags es inolvidable y desternillante, interminable de relatar por completo, pero a modo de resumen: los Reyes Magos que se equivocan de portal, una canción de cabecera al estilo Shirley Bassey en las películas de Bond, un sermón de las bienaventuranzas un sábado por la tarde a la hora del té ante un público ultra y friki, un Poncio Pilatos que no pronuncia la ‘r’ (al pretender liberar a Barrabás) y un Pijus Magníficus que no pronuncia la ‘s’ (en el caso de Sansón «el asesino saduceo», Silas de Siria «el sagaz» o los «Sesenta y seis sediciosos de Cesarea»), la fila de la crucifixión, la clase de latín impartida por un centurión gladius en mano, el OVNI, la lapidación del sacerdote, el regateo en el puesto de barbas, el ex-leproso, el registro por los soldados romanos de la guarida del Frente Popular de Judea, el secuestro de la mujer de Pilatos, los debates políticos del FPJ, el eremita con voto de silencio que pronuncia su primera palabra en cuarenta años cuando le pisan el pie, el pelotón suicida…

Con buen criterio, el grupo prohibió el doblaje a otras lenguas de la película, detalle que en España no se ha respetado en los pases televisivos. El competente doblaje español no evita sin embargo que la película pierda muchos enteros si no se disfruta en versión original, con el despliegue interpretativo de unos cómicos que interpretan todos los personajes importantes con sus cambios de voz, de gestualidad, de carácter. Bombazo en las taquillas de todo el mundo durante años (hasta tres en las carteleras de Madrid), las críticas «serias» por su falsa irreverencia, en realidad sátira ácida y muy inteligente (o por eso mismo), no se hicieron esperar. Porque la película, risas aparte, tiene mucha miga.

En primer lugar, retrata acertadamente el clima de la época. Quienes tienen fe por lo general olvidan la auténtica atmósfera histórica de una geografía en la que Jesús pudo salirse con la suya. Al igual que ocurriría en la Cristiandad con la llegada del año 1000 casi un milenio completo después, la Judea de entonces, al menos la religiosa, esperaba la llegada del fin del mundo, el apocalipsis estaba a la vuelta de la esquina y en las cuatro esquinas de Palestina abundaban las invocaciones desesperadas a Yahvé por la salvación y proliferaban las figuras mesiánicas que, o bien profetizaban desastres, o por el contrario se erigían en salvadores de la Humanidad. Jesús no era el único bautizado como Mesías (como dice un personaje interpretado por Cleese: «tú eres el verdadero Mesías, y de eso entiendo porque he seguido a varios»), el único con seguidores, el único predicador del lugar. Ni siquiera fue el único que murió en la cruz ni tampoco el creador de su corriente de pensamiento (existente en India seis siglos antes y adaptada desde hacía décadas por diversas sectas de la zona como los esenios). Así que calificar de irreverente la invención de otro Mesías paralelo a Jesús, no sólo es estúpido, sino que va contra la historia.

Partiendo pues de un aspecto respetuoso con la historia, la película se mete con todo y con todos: con la política, con la religión, con la educación, la economía, la guerra, la hipocresía, las relaciones de poder, en realidad, con todo aquello que supone la participación del ser humano en el ámbito público, en la sociedad. En particular, algunos de los dardos más certeros y agudos se dirigen contra la política; inolvidables los debates del Frente Popular de Judea, sus mociones, interpelaciones, proposiciones no de ley, etc.: el derecho a parir de Stan-Loretta pese a no poder parir («¿dónde vas a gestar el feto, lo vas a meter en un baúl?») es la muestra palpable de la «política inútil», del que buen ejemplo puede ser la ONU cuando de regañar al rico se trata o toda esa diplomacia humanitaria para quedar bien ante la opinión pública, de una autocomplacencia asquerosa que sin hacer nada ni proponer una sola solución real a los problemas importantes, pretende acallar la propia conciencia con la ilusión de que se puede hacer algo. Dentro de la política, quien se lleva la peor parte es el nacionalismo. Primero en el retrato de su pobreza intelectual y en el abrazo del dogma como vehículo de expansión (magnífico momento el de «¿qué nos han dado los romanos»?), segundo por la mofa que hace de su habitual fraccionamiento (Frente Popular de Judea, Unión del Pueblo Judaico, Unión Popular del Pueblo Judaico…), llevada al ridículo extremo de reclamar sectores «nacionales» propios para la crucifixión, declaración precursora de lo que supone la exacerbación absurda de los llamados «sentimientos» nacionales y del destino que tal excentricidad depara.

La cuestión de las facciones no se limita a la política. La película es la plasmación de la creación del fenómeno religioso: lo cotidiano, lo trivial, deliberadamente tergiversado o mutado por la casualidad y el oportunismo para convertirlo en excepcional, excelente, sobrenatural, que sólo precisa de creyentes para existir, para ser real. A su vez y por si fuera poco, retrata asimismo la conversión de la religión en instrumento político, con esas sectas que adoran bien a la sandalia, bien a la calabaza, de un señor que no ha hecho nada pero cuyos objetos cotidianos son elevados a la categoría de reliquias destinatarios de una veneración del culto y al que se pretende buscar una santidad en su origen que, en el fondo, no es más que el abuso (al menos al principio) de una mujer judía por un soldado romano (en la traducción española, Traviesus Máximus…). El hecho de que Brian sea un hijo bastardo de un padre desentendido es precisamente el aspecto más controvertido para los críticos cristianos, algo lógico si tenemos en cuenta que la probabilidad histórica de que otras figuras tuvieran el mismo origen resulta más creíble que la llegada de aves fecundatorias invisibles.

En resumen, noventa minutos de risas que, bajo la capa de humor, mordacidad, agudeza e ingenio, esconden una serie de críticas demoledoras de una inteligencia brillante y tras las cuales, en última instancia, no queda sino un último mensaje, muy similar al de cierta campaña publicitaria que viaja en autobús por ahí: puede que dios exista o no, da igual; disfruta de la vida, es demasiado corta para perder el tiempo.

La canción final de la película, un himno contemporáneo, sirvió de colofón también al funeral en 1989 de Graham Chapman, el actor que da vida a Brian (y a algún personaje más). La escena del funeral, el discurso de John Cleese y la canción, no tienen desperdicio, y da una idea bastante aproximada del enorme talento de este grupo de cómicos que comprenden la esencia de la vida: descojonarse de ella lo más posible. Un ejemplo para todos.

33 comentarios sobre “La vida de Brian: 30 aniversario

  1. ¡Ay escalones!..ya te he contado alguna vez, creo, que fui a ver esta película pensando que se trataba de una especie de Ben Hur (por el cartel. En aquella época iba todos los domingos al cine y en un pueblo no había donde elegir)..y bueno, no tengo palabras.
    La ví subtitulada y, como no sé inglés, he de decirte que he preferido siempre esa versión original porque así con las risas no me pierdo diálogos.
    Es maravillosa, absolutamente maravillosa en todos los sentidos como apuntas. La mejor medicina para un mal día, la mejor forma de reflexionar acerca de asuntos que desgraciadamente siguen rondándonos (todavía hay peña por ahí más dispuesta a creer en esas «aves fecundatorias invisibles» que en lo que ven sus ojos, lo sé)..
    Pues eso, que me sé fragmentos del diálogo de memoria…y los utilizo con frecuencia no creas.
    Eso sí, ignoraba por completo todo lo relativo al funeral de Graham Chapman. Me parece sencillamente genial. Entrañable, sincero. No es habitual que en un acto así se escuchen las cosas que realmente querría el muerto ¿no?..bien por ellos. Chapeau.
    Querido, me has alegrado la mañana.

  2. Mima, yo lo de «secuestrar a la mujer de Pilatos y plantear nuestras reivindicaciones» lo tengo como frase recurrente cada vez que me pregunto qué puedo hacer ante una situación…
    Una película muy divertida que nos habla de cosas muy serias, como toda buena comedia.
    Yo quiero un funeral así para mí.
    Me alegra alegrarte el día.
    Besos.

  3. ¡qué película! me has dado una gran alegría, Alfredo, es de las películas que más me han hecho disfrutar, con las que más me he reído y he llegado a verla recomendada para la educación en las aulas, al criticar con mucha habilidad y mordacidad fanatismos y demás cosas estúpidas e irracionales… felicidades y gracias, un abrazo.

  4. Y después de treinta años todavía permanece vigente, eso es lo que hace que una película o un libro sean excepcionales.
    Me ha impresionado el funeral de Chapman, hasta en ese momento tan doloroso consiguió arrancar a los asistentes unas risas.
    Un abrazo.

  5. ¡30 años!, como el buen vino, mejora con los años… ¡qué bueno ratos paso siempre que la veo!, nunca dejo de reirme, esperando ansiosa esos diálogos y descubriendo nuevos chistes.
    Felicidades por el análisis y gracias por el vídeo, no se podía hacer mejor despedida; viéndolo pensaba en la imposibilidad de ver algo parecido en un funeral español, pero luego he recordado el de Fernando Fernán Gómez, no lo mismo, pero si parecido, saltarse las normas lo establecido, lo que se supone que hay que hacer. Sólo las personas inteligentes lo consiguen.

  6. Me han entrado ganas de verla otra vez después de leer tu artículo. Este fin de semana sin falta.

    Uno de los diálogos con los que más me he reído en mi vida es el que habéis comentado de los romanos y que acaba así:

    -¿Qué han hecho los romanos por nosotros?

    -El alcantarillado, la sanidad, la enseñanza, el vino, el orden público, la irrigación, las carreteras y los baños públicos

    -Bueno, pero aparte del alcantarillado, la sanidad, la enseñanza, el vino, el orden público, la irrigación, las carreteras y los baños públicos, ¿qué han hecho los romanos por nosotros?

    -Nos han dado la paz

    -¿La paz? ¡Que te folle un pez!

    Aquí se puede ver:

    Un saludo a todos.

  7. Gracias a ti, Sam. Yo siempre he defendido el uso pedagógico del cine en la planificación educativa. Ésta no debería faltar.
    Un abrazo.

    Pues sí, Lucía. Sigue vigente y con la misma gracia.´Para lo del funeral, tanto el finado como los asistentes y familiares deben tener una pasta especial, creo.
    Otro abrazo.

    Gracias, Minerva. Sin duda alguien que monta ésta en su despedida debe tener algo de genio.

    Doctor Fronkonstein, yo creo que también le haré un hueco estos días. El diálogo que citas tiene, bajo su aparente capa de gag, una profundidad inusitada. Algunos tendrían que llevarlo apuntado las 24 horas del día.
    Saludos.

  8. Como en este mundo tiene que haber de todo, soy yo el que conforma el 0,001% de población que no ha visto esta película, y mira que me lo he propuesto mil veces.
    Hace poco leí lo del aniversario, y me dije: tío, estás fuera de juego…
    Prometo ponerle remedio antes del verano.
    Saludos.

  9. Hilarante el vídeo del funeral de Grahan Chapman ,coincido contigo Alfredo,yo también quiero uno así sobre todo que me canten»ALWAYS LOOK ON THE BRIGHT OF LIFE».La película es fantástica.La he visto muchas veces y me sigo riendo igual con esos fabulosos «gags»,como si fuera la primera vez.El comentario que haces estupendo,sin coba. «3o años»,eso sí que no me hace reír tanto…..Saludos

  10. Pues efectivamente es raro encontrar a alguien que no la haya visto, Josep, pero así podrás descubrirla. Yo también llegué a ella muy tarde.
    Saludos.

    Carmen, es lo que tienen las efemérides. Dejémoslo ahí.
    A mí particularmente me pierde el FPJ…
    Saludos

  11. Aunque la película tiene un arranque genial, a mí me parece que luego decae. Pero escenas como la lapidación, el falso leproso… son de las que se quedan.
    Me encanta el vídeo del funeral.

  12. Siempre me han gustado estos granujas y sobre todo en su mítica serie televisiva compuesta por imágnes de collages entre otras gamberradas.El más destacado de ellos;Terry Gilliam,excelente director de cine,que por otro lado,no me pierdo ninguna de sus películas.

    Como siempre,un post estupendo.
    Un fuerte abrazo,amigo.

  13. En efecto, Francisco, gran cineasta. Sus películas, gusten más o menos, siempre ofrecen un plus con respecto a los directores acomodados. Merecen todas un visionado.
    Y los Python, qué decir.
    Gracias.
    Un abrazo.

  14. Una pasada de película y, como dices, con mucha miga.
    El momentazo del encuentro con Pilatos, y el de Pijus Magníficus («Bigus Dickus», en la versión original XD) intentando liberar a un preso con «s» son demasiado, los veo y los vuelvo a ver y no me canso.
    Sobre las alternativas a las «aves fecundatorias», yo me sé una más: hay un evangelio apócrifo (también se podría hablar mucho sobre los motivos por los que un «apócrifo» recibe ese título) que cuenta que María, joven, se casó con José, un hombre muy anciano (como de hecho se le representa iconográficamente, nunca verá a un José joven en ningún Belén de Navidad). Tras casarse, José se ausentó por trabajo, y tres meses más tarde volvió y encontró a María embarazada… no hay forma de saber si es real o no, pero hubo alguien que se encargó de escribirlo y alguien que se encargó de esconder lo escrito.
    Tampoco es necesario rebuscar mucho para encontrar el origen de otros muchos pasajes de la Biblia, basta con»cristianizar» algún que otro mito grecorromano.
    Bueno, volviendo a la película, una obra de arte, y en el humor me temo que escasean más que en otros géneros.
    Besos.
    Rosa.

  15. La peli es excepcional, y es una d esas a las que de vez en cuando homenajeo revisitándola; subtitulada en V.O., claro.
    Por lo demás, estos señores son (eran) unos verdaderos monstruos que han tenido una influencia fácilmente reconocible ya no sólo en cómicos de todo el mundo, sino también en el cine de estos tintes que se ha hecho con posterioridad a su aparición. Sus series, aquellas en las que de alguna manera todos o alguno de ellos ha intervenido (Hotel Foowlti) por ejemplo, excepcionales.
    Pero lo mejor de tu entrada, Alfredo, está en eso: tu entrada.
    Genial.

  16. Mi estimado 39 escalones yo me muero de la risa, por ejemplo, con la escena de la lapidación, es antológica, pero este peude que sea uno de los films más acertados del grupo, este y sin ofender a nadie «el sentido de la vida», posiblemente su obra maestra.

  17. Cuando se debate la diferencia entre el humor más clásico y lo evidente de la risa actual, parece que muchos olvidan que entre ambos extremos existe la dignidad, calidad y saber hacer de artistas que dignifican lo aparentemente ligero, como estos genios.
    Gran película, que por cierto, voy a revisar estos días que hace mucho que no veo.
    Un abrazo Alfredo

  18. Bueno, Rosa, el tema de los apócrifos da para mucho, para aclarar pero también para sumergir la cuestión en más dudas todavía. Mi momento es el del pelotón suicida, me descojono siempre y, tristemente, por aquellos lugares goza de un poder metafórico enorme.
    Besos.

    Gracias, Raúl. Sin duda, sentaron época. Fuera imitadores.

    Alfie, el «momento Jehová» es desternillante. Coincido sustancialmente contigo, aunque en el resto de sus trabajos hay momentos puntuales realmente memorables.

    Iván, tienes toda la razón. En el fondo el humor precisa de gran inteligencia. Las comparaciones son odiosas pero nosotros sabemos muy bien de qué nos reímos y por qué.
    Abrazos.

  19. La película más redonda de los PYTHON aunque no sé por qué pero yo he cogido mucho cariño a «Los caballeros de la mesa cuadrada»…

    Volviendo a Brian, aún me río con lo de PIJUS MAGNIFICUS.

    Saludos!!!

  20. Es cierto lo que comenta Marta. La primera vez es genial, pero yo creo que las siguientes en las que estás mucho más pendiente de cada frase, de cada detalle es mucho mejor.

    Un abrazo,

  21. Bueno, frenar será un poco difícil (al menos hasta que cumplamos el segundo aniversario, allá por abril, momento en que nos replantearemos si seguimos y cómo seguimos).
    Todos terminamos siendo un poco Python con esta peli.
    Abrazos.

  22. Divertida película que te hace reir y olvidarte un rato de las preocupaciones. Pero todo tiene un «pero». No creo que la Navidad sea el mejor momento para sacar una comedia de este tipo. Hay muchas personas que no consideran que la vida de Jesús sea para hacer una comedia. Ni siquiera los musulmanesn se ríen de Él (para ellos no es el hijo de Dios pero sí que es un profeta). Me gustaría conocer la reacción de mucha gente si, en vez de ser una parodia de Jesús (Brian) hubiera sido de Mahoma…..
    En fin, siempre está aquello de lo de la doble vara para medir…

  23. Me quedo a cuadros. Cierto, hay personas que pueden creer que la vida de Jesús no es para hacer comedia, y menos en Navidad. Pero no estoy de acuerdo ni en el punto de partida de tu análisis ni en sus conclusiones, por varias razones:
    – primero, aunque parece claro (pese a que sigue habiendo dudas) de que Jesús es un personaje histórico, el Jesús de la Biblia es una cuestión de fe, no de realidades, y por tanto nada impide malearlo y amoldarlo a lo que quiera; la visión de la Biblia, en ese sentido, es tan ficticia, irreal y cómica como la de estos cómicos ingleses
    – segundo, el debido respeto a la fe de cada cual no impide que el espacio público, y el arte forma parte de él, conserven su espacio neutro con respeto idéntico a las demás religiones y, sobre todo, cosa que suele pasarse por alto, a quienes no profesamos ninguna; al hilo de este argumento, la película, dado que no habla de Jesús, no supone agravio alguno contra la fe en Jesús
    – tercero, lo que sí supone la película es que, a través de una parodia, critica determinados mecanismos que utilizan tanto las religiones como la política para lograr sus fines, y lo hace así, en abstracto; lógicamente, se trata de ingleses, y buscan en su cultura propia el mejor vehículo para realizar esta crítica, es decir, la cultura judeocristiana, pero no se ciñe en exclusiva a ella, ya que su voluntad crítica -y cómica- es universal: se critican la precariedad de la fe, los fanatismos, los partidismos y los nacionalismos, entre otras muchas cosas todas ellas perniciosas cuando de imposiciones se trata
    – cuarto, no hay dobles varas de medir: te recuerdo que las religiones judía, cristiana y musulmana son las únicas que utilizan el concepto de Verdad con mayúscula, la cual se atribuyen en exclusiva basándose en la fe y no en ningún argumento racional ni aceptable con un mínimo de seso; en este sentido, son dos mil años largos de agravio comparativo a todo aquel que no ha asumido, en cada momento y lugar, los mandatos impuestos por la fuerza sobre esa Verdad. En ese sentido, las tres son exactamente iguales, y por tanto, la crítica a una vale también para los demás. Pero, al mismo tiempo que a Occidente le ha costado demasiado emanciparse de la idea de un dios que inventó a su imagen y semejanza (tanto es así, que esa emancipación todavía no se ha producido del todo), son los musulmanes los que deben, con el tiempo y su propia evolución, criticar o parodiar la figura de Mahoma. No es imposible, «La vida de Brian» no hubiera podido existir en la Edad Media; démosles tiempo, es lo único que necesitan
    – quinto, se puede hacer comedia absolutamente con todo; nada peor que tomarse demasiado en serio cualquier cosa, empezando por uno mismo. Confundir la comedia con la falta de respeto es una de las consecuencias de esa Verdad hecha a medida de los que durante dos mil años largos se han ganado la vida gracias a ella y sin trabajar.

  24. Sencillamente genial. Tanto el artículo como el último comentario (que son los textos que me he parado a leer, la verdad) y, por supuesto, la película. ¡Feliz año!

  25. Gracias, Eri. Da un poco de grima tener que recordar en pleno siglo XXI lo que es la fe, con sus virtudes y sus carencias. Es un signo de que no somos tan avanzados y libres como creíamos.
    Feliz año para ti también.

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