– Pobres trabajadores. ¡Cornudos y apaleados! El trabajo es una maldición, Saturno. ¡Abajo el trabajo que se hace para ganarse la vida! Ese trabajo no dignifica, como dicen, no sirve más que para llenarles la panza a los cerdos que nos explotan. Por el contrario, el trabajo que se hace por gusto, por vocación, ennoblece al hombre. Todo el mundo tendría que poder trabajar así. Mírame a mí: yo no trabajo. Y, ya lo ves, vivo, vivo mal, pero vivo sin trabajar.
Tristana. Luis Buñuel (1970).
¡Toma castaña!, buen momento para traer este diálogo Sir. ¡Ay!
Este Don Luis..
Visionario, como siempre, aunque probablemente en el original de Galdós, si el texto no está así mismamente, seguro que se acerca.
Un personaje el de Fernando Rey, al menos en este diálogo, a un tiempo socialmente inquieto y con una jeta que se la pisa.
Besos.
Bravo, Alfredo, es uno de las mejores frases de la historia del cine. Además se trata de una película imprescindible del maestro Buñuel, y un film que me obsesionó hasta tal punto que yo empecé escribiendo sobre cine como «Tristana», no te digo más. Un abrazo muy fuerte.
¡Genio! Poder lanzar esto así, en medio de un paseo banal…
Qué extraordinaria película. En Buenos Aires la veíamos con cincunspección; vista aquí me he muerto de risa, conociendo mejor el paño.
abrazos
Sam, me lo pedía el cuerpo, vistos los jaleos laborales que hay hoy en día (y los que tengo yo mismo…).
Eso de Tristana me lo tienes que explicar: puro travestismo bloguero…
Un abrazo.
Pues sí, sobre todo puede lanzarlo así porque él no trabaja…
Abrazos.
Pero qué bueno!!!
Dónde hay firmar ese manifiesto?
Bien, bien que lo subas.
Besos grandes,
M
Ojalá fuera un manifiesto. Ojalá alguien fuera capaz de emitir esto públicamente con fines político-reivindicativos. Contaría con mi apoyo sin duda.
Besos.
Pues si hoy en día el tener trabajo es un lujo…
¡Vaya frasecita! Para tenerla enmarcada en cada habitación. Ojalá pudiera llevarse a cabo esa utopía que algunos alcanzan sin merecerlo.
Claro que tampoco es tan original: cuando de pequeño trataba de escurrir el bulto y no hacer los deberes escolares, siempre me decían: Es tu trabajo. Tienes que trabajar. El trabajo dignifica.
Y yo, émulo avant-la-lettre de Calvin, siempre respondía: ¡Pero si el trabajo es una maldición divina! Ya lo dijo Dios al echar a Adán y Eva del Paraíso Terrenal: «Ganaréis el pan con el sudor de vuestra frente»
No me salí nunca con la mía y ahora no sé si es que soy vago por naturaleza o es que nunca he trabajado en lo que más me gusta… 😉
Saludos.
¡ Pedazo de dialogo !.
Estupenda película,genial Buñuel,esplendidos Rey y Deneuve.
Me ha hecho gracia lo que dice dante bertini ,que en su país la veían con circunspección y aquí se muere de risa ,conociendo mejor el paño….
Yo también me apunto a firmar,dar mi D.N.I y demás datos a ese estupendo manifiesto.
Trabajar en lo que a uno le guste y cobrando también lo que a uno le guste.
Como dice Josep utopía que algunos alcanzan sin merecerlo.
Saludicos
Menudo personaje el de don Lope. Tiene una jeta que se la pisa, como muy bien dices, Alfredo.
Buñuel consiguió adaptar la novela de Pérez Galdós, respetando el excelente texto original sin dejar de darle su toque personal a la película.Y los actores son todos buenísimos. Después de leer tu post, ahora no sé si revisar la película o releer la novela.
Saludos
Tristana no es una película simple,es posiblemente una de las mejores películas jamás realizada en España.Buñuel siempre necesitó de un pretexto para poder hablar de sus recuerdos,de sus sueños y de guiños a sus amigos.Buñuel eligió una de las peores novelas de don Benito Pérez Galdós para hacer una obra de arte.Buñuel quería realizarla a todo costa en su amado Toledo,ciudad de tantos buenos recuerdos.Él conocía la ciudad piedra a piedra y le rindió el mejor homenaje.Buñuel situa la acción en su propio tiempo,que es lo que debe hacer todo gran cineasta.En la película vemos la agitación política de los obreros y el fin del donjuanismo interpretado magistralmente por Fernando Rey.Buñuel no era un don Juan,él solía decir que no existe nada más patético que un don Juan envejecido.La película tiene muchos niveles de interpretación y creo que no se llegará jamás al final.Uno de los problemas que plantea el personaje de don Lope es si es una mala persona o no.Machista y pedófilo.Sí,puede que lo sea,pero al final de la película es la Deneuve,que vuelve derrotada y es acogida por él,cuando el guaperas y pintor mediocre se le queda grande el problema.Si me permites un inciso,cuando Deneuve descubre,al azar,porque la película tiene mucho de eso,al pintor,Franco Nero está pintando a un catalán con todo el folklore que conlleva,y no es otra cosa que una sutíl crítica a su amigo-enemigo Salvador Dalí.
No se,podríamos estar hablando sobre esta obra maestra durante mucho tiempo.Lástima que la Deneuve,siempre tan guapa,no de el pego de ser una española,con esos aires tan afrancesados y refinados.En Belle de jour está insuperable.
Tristana está entre mis películas favoritas.
Un fuerte abrazo.
Todo el mundo debería poder trabajar en lo que le gusta… todo el diálogo está para comprarle un marco y colgarlo en la cabecera de la cama, pero yo me quedo con esa frase especialmente.
Besos.
Rosa.
Y que lo digas, Carlos, un lujo que depende de la voluntad de otros.
Ay, Josep, una primera plasmación de la doble moral católica: no hacer caso de los preceptos del Altísimo. Y mira que lo decía bien clarito, pero no. Supongo que es una excusa a la que todos en algún momento hemos echado mano, de palabra o de obra; es lo más cerca que he estado yo de tomar en cuenta a Dios.
Saludos.
Eso, eso, Carmen, no olvidemos el sueldo, yo también quiero opinar.
Saludos.
Pues nada Carmen, una cosa después de la otra, no hay prisa. ¿Sabes a quién le gustaba muchísimo esta película? A Alfred Hitchcock. Lo cual no es novedad, porque Buñuel era el único director por el que reconocía públicamente sentir admiración; al menos lo hizo en tres ocasiones. En la famosa comida en casa de George Cukor, Hitch intentó por todos los medios sentarse junto a Buñuel, y no dejaba de hacerle comentarios sobre «Tristana», que abababa de ver hacía poco, y de decirle: «Esa pierna…». Fetichista que era el hombre. Que eran los hombres.
Saludos.
Excelente comentario, Francisco, como siempre. Una película repleta de cosas que contar y que decir, desde su misma gestación, los fallidos intentos previos de Buñuel por sacar Toledo en alguna de sus películas, los problemas de financiación, el inconveniente de volver a rodar en España tras lo sucedido con «Viridiana», hasta las posibles interpretaciones de la película que tan bien apuntas. Como cualquier película de Buñuel, daría para tanto… Otra que me apunto para desarrollar más detenidamente.
Un abrazo.
Pues sí, Rosa, entre otras cosas. Pero la vida no es ni perfecta ni justa. Ambos son conceptos, ni perfectos ni justos, creados por el hombre, que no es ni perfecto ni justo.
Besos.
Espectacular! Sin más..
uy, lo del travestismo… no fue en los blogs fue antes de que se extendieran los blogs, el milenio pasado… escribía en una revista que duró tres números, y la última parte de la pequeña historia del cine tenía que salir en el nº 4, lo de Tristana fue un acierto porque me quedé chafado total… pero con arrebato me saqué la espina. El diálogo es como el pretty vacant de los Sex pistols, hay toda una ética que pone el trabajo como centro de lo que uno vale en la vida, cuando en realidad el trabajo que uno hace por dinero sin más, ¿es una alegría?. Más allá de la jeta que pueda tener Fernando Rey en la peli (que cuidadín con el hombre) en el fondo lo que dice es una verdad como un puño, la diga quien la diga. Estamos en tiempos de paro brutal y trabajos indignos, nunca en mejor momento la frase que has puesto, porque lo que uno vale en la vida no lo marca si trabaja, no trabaja o en qué trabaja sino el tipo de persona que es. Un saludo.
Albert, se echan de menos guiones así.
Sam, pues sí, la cosa gira alrededor, no ya del trabajo, sino del dinero, para cuya obtención algunos tenemos que currar mientras que a otros les vale con hacer como que curran…
Saludos.
Me gusta tanto esta película, como difícil se me ha hecho siempre entender qué narices me ha querido decir Buñuel; pues estoy seguro que hay algo más de lo que yo acierto a comprender. es decir, jamás he estado a la altura de ella. Nunca.
El diálogo, de lo más vigente. Socarronería pura.
jeje, me encanta.
aunque trabajar, hacer cosas, viene muy bien para no darle demasiadas vueltas al tarro.
no te preocupes, yo te vi cuando cantaba y pensé en saludarte después, pero ya ves que tampoco pudo serñ. Otra vez será!
Un beso grande, y espero que te gustara.
Es difícil llegar hasta donde Buñuel llega, desde luego imposible con un solo visionado, y muy chungo aunque sean películas vistas montones de veces, siempre hay cosas nuevas. Así que estar a la altura de don Luis es algo accesible a muy pocos. Desde luego, yo tampoco llego.
Pero con moderación, Ana M., que el estrés es mu malo…
Me gustó, me gustó, sin ninguna duda. Por cierto, ¿qué tal el examen…?
Besos
Yo he visto cuatro veces El ángel exterminador y sé que no acabo de entenderla, pero eso la hace más interesante. Por otra parte, cada vez entiendo más cosas y te aseguro que casi nunca es un consuelo:-) Esta frase y este personaje, cuya intención última y oompleta posiblemente no la conocía ni el propio Buñuel (tal vez siempre se le pueda sacar algo más, algo en lo que ni siquiera él pensó) me resulta tan inquietante como un cartel en un campo nazi: «el trabajo os hará libres». Finalmente era verdad. Casi todos salieron de allí liberados.
Saludos.
Curioso que digas eso, Olga, pero tienes razón. Muchos supervivientes hubieron de vivir confinados más tarde en campos soviéticos o británicos en la isla de Chipre camino de Palestina. A ésos la «liberación» nunca les llegó.
Saludos.
Y lleva toda la razón del mundo, ojalá todos fuésemos un poquito Buñuel.
No veas la de genios que habría por el mundo 🙂
Entonces supongo que ya no tendría mérito…
O como decía Pepe Rubianes: «al h. d. p. que inventó el trabajo deberían colgarlo por los h—-s». Gran filme de Buñuel con ése espectro de un burgués ráncio que hace a su ahijada de marido y de padre sin ser ninguna de las dos cosas. Especial mención a la pierna ortopédica sobre un muñon.
Esa pierna apasionaba a Hitchcock…