Comedia terrorífica: El baile de los vampiros

vampire

La cuarta película de Roman Polanski, primera con producción norteamericana tras su magnífico debut en Polonia (El cuchillo en el agua) y sus dos primeras cintas británicas (las míticas Repulsión y Cul de sac) es, por diversas razones, una de las películas favoritas de quien escribe. Su combinación de divertimento paródico y cine de género de terror resulta enormemente ligera y entretenida a la par que inquietante y absorbente. Esta comedia de terror bebe directamente de las fuentes de las clásicas narraciones de vampiros pero, en un momento en que las historias de Drácula ya habían evolucionado del romanticismo de su momento histórico hacia una devaluación tópica, repetitiva y un tanto cutre (aun a pesar de no estar desprovista totalmente de encantos) a medio camino entre lo terrorífico, lo erótico y lo freak, se presenta como un film que carga las tintas contra la nueva ola de cine de serie B terrorífica de los años sesenta (la película es de 1967), y lo hace mezclando el código de la comedia y unos gags delirantes contrarios a la utilización de elementos chabacanos y facilones con el estilo del cine de terror del momento y unas gotitas de intriga.

La película relata las peripecias de dos cazavampiros, el estrafalario profesor Abronsius (Jack McGowran, actor clásico ya visto en El hombre tranquilo, Lord Jim o, tiempo después, como damnificado de la presunta maldición de El exorcista, su último trabajo), un científico loco que tiempo atrás tuvo que abandonar su cátedra en Könisberg por la defensa a ultranza de sus estrambóticas teorías sobre el vampirismo, y su asistente, el joven, apocado y pusilánime Alfred (interpretado por el propio Polanski), un estudiante que parece no tener nada mejor que hacer en la vida que acompañar cual Sancho Panza a un Quijote estaca en mano y ristra de ajos al cuello por toda la Europa oriental. En su llegada a Transilvania en busca de un castillo que pueda servir de guarida al príncipe de las tinieblas, topan con una taberna decorada con ajos y crucifijos, e inmediatamente darán con varias pistas que les conduzcan a la guarida del conde Von Brolock (necesario trasunto del conde Drácula por cuestiones de derechos): un jorobado siniestro que vive en un castillo cercano, la muerte y posterior vuelta a la «vida» del juerguista del tabernero (ya en vida deseoso de disfrutar de los encantos de sus camareras, lo cual le ocasiona – pero no sólo a él – más de un salchichonazo en la cabeza a cargo de su oronda mujer) y, sobre todo, el rapto que Brolock hace de la joven y apetitosa hija de éste, Sarah (la malograda Sharon Tate, posteriormente esposa de Polanski asesinada brutalmente tiempo después en Hollywood por la «familia» de Charles Manson; sobrecoge verla aquí en todo el esplendor de su belleza y también pensar en su final una vez vista la película).

La llegada al castillo, manejada con gran pulso entre la intriga de terror y la parodia más aguda (como ya viene marcado en su título y subtítulo originales en inglés, Los valientes cazadores de vampiros o Perdón, pero sus dientes están en mi cuello), pone en contacto a los dos aventureros con el propio conde y con su hijo (insólito vampiro gay que bebe los vientos por hincarle el diente – nunca mejor dicho – al joven Alfred), y coincide con la celebración de un gran baile anual al que asisten todos los vampiros de la cripta y cuyo plato fuerte es la «degustación» de las víctimas secuestradas para la ocasión. El flacucho leñador incauto de todos los años por fin ha sido sustituido por una joven deliciosa y dos invitados no previstos que, junto a la joven camarera aportada por el tabernero, autoinvitado al festín, dignificarán una bacanal vampírica que estaba en las últimas y hará creer a la concurrencia en el próximo reinado de la oscuridad sobre la Tierra, sin que sepan que Abronsius y Alfred son enemigos excéntricos pero formidables que se lo pondrán muy difícil. El desenlace de esta historia tras la maravillosa escena del baile es por derecho propio uno de los más inesperados y sorprendentes del cine de la época.

Construida con inteligencia, elegancia y minuciosidad, tanto en el guión como en la escenografía de la historia (magníficamente fotografiada, especialmente las tomas nocturnas en la nieve, por el maestro Douglas Slocombe), incluida la apropiadísima música de Krysztof Komeda, contiene alguna que otra escena memorable y varios gags hilarantes (esos colmillos clavados en un libro, las surrealistas conversaciones de Abronsius y Alfred, el memorable final…), ofreciendo dos cintas en una, una solvente historia de terror clásico y una comedia irreverente en la que se chotea de tópicos y lugares comunes. Paradójicamente por su trama y por su final, la película no hunde los colmillos, verbigracia, en los aspectos siniestros o sangrientos de la cuestión, sino que, moviéndose constantemente entre el terror y el humor, transmite, gracias a su afilada ironía, alegría y ganas de vivir, incluso, y esto es lo más difícil, por parte de los ridículos, estrafalarios y rocambolescos vampiros que asisten al gran baile.

30 comentarios sobre “Comedia terrorífica: El baile de los vampiros

  1. Anda, juraría que ya había dejado un comment esta mañanica…
    Bueno, te decía que esta es una de mis pelis favoritas. Me parece una auténtica delicia: preciosa la Tate, divertido baile (esos espejos que no reflejaban a la gente..), esa taberna impagable..
    Ah, cuantísimo me gustaba, me lo pasaba genial viéndola (no me preguntes cómo pero estoy segura de haberla visto más de una vez en mis tiempos mozos). He de verla de nuevo, cuanto antes.
    Gracias por traerme su recuerdo. Besos y buen día Sir.

  2. qué divertida, me reí de lo lindo con esta peli… a Polanski no hace falta enseñarle gran cosa, que el hombre tiene talento de sobra… y esa primera época de Roman es para las antologías del cine. Un abrazo.

  3. También es una de mis películas favoritas; la primera vez que la ví debía tener 9 o 10 años, y a parte de reirme un montón, me hizo sentirme un poquito mayor porque por primera vez había visto una peli de vampiros sin pasar miedo la noche siguiente (miedosilla que era una). Por cierto, como siempre, enseñando a los demás, no tenía ni idea de la actuación de Polanski.

  4. Es, Mima, el único baile al que yo podría asistir sin llamar la atención… Es una verdadera delicia. Cuánto me gusta traeros recuerdos.
    Besos.

    Sam, lo que le pasa a Polanski es que de vez en cuando pierde sorprendentemente el pulso y le sale alguna que otra birria.
    Un abrazo.

    Creo que es algo generacional porque también me pasó a mí. Era una de las pocas películas de terror «toleradas» para menores en la tele en una época en la que de vez en cuando se ponían algunos clásicos como «Las tres caras del miedo», «Creepshow», y demás.
    A Polanski le da de vez en cuando por actuar: no te lo pierdas de matón en «Chinatown».

  5. Últimamente Polanski me persigue, y no lo digo porque me parezca mal, todo lo contrario. Estos días andan echando en el Plus un documental sobre la acusación de haber mantenido relaciones sexuales con una menor, y ayer repusieron Chinatown.
    Ya podían reponer esta porque hace años que la vi y apenas recuerdo nada.
    Un abrazo.

  6. Pues Lucía, ándate con ojo, que si Polanski te persigue, teniendo en cuenta de lo que va el documental… Hablé de ese documental en otro sitio y, como pasa siempre, por lo general la mirada se aparta hacia los temas más morbosos y, aunque refleja las lagunas de la investigación, sí que no recalca lo suficiente, para mí, el hecho que en Hollywood, en 1969 y mucho antes, muchísimo antes (recordemos las macrofiestas que montaba George Cukor), hay y había de todo y para todos los gustos.
    Un abrazo.

  7. Yo la vi hace la tira de años y me reí mucho, aunque también hubo momentos en los que pasé miedo. De todos modos, soy mal público para las películas de terror, porque soy muy miedosa.
    Alfredo, te esperan en mi blog el Premio Dardo y el Premio Blog de Oro por este paraíso del cinéfilo.
    Un abrazo

  8. certera crítica, Alfredo, aunque Polanski en Chinatown es para no perdérselo… Un abrazo (y comprendo eso de los comentarios de Zazel, hay gente que no es persona…pelín indignante)

  9. A mi también me pasó lo mismo que a algunos de los que habéis dejado vuestro coment.Aunque yo tenía más edad,no por eso menos miedo.La recuerdo como una película que disfruté.A mi me daba bastante miedo todo esto de los vampiros,y esta película en especial hizo que me reconciliara bastante con la terrorífica historia del Conde Drácula.Recuerdo el verano del 69.Estando de veraneo en la playa,salió la noticia de la muerte de Sharon Tate,la verdad impactó bastante por lo brutal ,y se comentó muchísimo.Lo dicho,una peli que me gustó y de la cual guardo un buen recuerdo.Saludicos

  10. Muchas gracias, Carmen. De todos modos, si eres miedosa, eres el público perfecto para las películas de terror, ¿no crees?
    Gracias de nuevo.

    Sam, no veas qué plan. Ciertos comentarios me obligaron a preguntarme qué tienen algunos tíos en la cabeza… o quizá no en la cabeza.

    Rosa, entonces te encantará. No te creas, que habrá momentos en que te rías y otros que lo pasarás muy malamente, te aviso.
    Ten cuidado con eso de que te gustan los vampiros, no sabes lo que abundan por ahí. Casi tanto como los buitres…
    Besos.

    Carmen, todo lo que rodeó aquel crimen resulta impactante. Las últimas entrevistas a Manson en su celda y los reportajes que se hicieron con respecto a la revisión de su condena y la posible obtención de la libertad condicional no dejan lugar a dudas: el tío sigue en sus trece y no se arrepiente de nada. Y lo que es peor, no deja de recibir cartas de sus admiradores y peticiones de matrimonio. No sé qué diantres le ocurre a la gente a veces.
    Saludos.

  11. Muy buena reseña para una película inolvidable que fue como un huracán de aire fresco: en aquellos años todavía se estilaban las sesiones dobles en mi pueblo y muy a menudo caía una de la Hammer que los adolescentes ya tomábamos a chacota: ver El Baile…. el sábado fue repetirlo el domingo, porque la carcajada está asegurada.
    A mí, poco amante del cine de terror, esta me encanta…. sin dejar de dar algún susto… 🙂
    Ese final…. que no lo cuente nadie….
    Saludos.

  12. Alfredo, te pido un favorcillo. Desde el 2005 estuve en esto de los blogs (han sido varios) pero ahora en red sólo quedan arrebato (no lo actualizo ni nada, pero ahí está) y mi parece que despedida de los blogs smflp.blogspot.com. El favorcillo es si puedes quitar de tu lista de enlaces alguna vez poesía y jugar a las nubes, que ya no están en red. Si entras en el blog smflp está la dirección de mi blog más duradero, un puro caos pero con un pelín de todo. Gracias anticipadas, y disculpa mis vaivenes, debo ser ciclotímico además de cinéfilo… Un saludo.

  13. Sino es uno de tus objetivos, que yo sospecho que sí, lo bien cierto es que tus reseñas consiguen volver a hacer que me interese por determinadas películas que, si o olivdadas del todo, sí que andan vagando en mi memoria por tierra de nadie.
    Me cuesta ser categórico con el cine de Polanski, y no sabría definir mi elección de cuál de todas es su mejor película (con las peores, lo tengo más fácil). Ésta la considero «casi» a la altura de las mejores, que serían «Chinatown», «Repulsión» y quizá «El pianista», aunque seguro que me dejo alguna otra que podrían incluirse en esta lista tan subjetiva.
    El caso es que el cine atormentado de Polanski, me llama muchisimo la atención. Esa predilección por lo más gótico del carácter de las personas, ese empeño en sacar a la superficie los miedos más arcanos, me seduce.
    «El baile…», además de ser una película de lo más divertida, por momentos también acojona.
    Otra genial entrada. Al final va a ser cierto aquello de tu puesto en la lista. Sonrío.

  14. Raúl, es un cine que, si bien no deja de ser comercial, a veces incluso demasiado, no se abandona a ser un continuo compendio de concesiones al público. No sé, tiene cintas fantásticas (ahí te doy la razón, mucho más fácil señalar los fiascos) y es un cineasta de referencia indudable.
    No te preocupes por la ortografía, nosotros somos seguidores de García Márquez… Perdonado.

  15. No me canso de ver esta película. Cada dos años, he pasado tardes y madrugadas inolvidables con ella. Para mí, una de las mejores de vampiros.

    Abrazos

  16. Cuando cursaba los estudios de cine en Barcelona,proyectaron El baile de los vampiros para analizar la complicada puesta en escena e iluminación.Claro,no es una buena manera de apreciar una película.Luego la volví a ver ya en mi estudio y me resultó fascinante.Ay,Polanski,fue uno de mis grandes referentes desde que ví su primer cortometraje,esa maravilla en donde dos hombres sale del mar con un armario.Mis películas favoritas son:Repulsión,Chinatown y La semilla del diablo.
    Gran post.
    Un fuerte abrazo.

  17. Suscribo lo dicho por Francisco, cuando alguien da sus primeros pasos con aquel lejano cortometraje, talento a raudales. Posteriormente, mejor o peor, siempre cumplió cuanto menos, que no es poco.
    Saludos Alfredo

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